Por suerte, la homosexualidad es algo que se vive cada vez más como lo que es, algo normal, y parece que la sociedad empieza a ser más tolerante con la diversidad. Al menos, así es en España.
Sin embargo, sigue siendo un tema tabú en muchos otros países; un tema incluso castigado. En total, según el informe Homofobia de Estado, elaborado por la asociación internacional ILGA citado en El Diario, en 69 países del mundo los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo son considerados ilegales. En este sentido, falta mucho camino por hacer aún.
Y la adolescencia es una etapa en la que muchos chicos y chicas empiezan a experimentar su sexualidad, y es cuando algunos de ellos descubren que les gustan las chicas o chicos de su mismo sexo.
Si tu hijo adolescente te ha explicado que es homosexual, quizás lo vives con naturalidad, o quizás es un tema que te genera inquietud o ciertas dudas a la hora de abordarlo con él. Reflexionamos sobre cómo podemos gestionar este tema demostrándole a nuestro hijo todo nuestro apoyo.
Mi hijo adolescente es homosexual: cómo apoyarlo
1. Normalidad
La primera premisa que creemos fundamental es la de abordar el tema con normalidad. En realidad, amar a un hombre o a una mujer, independientemente de nuestro sexo, es algo totalmente normal, y por ello debemos abordar el tema como tal.
Esto no significa que no nos podamos sentir desconcertados o sorprendidos al principio, porque esto puede pasar. Pero sí debemos normalizar el tema, validando también nuestras emociones, sin dramatizar. Además, hacerlo así, con naturalidad, favorecerá que nuestro hijo se sienta comprendido y evitaremos fomentar en ellos la culpa.
2. Comprensión y empatía
Al reconocer su homosexualidad, nuestro hijo ha confiado en nosotros y se ha abierto a nivel emocional, mostrando una parcela muy íntima (pero natural) de su vida, que es su orientación sexual. Por ello, es imprescindible retornarle esa confianza y mostrarle comprensión y empatía.
Al reconocer su homosexualidad, nuestro hijo ha confiado en nosotros y se ha abierto a nivel emocional, mostrando una parcela muy íntima de su vida.
¿Cómo lo hacemos? Podemos ayudarnos de:
- La escucha activa; mírale a los ojos, anímale a proseguir su discurso, hazle preguntas, respeta sus silencios y pausas, etc.
- Preguntarle cómo se ha sentido al explicárnoslo: ¿le ha costado? ¿siente que se ha quitado un peso de encima?
- Ponerse en su lugar; valorar que lo que nos ha explicado es algo muy personal (y hacérselo saber), honrar sus palabras, mostrar respeto.
- No presionarle si no quiere contar más o si necesita espacio/tiempo.
3. Evita el juicio
Evita juzgar a tu hijo. Quizás te cueste entenderle o quizás no; quizás te sorprenda o quizás no. O incluso, quizás te cueste empatizar. Pero en todos estos casos, es fundamental no juzgar y respetar sus sentimientos.
Si sientes que la situación te supera o te pilla por sorpresa y no sabes muy bien cómo reaccionar, es mejor que te des un tiempo para asimilarlo y así poder darle una respuesta. No hace falta que digas nada concreto en ese momento, tan solo apóyale y muéstrate dispuesto o dispuesta a escucharle.
4. Resuelve tus inquietudes
Es importante que puedas expresarle a tu hijo tus inquietudes y miedos si los tienes. Y ojo, esto no significa transferirle eses miedos, y tampoco agobiarle, simplemente compartirlos si así lo sientes (eso sí, deberás buscar un buen momento para hacerlo).
Insistimos, esto no hace falta que lo hagas en esa primera conversación si no te sale o si te sientes sobrepasado. Puedes hacerlo más adelante, en una conversación donde podáis expresar cómo os sentís, qué piensas sobre lo que te ha contado, etc.
5. Valida tus propias emociones
Quizás esta noticia te sorprenda o quizás, conociendo a tu hijo o hija, es algo que ya te imaginabas. Quizás lo vives con máxima normalidad o quizás es un tema que te genera miedo, dudas o incluso rechazo, porque choca contra tus ideas o creencias. Sea el caso que sea, no te sientas mal por estas emociones que estás sintiendo ahora mismo.
Quizás lo vives con máxima normalidad o quizás es un tema que te genera miedo, dudas o incluso rechazo, porque choca contra tus ideas o creencias.
Valida eso que sientes, date permiso para experimentarlo, pero que estas emociones no te impidan conectar con tu hijo y mucho menos, juzgarlo. Intenta abrir tu mente, flexibilizar. Y si, por las razones que sean, no entiendes su postura, tan solo respétala. Acéptala y acepta a tu hijo tal y cómo es.
Recuerda que ha tenido mucho valor para mostrar esta parte íntima de sí mismo y que, independientemente de su orientación sexual, sigue siendo tu hijo, alguien maravilloso.
Recuerda: tu hijo solo necesita que estés ahí
Tu hijo necesita tu apoyo incondicional. Tanto si ha sido fácil para él o para ella decírtelo, como si no, lo que espera es que le apoyes. Y apoyar significa tenderle la mano y mostrarle que te sientes orgulloso de él, pero no por su orientación o sus sentimientos, sino simplemente por ser él.
Transmítele ese apoyo y tómate un tiempo para asimilar la noticia si sientes que lo necesitas. Recuerda que la orientación sexual no define a tu hijo, aunque sí es algo que forma parte de su identidad y por lo tanto, es algo que merece respeto, amor y aceptación.
Foto | Portada (Pexels)