Cuando hace unos meses os explicamos que cada noche millones de mujeres duermen con una teta fuera mucha gente se sintió identificada y mucha otra sorprendida, por no entender muy bien de qué iba eso de dormir de ese modo.
Y es que mucha gente considera que no es adecuado dormir con el bebé al lado, o darle el pecho mientras una duerme, y te sugiere que tengas a tu hijo en una cuna junto a la cama o en otra habitación y que, cuando llore, lo amamantes sentada, luego lo vuelvas a dejar durmiendo y finalmente te acuestes: por qué puedes dar el pecho dormida sin miedo a aplastar a tu bebé.
Porque no hay mujer humana que aguante una lactancia de noche sentada
Mi mujer también lo hacía, por el mismo miedo: lo cogíamos del moisés, se sentaba en la cama, le daba el pecho y cuando se dormía lo metía de nuevo en el moisés. Pasados los días, el cansancio fue haciendo mella y optó por modificar el sistema a cogerlo del moisés, darle el pecho tumbada y al acabar pasarlo yo al moisés, por si ella se había quedado dormida. Pasados los días el cansancio también me fue afectando a mí y la cosa quedó, sin querer, en cogerlo del moisés, darle el pecho tumbada y ya está. El bebé se quedaba en la cama, ella se dormía mientras mamaba y acababa quedando en esa situación de “dormida con la teta fuera”.
Y es que hay pocas mujeres «humanas» (alguna súpermujer habrá que lo soporte) que puedan aguantar una lactancia nocturna frecuente (eso de que el bebé te pide cada hora y media o dos horas), y con el tiempo acaban por quedarse dormidas irremediablemente, siendo mejor tumbadas que sentadas.
“Es que no sé ni cuántas veces ha mamado”
Cuando se le pregunta a una madre cuánto mama su hijo por las noches (muchas pediatras y enfermeros lo preguntan) hay madres que responden muy conscientes las veces que el bebé es amamantado, probablemente porque no se duermen mientras lo hacen y porque el bebé no mama muchas veces, y otras que no saben dar la respuesta porque sus bebés maman muy a menudo, porque ellas se quedan dormidas y porque al darse cuenta de que el bebé duerme y tienen el pecho fuera no saben decir si se ha enganchado una o tres veces.
Pero si no se dan cuenta, ¿no lo pueden aplastar?
No. No pueden, a menos que estén terriblemente cansadas, tomen medicación para dormir u otras drogas. Por eso no se recomienda el colecho si los padres fuman, beben alcohol, consumen drogas o están terriblemente cansados.
Sí, ya sé que las madres están muy cansadas, sobre todo en los primeros meses de maternidad. Pues precisamente en los primeros meses es aconsejable no compartir la cama, aunque sí puede hacerse uso de una cuna colecho, o poner la cuna al lado de la cama, sin la barandilla, siempre que quede a la misma altura que la cama (si no, es peligroso).
Como dijimos hace unos días, hasta los 3 meses de vida el colecho aumenta el riesgo de muerte súbita, y a partir de los 3 meses lo disminuye considerablemente, llegando a ser recomendable. Y lo es, porque a partir de los 3 meses las madres ya no llegan a la cama tan agotadas y son conscientes de que el bebé está ahí.
De igual modo que no nos caemos de la cama a pesar de no tener barandilla y que no nos dormimos encima de nuestra pareja, la madre no se duerme encima del bebé si tiene en cuenta las precauciones que hemos comentado. Por eso no puede aplastarle.
Además, en un estudio que se comenta en el libro «Bedsharing with Babies; the Facts» de Jeanine Young, en que grabaron cerca de 800 horas de vídeo de madres durmiendo con sus bebés, vieron que ninguno de los bebés corrió peligro de ser aplastado o asfixiado, por muy cerca que estuviera del cuerpo de la madre.
Además, evidenciaron que al dormir juntos ni la madre ni el bebé se dan casi nunca la espalda el uno al otro. De hecho, la postura más habitual de las madres era la de «C», con un brazo por debajo de la almohada y con el cuerpo en forma de «C», como protegiendo al bebé dentro.
Por eso es normal que millones de mujeres duerman con una teta fuera
Así que lo normal es que madre y bebé acaben compartiendo espacio en la cama, que el bebé duerma mejor por saberse acompañado y que la madre duerma mejor en consecuencia. Y que se acostumbre a amamantarle de un lado y del otro, según el bebé prefiera, llegando a ese momento vital en el que acaba por quedarse dormida, como hemos dicho, con la teta fuera.
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