Boniato y calabaza se disputan el trono de la hortaliza reina del otoño gracias a que protagonizan todo tipo de recetas saladas y multitud de postres. Si nos encantan los dulces con calabaza, el bizcocho de boniato -o batata– no podía quedarse atrás, regalándonos una miga tierna, ligeramente húmeda y jugosa, perfecto para reconfortar en los días más fríos de esta época.
Hemos adaptado una vieja receta familiar dándole un toque integral a la masa y dejando trocitos de boniato bien visibles, pero que a la hora de dar un mordisco no enturbian la golosa experiencia de saborear su miga. Además redujimos la cantidad original de azúcar, pese a lo cual ha salido un bizcocho dulce para los que busquen ese sabor tradicional.
Con una decoración más esmerada, incluso una cobertura de chocolate negro adornada con nueces, pistachos, coco o crocanti de frutos secos, tendríamos todo un postre más que digno para compartir en una ocasión especial, pero nos gusta devorar este tipo de bizcochos en la merienda después de un buen paseo, con una taza caliente de infusión especiada.
Debemos partir de la pulpa de boniato ya cocido; para hacerlo hay que cocinar boniatos con más peso de los 300 g indicados. Lavar, pelar y trocear para que se hagan antes, por ejemplo al vapor o en microondas, hasta que estén muy tiernos. Chafar con un tenedor para dejar una textura más irregular, o triturar completamente con batidora.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y engrasar un molde tipo bundt mediano o de anillo, o cualquier otro que tengamos -los tiempos pueden variar según el tamaño y formato. Tamizar todos los ingredientes secos en un recipiente.
Batir con batidora de varillas eléctricas los huevos con el azúcar moreno en un recipiente más grande, unos 5 minutos para que espesen y espumen. Añadir el puré de boniato y el aceite, y batir un poco más. Incorporar los ingredientes secos removiendo con varillas manuales o a velocidad baja, hasta tener una masa homogénea.
Llenar el molde, igualar la superficie con el dorso de una espátula o cuchara y hornear a media altura durante unos 43-45 minutos. Vigilar hacia el final, cada horno es un mundo. Esperar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar por completo antes de decorar con azúcar glasé tamizado (opcional).
Con qué acompañar el bizcocho de boniato
Tal y como comentábamos al principio, este es un bizcocho que apetece hornear y degustar una tarde fría de otoño o ya de invierno, para recuperar fuerzas -y darnos un capricho ocasional- tras un buen paseo o en el desayuno de una jornada que se presente larga. Su miga algo rústica y aromática acompañarán de maravilla nuestro café favorito, un té negro especiado o una infusión aromática. El clásico cuenco de leche o bebida vegetal tampoco falla en estos casos.
En Directo al Paladar | Pan de molde de boniato (o calabaza) tierno y esponjoso, la receta perfecta para quedarse horneando en casa
En Directo al Paladar | Bizcocho de calabaza asada sin gluten: receta fácil para una miga esponjosa y llena de sabor