La
adolescencia
es
una
etapa
de
reconocimiento,
tanto
interno
como
externo,
por
lo
tanto
es
frecuente
que
se
desarrollen
problemas
de
imagen
corporal.
Así,
algunos
están
obsesionados
con
desarrollar
masa
muscular
excesiva
o
lo
que
llamamos
vigorexia,
un
trastorno
que
cada
vez
afecta
más
adolescentes
y
por
ello,
revelamos
todo
lo
que
los
padres
deberían
saber.
Qué
es
la
vigorexia
Aunque
muchas
veces
lo
denominan
un
trastorno
alimentario,
en
realidad
la
vigorexia
es
un
tipo
de
trastorno
dismórfico
corporal,
una
afección
de
salud
mental
que
provoca
obsesión
en
quien
lo
padece
con
defectos
percibidos
en
su
apariencia
física,
que
a
menudos
pasan
desapercibido
para
los
demás.
Los
estudios
señalan
que
quienes
tienen
vigorexia
tienen
un
fuerte
deseo
de
tener
menos
grasa
corporal
y
más
músculos,
sin
quedarse
satisfechos
en
ningún
momento.
Esto
los
empuja
a
sentir
la
necesidad
constante
de
entrenar
y
desarrollar
músculo
para
mejorar
la
apariencia,
sin
nunca
llegar
a
estar
conforme
con
la
misma.
Asimismo,
pueden
caer
en
la
ingesta
de
suplementos
o
sustancias
anabólicas
peligrosas
para
el
organismo
o
bien,
en
dietas
restrictivas
y
limitadas,
razón
por
la
cual
muchos
lo
consideran
un
trastorno
alimentario.
La
preocupación
por
la
apariencia
corporal
suele
generar
angustia
y
pueden
acudir,
quienes
lo
padecen,
a
comportamientos
y
rituales
compulsivos.

Posibles
causas
de
vigorexia
Aunque
la
vigorexia
no
se
desarrolla
por
una
única
causa
sino
que
en
ella
confluyen
factores
sociales
y
psicológicos
diversos,
una
ansiedad
subyacente
puede
ser
precursor
de
problemas
de
imagen
corporal
y
trastornos
como
la
vigorexia,
generando
inseguridad
y
miedo
al
rechazo.
En
este
sentido
suele
existir
el
miedo
a
ser
evaluado
negativamente
por
otras
personas
y
el
deseo
a
ser
incluido,
dándole
mucho
peso
a
la
apariencia
corporal.
La
influencia
de
las
redes
sociales
también
puede
ser
determinante,
ya
que
en
las
mismas
se
suelen
presentar
estándares
de
belleza
poco
realistas
e
inalcanzables
para
un
adolescente
o
el
joven
promedio,
lo
cual
puede
facilitar
que
se
sientan
inseguros
o
con
miedo
a
ser
ridiculizados
o
rechazados
por
su
apariencia.
La
competición
y
la
presión
social
también
pueden
favorecer
el
desarrollo
de
vigorexia,
especialmente
si
los
amigos
fomentan
la
práctica
de
ejercicio
así
como
el
entrenamiento
y
la
ganancia
muscular,
o
tienen
como
objetivo
lograr
cierto
tipo
de
cuerpo.
Lo
mismo
ocurre
sí
en
el
núcleo
familiar
o
entre
sus
vínculos
sociales
se
habla
mucho
sobre
el
cuerpo
y
el
peso
corporal,
pudiendo
esto
obsesionar
a
los
adolescentes
con
la
apariencia
física
y
fomentar
el
desarrollo
de
trastornos
de
la
imagen
corporal
como
la
vigorexia.
Cómo
saber
si
un
adolescente
tiene
vigorexia
Si
somos
padres,
es
fundamental
tener
en
cuenta
determinadas
señales
de
alerta
a
las
que
hay
que
prestar
atención
para
detectar
si
un
adolescente
podría
estar
luchando
contra
la
vigorexia.
Entre
las
mismas
se
encuentran:
El
ejercicio
interfiere
con
la
vida
y
las
relaciones
El
entrenamiento
y
el
trabajo
del
cuerpo
en
el
gimnasio
se
vuelve
prioridad
para
los
adolescentes
que
padecen
vigorexia,
pudiendo
priorizarse
por
sobre
la
escuela
o
por
sobre
el
tiempo
que
pasan
con
amigos
y
familiares.

Cambios
en
los
patrones
de
alimentación
Si
un
adolescente
establece
rituales
alrededor
de
la
comida,
evita
sus
platos
favoritos
o
repite
a
diario
comidas
o
alimentos
concretos;
o
bien,
pide
proteínas
en
polvo
o
suplementos
específicos
diseñados
para
fisicoculturistas,
es
momento
de
prestar
atención.
Revisan
su
apariencia
con
frecuencia
Si
el
adolescente
se
mira
constantemente
en
el
espejo,
mide
sus
músculos
o
se
prueba
diferente
ropa,
podemos
estar
hasta
ante
un
trastorno
de
la
imagen
corporal.
Por
otro
lado,
también
hay
que
prestar
atención
a
la
ropa
que
usan,
ya
que
si
utilizan
prendas
muy
holgadas
para
ocultar
su
aparente
falta
de
músculo,
puede
estar
ante
un
principio
de
vigorexia.
Cambios
de
humor
La
vigorexia
puede
causar
comportamientos
obsesivos
y
pensamientos
intrusivos
que
llevan
la
ansiedad,
depresión,
irritabilidad
e
inseguridad
extrema,
pudiendo
notar
que
se
ponen
a
la
defensiva
al
hablar
de
su
cuerpo
o
se
enojan
si
tienen
que
faltar
a
un
entrenamiento.

Uso
de
esteroides
En
los
casos
más
graves
de
vigorexia,
los
adolescentes
pueden
acudir
al
uso
de
esteroides
que
tienen
un
efecto
anabólico
en
nuestro
cuerpo
y
por
lo
tanto,
pueden
sufrir
graves
consecuencias
para
la
salud
como
trastornos
cardiovasculares,
hepáticos
y
reproductivos.
Estas
son
las
señales
de
alerta
para
los
padres
de
adolescentes
que
pueden
ayudar
a
identificar
la
presencia
de
vigorexia
y
que
merece
la
pena
atender
para
evitar
los
posibles
riesgos
que
conlleva
este
trastorno
dismórfico
corporal,
pues
a
largo
plazo,
la
vigorexia
puede
ocasionar
desde
deficiencias
nutricionales
o
lesiones
por
entrenamiento
excesivo,
hasta
depresión,
ansiedad,
problemas
para
relacionarse
o
vincularse
y
otros.
Referencias
-
Arslan
M,
Yabancı
Ayhan
N,
Sarıyer
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Çolak
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2022
Aug
24;2022:6325860.
doi:
10.1155/2022/6325860.
PMID:
36081811;
PMCID:
PMC9433244. -
Nemours
Children’s
Health.
What
Are
the
Risks
of
Steroid
Use?.
Medically
reviewed
by:
Rupal
Christine
Gupta,
MD.
Date
reviewed:
April
2023
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