Tom Cruise ha hecho infinidad de cosas asombrosas a lo largo de su carrera. Entre otras, ha escalado el edificio más alto del mundo, se ha enganchado a un avión en pleno despegue y, según Steven Spielberg, le ha «salvado el culo a Hollywood» gracias al éxito arrollador de la magnífica ‘Top Gun: Maverick’ en la gran pantalla. Pero antes de ser el mesías de la Meca del cine, el bueno de Tom salvó la carrera de un profesional que nos ha terminado dado muchas alegrías.
Cruise, el salvador
Antes de debutar con su largometraje ‘Crimen organizado’ de la mano de Daniel Craig, Matthew Vaughn se ganaba el pan ejerciendo de productor. Dos años después de su primer trabajo en ‘El sueño inocente’ de Scott Michell, Vaughn arriesgó con el ahora archiconocido thriller criminal ‘Lock & Stock’ de Guy Ritchie… únicamente para encontrarse con puertas cerradas por parte de las compañías distribuidoras.
Según explicó en una entrevista con BBC Radio, el escenario con el que se encontró tras finalizar la producción estuvo plagado de negativas y ofertas para una distribución directa a vídeo. El cineasta estuvo a punto de retirarse, pero entonces tuvo una genial idea: pedir a la productora ejecutiva Trudi Styler contactar con Tom Cruise para organizar una proyección del largometraje en «una sala diminuta en las instalaciones de Sony Pictures» en Estados Unidos.
«Fue demencial. Tenías a todos esos ejecutivos de nivel medio allí sentados, y entró Cruise. Les vio allí sentados, prestando atención, todos hablando por teléfono y, de repente, los ejecutivos senior se unieron a la proyección. Al terminar, Tom se levantó en frente de todo el mundo y dijo, ‘Esta es la mejor película que he visto en años, seríais idiotas si no la compraseis'».
Las palabras de Cruise provocaron una guerra de pujas por ‘Lock & Stock’; la película que catapultaría las carreras del propio Matthew Vaughn, de un Jason Statham convertido en uno de los héroes de acción más cotizados del momento y de un Guy Ritchie que sigue dándonos alegrías largometraje tras largometraje.