Netflix ha rescatado varias series canceladas a lo largo de los años. Gracias a la plataforma hemos tenido nuevos episodios de títulos como ‘Arrested Development’, ‘Lucifer’, ‘The Killing’ o ‘Sucesor designado’, pero lo que está claro es que la compañía no tiene especial interés en que suceda lo contrario y otra cadena o plataforma de streaming recupere alguna de las series en las que ha perdido el interés.
En su momento ya quedó claro que Netflix se había protegido ante esa posibilidad en el caso de las series de Marvel, ya que al romperse el acuerdo con Disney supimos que esta última no podía hacer nada con superhéroes como Daredevil, Luke Cage o Iron Fist hasta al menos dos años después de la cancelación de sus respectivas series. Lo que tardó más en saberse es que esa es una política habitual por parte de Netflix.
Fue tras la dolorosa cancelación de ‘Día a día’ cuando saltó la liebre: Netflix impone en sus contratos un tiempo de entre dos y tres años en los que las series que ha cancelado no pueden encontrar un nuevo hogar, haciendo así virtualmente imposible su resurrección.
A fin de cuentas, los actores y el equipo no pueden quedarse tanto tiempo en el limbo -de ahí que muchos nos tomásemos la decisión de Netflix de liberar a los actores de ‘Mindhunter’ de sus contratos como una cancelación en la sombra-, por no decir que las propias cadenas o plataformas no vean rentable traer esas series de vuelta tanto tiempo después.
Esto también afectó en su momento a series como ‘American Vandal’, producida por CBS TV Studios y cancelada por Netflix en octubre de 2018. En otras condiciones, es probable que hubiese revivido con una tercera temporada en el servicio de streaming CBS All Access, pero esa condición que Netflix impone en sus contratos.
La excepción con ‘Día a día’
Sin embargo, hay una serie que sí lo ha logrado, pasando menos de un año desde que Netflix canceló ‘Día a día’ el 14 de marzo de 2019 hasta que su nueva temporada se estrene en Pop TV este próximo 24 de marzo.
Poco después de su cancelación se supo que la restricción contractual en el caso de ‘Día a día’ era diferente: solamente tenían que pasar unos meses antes de que una cadena pudiera emitir nuevos episodios, aunque sí que se mantenían el par de años en el caso de querer encontrar acomodo en un nuevo servicio de streaming.
Se da la casualidad de que Pop TV es un canal por cable propiedad de ViacomCBS, compañía que sin duda hubiese preferido que la serie acabase en CBS All Access. Como parecía muy poco probable que Netflix cediese en ese punto, se optó por llevarla a Pop TV y emitirla después en CBS. Nada se ha dicho sobre que luego pase a formar parte del catálogo de CBS All Access una vez acabe esa restricción, pero no lo descartemos.
¿Qué es lo que ofrece Netflix para imponer algo así?
Dinero y confianza -en forma de libertad creativa-. Eso se podría decir que aporta Netflix para que muchas series acaben allí. En el caso de producciones de otros estudios, juega una baza muy importante para ello: pagar un sobreprecio. Cuando una serie debuta, lo habitual hasta ahora era venderla por debajo de su coste a la cadena que emitiera para ir elevando posteriormente los ingresos en caso de éxito.
Con Netflix sucede otra cosa distinta: paga todos los costes de hacer la serie más una cantidad adicional que se cifra aproximadamente en un 30% de los costes. Así, la productora está en beneficios desde el primer momento, aunque a cambio de hacer otras cesiones como los derechos de distribución internacional.
Luego las series van costando más a medida que avanzan, de ahí que exista esa presunta maldición de la tercera temporada que se ha llevado a muchas series de Netflix por delante, tal y como ya explicaron en su momento nuestros compañeros de Xataka. Por resumirlo muy brevemente, se vuelven más caras y no traen nuevos suscriptores, por lo que no les compensa.
Ahí es donde entra en juego la clausula de Netflix, porque quizá a ellos no les compense, pero a otras plataformas puede venirle de fábula hacerse con algunos de los títulos cancelados por Netflix. De esta forma se aseguran de que otras compañías no saquen partido a la marca que ellos han creado.
Un futuro incierto
Habrá que ver si esto no cambia en el futuro o simplemente llega un punto en el que Netflix deja de comprar series a productoras que no sean de su propiedad, o al menos a aquellas que no sean independientes. En la televisión norteamericana ya se está primando que cada cadena se quede con ficciones realizadas por productoras propiedad del mismo estudio.
Esto ha llevado a casos curiosos como la cancelación de ‘Brooklyn Nine-Nine’ por parte de FOX y su posterior resurrección en NBC, cadena que forma parte del grupo NBCUniversal, también dueña de la productora de la serie. Antes era habitual que un estudio vendiese su serie a una cadena de otro grupo, pero es algo que cada vez se está limitando más.
En el caso de Netflix está por ver lo que nos depara el futuro, pues cada vez hay más servicios de streaming e imponer unas condiciones tan draconianas puede acabar volviéndose en su contra. Otra posibilidad es que el resto imiten su modelo y cada vez sea más raro que una serie cancelada encuentre acomodo en otro lugar…