Meditación: Expectativa vs Realidad (*) Laura Ghione

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En el diccionario podemos encontrar la palabra meditación definida como pensamiento o consideración de algo con atención y detenimiento para estudiarlo o comprenderlo bien; entre otras respuestas. No obstante, en la práctica, a veces nos cuesta entender que es exactamente y de que se
trata. (Foto: Roma Grión)


Comencemos por el principio. La historia escrita de la meditación se remonta hacia el año 1500 AC en las tradiciones hindúes del vedantismo donde se lo nombra como un entrenamiento de la mente. Luego crece en la India Budista y en el taoísmo de China.

Sigue creciendo en Oriente hasta que un buen día en el siglo XVIII, este método comienza a despertar el interés de los países al otro lado del globo.; es allí donde capta la atención de filósofos e intelectuales que comienzan a hablar al respecto.

Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que la meditación se convierte en un tema destacado en occidente haciendo que profesores y representativos de escuelas Budistas migren para transmitir sus saberes. Mientras más se introducía la meditación en el mundo occidental, más se alejaban las enseñanzas de sus raíces.

Posteriormente, se han realizado estudios científicos a cerca del impacto de la meditación en el cerebro y los posibles beneficios en la salud corporal y emocional.

En ese preciso momento es cuando la meditación termina de “occidentalizase” terminando de apartarla de su contexto espiritual.

Es imposible negar el impacto positivo de la meditación en todas las personas que lo practiquen, sin importar su edad. Ciertamente, son muchos los beneficios de la meditación diaria a nivel físico, tales como reducir la ansiedad, el estrés y la impulsividad, aumentar la atención, la concentración y la creatividad, y la lista sigue. Pero tal vez nos estemos olvidando de lo más interesante que esta práctica tiene para aportarnos, es que a través de ella podemos encontrar una mejor conexión con nuestro cuerpo y crear una conciencia más fuerte de como nuestras emociones influyen en nuestro comportamiento.

Meditación es un entrenamiento de la mente para lograr una mayor conciencia y perspectiva de la vida. Para ello aquí les dejo algunas de las técnicas de meditación:

Mindfulness o atención plena: implica desarrollar las habilidades necesarias para atraer su atención a lo que está sucediendo en el momento, es estar presente en el aquí y ahora, sin vivir en el pasado ni el futuro.

Vipassana: se centra en la conexión entre la mente y el cuerpo, con atención a las sensaciones físicas del cuerpo y sus conexiones con la mente.
La meditación Mantra es una técnica de meditación hindú que consiste en repetir una palabra o una frase. Se usa como un instrumento para crear vibraciones en la mente y le permite desconectarse de sus pensamientos.

Caminar y meditar: es una forma alternativa de meditación que se enfoca en el movimiento de cada paso y la conciencia de la conexión de su cuerpo con la tierra.

La meditación Metta: llamada «meditación de bondad amorosa», consiste en repeticiones silenciosas de frases que promueven la felicidad u otras cosas dirigidas a una persona que visualizas.

Si bien hay una enorme diversidad de técnicas de meditación, la clave es encontrar la que sea adecuada para uno; teniendo en cuenta que la meditación no es crear un estado ideal con el cual te identificas, no se puede eludir la confusión.

En la actualidad, muchos creen que para meditar hay que estar sentado en postura de loto, con ojos entrecerrados, brazos estirados y manos en mudra sobre las rodillas; tal y como los primeros murales hindúes que datan del 3500 AC. Esta es otra de las erróneas ideas creadas sobre la meditación.
Aquí les va otro mito: la meditación se trata de calmar la mente. Muchas personas se frustran porque piensan que necesitan una mente tranquila para meditar. La calma mental es solo un resultado de la meditación, no se trata de detener los pensamientos, sino de aprender cuánta atención dar a estos pensamientos. Es enfocar la mente y encontrar la calma que ya existe.

Si bien, no hay pasos a seguir en el camino de la meditación, si hay algunos consejos que pueden servirnos, por ejemplo: elegir un lugar y una postura cómodas, no son necesarias posturas raras ni lugares inciertos; establecer el tiempo y duración de tu meditación, puede ser 3 minutos al día, si solo 3 minutos es posible; lleva tu atención a la respiración, cada vez que tu mente divague vuélvela a la respiración; y sobre todo trata de comenzar tu practica sin expectativas, no está implícito sentir sensaciones raras, ver colores, conectarse con seres angelicales o sentir paz inmediatamente, si te sucede está bien y sino también, si entras con expectativas puedes terminar decepcionado al no obtener los resultados que esperabas.

Entonces, ¿Qué es un buen meditador? El que medita. Sólo la practica hace al maestro.

Si estás lo suficientemente callado, escucharás el flujo del universo. Sentirás su ritmo. Ve con este flujo. La felicidad está por delante. La meditación es la clave. -Buda

(*) Profesora de Yoga – Cocinera