Hay un aspecto, en la representación de la joven Elizabeth Holmes y sus gustos musicales, que es casi paródico. En los primeros episodios de ‘The Dropout: Auge y caída de Elizabeth Holmes‘, que llega hoy a Disney+, vemos a la joven interpretada por Amanda Seyfried motivarse con temazos bastante «reguleros».
Paródico más por su mirada a esos tropos comunes en historias de grandes emprendedores, tiburones empresariales y gente destinada (o que se cree destinada) a levantar el próximo gran imperio. Con eso juega mucho el guion firmado por Elizabeth Meriwether y compañía.
Basada en el podcast homónimo de ABC News, la miniserie de ocho episodios sigue el caso de Theranos, la empresa que prometía revolucionar el mundo del diagnóstico clínico y que acabó siendo una gran estafa. Un caso que ya vimos en pantalla gracias al documental de Alex Gibney para HBO.
La «Steve Jobs de la ciencia médica»
En esta ola de «crónica de la era de las startups» que estamos viviendo en televisión (estos meses hemos visto ya ‘WeCrashed‘, sobre WeWork y ‘Super Pumped‘ sobre Uber), una de las cosas que más sorprende es que ‘The Dropout’ tenga cierta vocación de comedia.
No solo en lo antes mentado de la selección musical, sino que dentro del drama que es, la ficción está poblada de personajes amigables y alivios cómicos en forma de diálogos y alguna que otra situación (Holmes ensayando su voz de jefaza). Algo que se entiende viendo que su creadora y showrunner se ha curtido en el género, con comedias como ‘New Girl‘ en su portfolio.
Esto, de hecho, la hace destacar frente a sus compañeras de «sub-sub-subgénero» como las antes mentadas y de historias de estafadoras millenials como la reciente ‘¿Quién es Anna?‘ (Inventing Anna). Pero no es por eso por lo que la miniserie brilla, sino porque pule mucho el retrato tanto de estafadora, aliados y el mundo que cae en sus redes.
El cuarto episodio, por ejemplo, es buena muestra de ello. Tenemos por un lado a una Elizabeth totalmente transformada en la imagen que conocemos todos. A lo largo del primer acto de la serie vemos su evolución desde una joven optimista y verdadera creyente en que todo iba a funcionar a una que deja de priorizar la ciencia en pro de sacar adelante el producto.
Por otro lado, la serie también incide en otro factor que propició este auge: grandes empresas que no quieren quedarse atrás y ser la última en sumarse a la novedad en un mundo dominado por startups. Así, se ven forzada a asumir un modo innovador de hacer las cosas más basada en la promesa que en lo real.
Negociando muy bien con los estereotipos
‘The Dropout’ negocia muy bien con el espectador a la hora de asumir las presunciones y estereotipos propios de este tipo de historias: la codicia de las grandes corporaciones, la startup traicionera, timadores… y, sin santificarles, logra otorgar una bienvenida tridimensionalidad a todo
Todo esto, sumado a la brillante actuación tanto de Seyfried como del resto del reparto (con Stephen Fry, Naveen Andrews e incluso William H. Macy, entre otros) logran que ‘The Dropout’ reme completamente a favor del complejo relato que quiere contar Meriwether.
En definitiva, ‘The Dropout’ es una serie estupenda. El guion deconstruye los tropos del género «de estafas» para ofrecer una crónica fascinante y en algún que otro punto brillante de un timo que dejó «en bragas» a medio Silicon Valley.