Uno de los documentales sobre Fórmula 1 más esperados de los últimos tiempos ya está en Netflix. ‘Schumacher’ es una producción sobre la carrera deportiva de Michael Schumacher, el piloto más laureado de la historia de la Fórmula 1 hasta que llegó Lewis Hamilton, que merece la pena ser vista, pero no aporta demasiado al público entendido.
Y es que en ‘Schumacher’ son los invitados los que marcan la diferencia. Mientras que la historia es una narración lineal y acelerada basada en la página de Wikipedia de Michael Schumacher, son las voces cercanas al campeón quienes nos enseñan algo de la intimidad de Schumi y permiten al público algo más experto irse con algo de esas casi dos horas de documental.
‘Schumacher’ repasa la Wikipedia de Michael Schumacher a ritmo de vuelta rápida
Cuando acaba ‘Schumacher’ la primera sensación que se viene a la cabeza es que debió ser una serie. Es curioso, porque en plena tendencia actual de alargar lo que no tiene mayor interés, ahí está como ejemplo ‘Fernando’, la serie de Amazon Prime sobre Fernando Alonso, ‘Schumacher’ sí podía haber sido una serie, y no lo han hecho.
La carrera de Michael Schumacher da para mucho más que lo que nos enseña Netflix de forma precipitada. ‘Schumacher’ empieza en la primera carrera de ‘El Kaiser’ en la Fórmula 1 y desde entonces va en vuelta rápida para que le dé tiempo de meter en una hora y 52 minutos una trayectoria de 19 temporadas más el trágico accidente esquiando.
Así se explica que prácticamente no haya nada de los orígenes de Schumacher, más allá de alguna pincelada engarzada con la narración de su primer año en la Fórmula 1. En general, ‘Schumacher’ se detiene en pocas cosas. Es una lástima que a quien le correspondiese no tomase la decisión de hacer algo más parecido al ‘The Last Dance’ de Michael Jordan.
Hay temporadas que prácticamente no existen. El título de 1995 pasa totalmente desapercibido. Si estornudas no te darás cuenta de aquel mundial de Michael Schumacher. Tampoco hay nada, ni siquiera una leve alusión, de la gran derrota en Suzuka en 1998, una carrera en la que pudo ganar su tercer mundial pero falló desde la pole.
Pero lo que es más imperdonable es que hay un nombre que jamás se menciona en todo el documental: Fernando Alonso. En todo ‘Schumacher’ no hay ni una sola imagen de aquellos Renault R25 y Renault R26 que tumbaron el reinado del alemán. Para ‘Schumacher’, Fernando Alonso fue algo que jamás ocurrió.
SCHUMACHER. Out on Netflix now♥️ #keepfighting pic.twitter.com/zvfLkfw6Hc
— Mick Schumacher (@SchumacherMick) September 15, 2021
Es sorprendente porque el documental se detiene, todo lo que puede, en las figuras de los demás grandes rivales de Schumacher. Hay mucho de Ayrton Senna, bastante de Mika Hakkinen y Damon Hill y hasta un poquito de Jacques Villeneuve. Pero nada de Fernando Alonso. Ni una imagen, ni una mención. No existió.
Claro que la ausencia de Alonso es hasta perdonable si tenemos en cuenta que los años de dominio de Michael Schumacher en la Fórmula 1 prácticamente tampoco existen. Se podría decir que la narración de la trayectoria de Schumi se detiene en Suzuka 2000. La etapa gloriosa hasta 2004 se resuelve con una simple y rápida pincelada.
Es muy curioso porque, probablemente sin quererlo, ‘Schumacher’ lanza un mensaje bastante claro: lo importante no es el qué sino el cómo, y hay más épica en perder un mundial que era imposible ganar contra el Williams de Villeneuve que en ganar un título con un Ferrari que le metía un segundo por vuelta a los demás.
La precipitación que ‘Schumacher’ se autoimpone a sí misma le obliga a elegir qué momentos explicarán mejor la carrera del heptacampeón y, como es lógico, prefieren los de derrota dolorosa y los de victoria apretada antes que los de ganar aplastando. En la Fórmula 1, un mundial sin rivales vale la mitad, y eso nos dice también ‘Schumacher’.
