Tras bajarle el pulgar al “operativo clamor” y quedar fuera de toda competencia en las elecciones, Cristina Kirchner parece haber encontrado un nuevo rol dentro de la estrategia de Unión por la Patria: jefa de campaña. Esta semana, en las horas posteriores al cierre de listas para las PASO, la Vicepresidenta empezó a moverse para encolumnar a todo el oficialismo detrás de la figura de Sergio Massa, el candidato de síntesis.
El acuerdo que ungió al ministro de Economía generó tensiones en el kirchnerismo, en especial en los sectores más extremos, que siempre vieron lo vieron con desconfianza. Massa enfrenta, además, una serie de problemas en el plano económico, como son la alta inflación, la falta de dólares y la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Es por eso que CFK organizó una serie de reuniones para curar heridas, ordenar a la tropa y unificar un discurso que permita fortalecer al tigrense en medio de la campaña. Esta semana, con pocas horas de diferencia, la expresidenta recibió en su despacho del Senado a Massa, Daniel Scioli, Eduardo “Wado” De Pedro, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Andrés “Cuervo” Larroque.
Y los últimos gestos de acercamiento entre Massa, Scioli y De Pedro, los dos principales perjudicados de la decisión del último viernes, estuvieron justamente propiciados por la Vice.
Cristina no solo ordena a nivel nacional. También lo hace en territorio bonaerense, donde el jueves negoció para calmar las tensiones por el armado entre su hijo Máximo y el gobernador Kicillof. El gran desafío de CFK es retener al electorado propio y no poner en riesgo el poder en la Provincia, su gran bastión histórico.
Para lograrlo, necesita que Massa haga una buena elección y se meta, por lo menos, en el balotaje. Sin desdoblamiento, el objetivo es evitar que una mala elección nacional arrastre al fracaso a la Provincia, pero también que las buenas proyecciones provinciales traccionen el voto para las nacionales.
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En este contexto, la difusión de una nueva encuesta hizo renacer el entusiasmo en el oficialismo. Si bien la mayoría de los sondeos marcan que Unión por la Patria perderá las elecciones nacionales, el anuncio de la fórmula Massa-Agustín Rossi parece haber mejorado -al menos levemente- las posibilidades del PJ.
Por primera vez, un estudio arroja que Massa sería el candidato individual más votado en las PASO de agosto: el titular del Palacio de Hacienda mide alrededor del 26%, unos puntos por arriba de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Javier Milei. En la medición por grupo político, sin embargo, Juntos por el Cambio quedaría primero, con alrededor del 36%.
