Cada año la Agencia Tributaria lanza su plan de de control tributario que fija diferentes objetivos para la lucha contra el fraude. En el que nos ocupa este 2022 hay algunos aspectos interesantes que otros años no han estado presentes y hay que tener cuidado, porque las multas pueden alcanzar hasta 150.000 euros ya que vuelven las visitas para controlar la doble facturación a pymes y autónomos.
Hay que recordar que desde el pasado 11 de octubre nos pueden sancionar con multas entre 1.000 euros por un descuido y hasta 150.000 por un programa contable de doble uso. A esto hay que sumar que tras un par de años sin mucho movimiento por la crisis sanitaria, se vuelve a las visitas presenciales para controlar los niveles de facturación y el uso de estos programas de doble contabilidad.
El problema es que surgen dudas más que razonables. ¿Qué ocurre si tenemos un viejo ordenador en nuestra oficina con el programa de facturación que utilizábamos hace un par de años y que conservamos precisamente por si nos piden datos de esos ejercicios?
Lo mismo puede ocurrir en el caso de que alguien tenga una caja registradora en su almacén como medio de facturar en el caso de que exista un fallo informático en un momento dado. Y simplemente por tenerla nos pueden sancionar. Si ya hay constancia de que la hemos utilizado, la sanción sería más grave.
También vuelve el envío de cartas
Se trata de realizar campañas que gracias al uso del big data, el cruce de datos con otra administraciones faciliten el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales, al detectar incorrecciones o indicios de fraude, dando a las empresas la oportunidad de regularizar de forma voluntaria. Es una medida que ha resultado muy eficiente en el pasado.
Hay algunos sectores que ya está avisados de las intenciones de Hacienda. Por un lado, este año se hará énfasis en verificar cuestiones de carácter censal, entre las que se incluirán visitas a los denominados nidos de sociedades, como pueden encontrarse en centros de coworking y lugares de simple recepción de correspondencia.
Por otro lado se busca mejorar la lucha contra la economía sumergida vigilando aquellos negocios en los cuales se utiliza el efectivo como único medio de pago aceptado, o en los que se pueda utilizar por encima de la limitación legal de las transacciones en efectivo.
Por lo general son sectores enfocados al consumidor final, como por ejemplo comercio, hostelería, pero también agricultura o construcción y reformas. También aquellos que pueden mover grandes cantidades de efectivo, como sería el caso de las inmobiliarias.
Cruzar datos y comparar con negocios similares
Y aquí no solo se trata de como se paga en nuestro negocio, sino que Hacienda nos compara con otros negocios similares de nuestro sector, de nuestra zona y verifica que tengamos niveles parecidos en la ratio de pago con efectivo y tarjeta.
Por último, para el sector de las pymes y los autónomos se va a vigilar especialmente a aquellas empresas que han consignado reiteradamente en sus declaraciones bases imponibles negativas a compensar y deducciones pendientes de aplicar en el Impuesto sobre Sociedades.