Si
de
algo
está
lleno
el
New
Space
es
de
CEOs
tecnológicos
billonarios,
pero
que
Eric
Schmidt
comprase
Relativity
Space
pilló
al
sector
por
sorpresa.
Él
mismo
ha
ofrecido
una
explicación.
Contexto.
El
que
fuera
CEO
de
Google
durante
una
década
sorprendió
al
sector
espacial
hace
dos
meses
adquiriendo
una
participación
mayoritaria
en
la
empresa
de
cohetes
Relativity
Space.
La
startup
californiana
nunca
ha
llegado
a
órbita,
pero
hizo
un
lanzamiento
de
prueba
de
un
cohete
impreso
en
3D,
el
Terran
1,
y
está
desarrollando
un
cohete
comercial
parcialmente
reutilizable,
el
Terran
R.
Tras
la
adquisición
de
la
compañía,
Eric
Schmidt
asumió
el
rol
de
CEO,
un
cargo
que
no
ocupaba
desde
que
dejó
el
gigante
de
Mountain
View
en
2011.
Centros
de
datos
en
el
espacio.
Eric
Schmidt
está
obsesionado
con
la
cantidad
de
energía
y
capacidad
de
cómputo
que
hará
falta
para
mover
la
inteligencia
artificial.
Fue
el
periodista
Eric
Berger,
de
Ars
Technica,
quien
unió
los
puntos.
La
idea
de
desplegar
centros
de
datos
en
el
espacio,
alimentarlos
con
energía
solar
y
mantenerlos
fríos
sin
necesidad
de
usar
agua «probablemente
explique
por
qué
Schmidt
compró
Relativity
Space»,
comentó
Berger
en
X.
Al
día
siguiente,
Eric
Schmidt
respondió
con
un
monosílabo: «Sí.»
La
escala
sin
precedentes
de
la
IA.
En
una
comparecencia
ante
el
Comité
de
Energía
y
Comercio
del
Congreso
de
Estados
Unidos,
Schmidt
puso
algunas
cifras
sobre
la
mesa:
«Se
están
planteando
centros
de
datos
de
10
gigavatios,
cuando
una
central
nuclear
media
en
Estados
Unidos
genera
1
gigavatio.
Una
de
las
estimaciones
que
creo
más
probable
es
que
los
centros
de
datos
requerirán
29
gigavatios
adicionales
de
energía
para
2027,
y
67
gigavatios
más
para
2030.
Estas
cosas
son
industriales
a
una
escala
que
nunca
he
visto
en
mi
vida».
El
dinero
está
en
los
datacenters.
Puesto
que
ningún
país
está
preparado
para
semejante
escalada
energética,
Schmidt
tiene
en
mente
sacar
los
centros
de
datos
de
la
Tierra.
Aunque
increíblemente
ambiciosos
y
desafiantes,
los
hipotéticos
centros
de
datos
espaciales
podrían
tener
sentido
si
la
energía
es
un
cuello
de
botella
en
la
Tierra.
Con
cohetes
reutilizables
para
lanzar
constelaciones
de
satélites,
energía
solar
fotovoltaica
siempre
disponible
para
parte
de
la
constelación
y
disipación
de
calor
en
el
vacío
del
espacio,
podrían
llegar
a
ser
incluso
rentables
o
más
seguros
que
los
centros
de
datos
de
la
Tierra.
Pero
todo
está
por
demostrar,
desde
los
lanzamientos
baratos
hasta
la
disipación
del
calor.
En
qué
estado
está
Relativity
Space.
La
realidad
es
que
lejos
de
competidores
como
SpaceX,
aunque
es
una
empresa
mucho
más
joven.
Había
apostado
íntegramente
por
cohetes
impresos
en
3D,
pero
retiró
el
Terran
1
después
de
su
vuelo
debut,
en
el
que
no
pudo
alcanzar
la
órbita.
El
Terran
R
está
diseñado
para
ser
un
competidor
directo
del
Falcon
9,
con
capacidad
para
lanzar
33,5
toneladas
a
la
órbita
baja
terrestre
en
modo
desechable
y
23,5
toneladas
con
una
primera
etapa
reutilizable.
Aunque
su
desarrollo
ha
sido
errático,
la
inyección
de
capital
y
el
liderazgo
de
Schmidt,
cuya
fortuna
se
estima
en
20.000
millones
de
dólares,
podría
revitalizar
el
proyecto
y
acercarlo
a
un
primer
lanzamiento
previsto
para
finales
de
2026.
Imagen
|
Relativity
Space,
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