Por sorpresa (porque para qué avisar), la semana pasada aterrizó en nuestro país, por fin, la temporada 2 de ‘Reservation Dogs‘. La comedia juvenil indígena regresaba a Disney+ después de cosechar varios laureles por parte de la crítica estadounidense (no tanto de los premios, Emmys, os miro a vosotros) y, como sospechaba, son muy bien merecidos.
Después del final de la temporada 1, que vimos en 2021, regresamos a la reserva india para ver a nuestro grupo de jóvenes disperso. Sterlin Harjo tiene una clara intención con estos primeros compases: ponerles ante una dura realidad después de la fuga traicionera de Elora (Devery Jacobs) y lo que eso provocaba. El sueño de California ya no está en sus planes.
Sí que sigue estando el recuerdo de Daniel, el «quinto perro» de la manada, y el hecho de que el grupo ya no esté tan cercano causa que su ausencia sea más dolorosa aún. Willie Jack (Paulina Alexis), Bear (D’Pharoah Woon-A-Tai) y Cheese (Lane Factor) navegan entre la decepción y la necesidad de hacerse cargo de sus responsabilidades.
Almas en pena en la reserva
Harjo y su equipo de guionistas evitan, en este sentido, en hacer cierto borrón y cuenta nueva. Hay cosas que resolver, cuentas pendientes, y usará esta temporada para, sin dejar fuera a los chavales (que tienen, además, unos cuantos episodios individuales), expandir el foco para saber más de los habitantes de la reserva de Oklahoma.
Esto incluye no solo ver cómo se desenvuelve Bear trabajando de techador o a Elora velando a su abuela moribunda. También tenemos un episodio con «las tías» yendo a pillar cacho a un congreso del Servicio Indio de Salud o un alucinógeno episodio con el agente Big (Zahn McClarnon) topando con una secta.
Más que una comedia sobre duelo (que tenemos a patadas), ‘Reservation Dogs’ es sobre adolescentes lidiando y madurando con las, a veces trágicas, circunstancias de la vida. No tanto la muerte, también esa falta de futuro al crecer en un lugar así.
Esto causa que, al igual que la primera temporada, haya en todo momento entre momentos tremendamente divertidos oleadas de tristeza aderezadas con pellizcos de realidad.
El reparto sigue siendo su gran baza
Todo esto ejecutado con el que probablemente sea uno de los mejores repartos jóvenes que puedes encontrarte hoy en día en televisión. Un trabajo de casting brutal que sigue desplegando, un año más, una presencia en pantalla sublime. Esto causa, por poner una nota mala, que a veces se noten algo desaprovechados a nivel individual. Sin embargo, esto se hace no por una mala escritura, sino porque el foco debe recaer en otros.
Tan divertida como triste a un nivel profundo, la temporada 2 de ‘Reservation Dogs’ es una maravilla en lo que hace que sus entrañables protagonistas avanzan y maduran. Una gran joya indígena que sigue siendo algo bastante único no solo como comedia, sino como serie de televisión gracias a cómo maneja con bastante tino y equilibrio un tono que puede llegar a ser complicado.