Sobre la etapa en Mercedes, otro esbozo para resumir tres años que serían muy interesantes si se tratasen en profundidad. «El hecho de no ser aspirante al título era emocionante para él», trata de justificar sin mucho éxito su esposa, Corinna Schumacher, sobre lo que fue un fracaso rotundo y absoluto.
La gran hipocresía que comete ‘Schumacher’ con Ayrton Senna
Pero más allá de esta precipitación de hechos que cualquier aficionado a la Fórmula 1 ya conoce, en ‘Schumacher’ sí hay cosas nuevas. Por ejemplo, cómo vivió el alemán el fallecimiento de Ayrton Senna. Un testimonio antiguo del propio Schumacher estremece porque refleja lo que supuso para él perder así a su primer gran rival.
No solo es perder a un rival ante sus narices, es el papel que le tocó asumir, el de gran estrella de la Fórmula 1. Con Alain Prost y Nigel Mansell retirados y con Ayrton Senna fallecido, Schumacher tuvo que ponerse el disfraz de gran líder de la Fórmula 1 con solo 25 años y prácticamente sin haber ganado nada.
Por cierto, que es en este punto donde ‘Schumacher’ comete su mayor torpeza. El documental de Netflix está fielmente apoyado por la familia Schumacher, encabezado por Corinna, su esposa. La misma que desde que el alemán sufrió su grave accidente esquiando se ha encargado de velar por la privacidad de Schumacher evitando la difusión no solo de cualquier foto morbosa, sino simplemente de información sobre su estado actual.
Es una postura totalmente respetable, pero muy incongruente si después se apoya un documental en el que salen imágenes explícitas del accidente de Senna, de las atenciones médicas que recibió en pleno circuito y de su traslado hasta el helicóptero, ya moribundo. Parece que hay algunos accidentes en los que sí es lícito regodearse, y el de Senna es uno de ellos.
Sobre el estado actual de Schumacher no se arroja demasiada luz, como es la premisa que ha seguido la familia desde el accidente. Corinna explica esta postura recordando que ‘El Kaiser’ prefería mantener en privado lo que ocurría de las paredes de casa hacia dentro, y que ahora son ellos los que se encargan de mantener esa filosofía.
Pero sí podemos entrever cosas. Mick Schumacher, actual piloto de Fórmula 1 en el equipo Haas e hijo de Michael Schumacher, desvela que le gustaría poder mantener conversaciones sobre las carreras con su padre, pero que no es así. También se comenta que el mítico heptacampeón sigue recibiendo tratamientos médicos diarios.
Los invitados a ‘Schumacher’ con un elenco de lujo… y Mark Webber
En definitiva, ‘Schumacher’ merece la pena pero sabe a poco. Deja la sensación de que podía haber profundizado mucho más. El sonido de los monoplazas antiguos está muy bien tratado para que impresiones, y, si vemos la versión española, el doblaje respeta la voz del propio Schumacher, que tiene varias apariciones en declaraciones antiguas.
El elenco de invitados es sublime. Además de los dos hijos de Schumacher y su esposa, también intervienen su padre Rolf y su hermano Ralf. Del mundillo de la Fórmula 1 aparecen Mika Hakkinen, David Coulthard, Damon Hill, Eddie Irvine, Jean Todt, Ross Brawn, Bernie Ecclestone, Flavio Briatore y, quien sabe por qué, Mark Webber, que al final tiene más protagonismo que Fernando Alonso.
‘Schumacher’ es valiente tratando las innumerables polémicas que envolvieron a su protagonista. Especialmente son duros con Schumacher tras el accidente que provocó con Villeneuve en Jerez, aunque le dan una justificación a lo de Australia en 1994 poniendo a Hill a insinuar que él habría hecho lo mismo. Del aparcamiento en Mónaco no hay nada. Esa época jamás existió.
Un último detalle. En la narración de la temporada 2000, ‘Schumacher’ ayuda a fomentar uno de los mitos más extendidos en la Fórmula 1: el de que la carrera de Suzuka, en la que Schumacher y Ferrari sentenciaron el título, era la última. No, después quedaba otra en Malasia, que por cierto también la ganó Schumacher. Un genio que merecía más de una hora y 52 minutos.
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