Racing: la pasión y el efecto para el torneo local

No
será
la
primera
ni
la
última
vez
que
la
realidad
obligue
a
tratar
un
tema
quizá
repetido.
El
carrerón
de
Colapinto
sacudió
la
mañana
del
domingo
pero
el
día
se
fue
tiñendo
nuevamente
del
color
de
Racing.
Hablar
de
la
pasión
de
los
hinchas
suena
por
momentos
obvio,
pero
las
historias
abordan
matices
tan
interesantes
como
insólitos
y
bizarros.


Desde
el
que
va
con
la
calavera
del
abuelo,
a
ese
grupo
de
amigos
que
chartearon
un
avión,
al
que
se
fue
a
dedo,


a
los
que
bancaron
desde
Avellaneda,
a
los
que
colmaron
el
Obelisco…
Imágenes
que
parecen
repetidas
cuando
de
festejar
un
título
deportivo
se
habla,
pero
que
su
efecto
en
las
personas
las
transforma
en
únicas.
Será
uno
de
esos
días
en
los
que
fortalecieron
su
identidad
con
el
club,
que
la
revitalizaron,
que
la
resignificaron.

Y
eso
trae
un
efecto
no
solo
en
los
hinchas
y
su
fanatismo:
también
provoca
consecuencias
más
amplias.
No
se
descubre
la
pólvora
si
se
cree
que
puede
tener
algún
peso
en
las
próximas
elecciones.
Pero
también
pega,
sin
dudas,
en
un
plantel
que
está
en
un
momento
futbolístico
muy
bueno
y
que
el
contexto
lo
invita
a
soñar
con
más.
Porque
el
campeonato
le
abrió
una
puerta,
inesperada
hace
unas
fechas,
para
prenderse
en
el
torneo
local.

Con
Vélez
sin
sumar
de
a
tres,
con
Huracán
que
no
aprovecha,
con
River
que
no
arranca,
ahora
resulta
que
si
Racing
gana
el
partido
pendiente
que
le
queda
con
Estudiantes,
quedará
a
dos
puntos
del
puntero
cuando
aún
quedan
nueve
por
jugar.
Ya
habrá
tiempo
de
analizar
los
rivales
de
cada
uno,
pero
viendo
los
números
y
que
el
equipo
jugará
liberado
tras
el
título
internacional,
¿quién
se
anima
a
no
ponerlo
ciertamente
como
candidato
al
doblete?
Distinto
o
no,
como
dice
Costas,
todo
Racing
ya
marcó
la
agenda
local
con
un
triunfazo
en
Paraguay.
Más
distinto
sería
si
consigue
aprovechar
ese
envión
futbolístico
y
anímico
que
parece
alineado
a
la
coyuntura.