Cada
vez
que
cortas
un
aguacate,
tiras
algo
valioso.
No,
no
hablamos
del
hueso
—aunque
también
tiene
lo
suyo
y
merece
otro
aparte—,
sino
de
la
cáscara.
Esa
piel
más
o
menos
rugosa
y
casi
siempre
olvidada
resulta
ser
un
tesoro
doméstico
y
cosmético
que
estabas
desperdiciando
sin
saberlo.
Este
resto
orgánico
tiene
usos
tan
útiles
como
inesperados
para
esas
cáscaras.
Desde
la
jardinería
hasta
el
autocuidado,
parece
que
este
verde
tan
de
moda
también
puede
ser
multiusos.
Y
no
es
broma:
la
cáscara
del
aguacate
podría
competir
con
tu
exfoliante
más
preciado.
También
se
puede
usar
como
fertilizante
casero.
Estas
cáscaras
están
llenas
de
potasio,
y
otros
nutrientes
muy
beneficiosos
para
las
plantas,
pero
que,
recuerda,
no
se
puede
echar
directamente
a
las
macetas
o
tierra.
Sí
es
perfecta
para
hacer
compost,
porque
además
la
piel
del
aguacate
tiende
a
descomponerse
con
más
facilidad
que
otros
restos
orgánicos.
Para
acelerar
el
proceso,
córtala
en
trocitos
con
unas
tijeras
y
añádela
a
tu
mezcla
de
compost
habitual.
Incluso
puedes
usar
las
medias
cáscaras
completas,
sin
trocearlas,
como
pequeños
semilleros
ricos
en
nutrientes
para
dar
el
primer
empujón
a
plantones
de
hierbas,
verduras
y
plantas.
Simplemente
llénalas
de
tierra
como
si
fueran
mini
macetas
orgánicas
y
colócalas
en
lugares
con
mucha
luz,
sin
sol
directo,
hasta
que
sea
el
momento
de
trasplantar
a
maceteros
o
el
jardín.
Además,
decorarán
la
estancia
o
la
ventana.
cocinar
de
forma
segura
Para
tu
rutina
de
belleza
y
autocuidado

Pero
no
todo
es
tierra
y
jardín.
También
puedes
usar
las
pieles
o
cáscaras
como
exfoliante
corporal
o
tratamiento
para
las
manos
o
pies.
Su
textura
áspera
la
convierte
en
una
herramienta
natural
para
una
piel
más
suave.
La
puedes
triturar
o
machacar
para
mezclarla
con
aceite
de
coco,
aguacate
y/o
un
poco
de
miel,
y
así
tienes
un
spa
low-cost
en
la
ducha
de
tu
casa.
Para
darle
más
textura,
prueba
a
agregar
azúcar
moreno
grueso
o
sal
gruesa,
o
una
mezcla
de
ambos.
Todavía
hay
más:
la
pulpa
que
queda
pegada
a
la
piel
es
rica
en
aceites
y
antioxidantes.
Puedes
rasparla
y
hacerte
una
mascarilla
facial
nutritiva
y
casera,
perfecta
para
esos
domingos
de
“me
cuido
porque
lo
valgo”.
Tu
piel
lo
agradecerá,
y
tu
cartera
también.
Y
por
si
no
fuera
suficiente,
también
sirve
para
el
pelo.
Hervida
en
agua,
la
cáscara
crea
una
infusión
que
puedes
usar
como
enjuague
capilar.
Según
los
fans
del
truco,
deja
el
cabello
más
fuerte
y
brillante.
Algo
así
como
un
serum
natural
que
huele
a
smoothie.
La
próxima
vez
que
prepares
guacamole,
piénsatelo
dos
veces
antes
de
tirar
la
cáscara.
Puedes
reciclarla,
cuidarte
y
hasta
presumir
de
ecológica.
Porque
lo
que
antes
era
basura,
ahora
es
tendencia
beauty
y
green
living.
Foto
|
Laker
y
Feyza
Yıldırım
En
DAP
|
12
recetas
con
aguacate,
ligeras,
frescas,
saludables