Colonia Caroya. La causa de la persecución que derivó en la muerte de dos jóvenes es el principal punto a resolver en un caso que provocó profundo dolor en familiares y amigos de las víctimas, pero que también motivó los más crueles comentarios de otra parte de la sociedad.
Lautaro Guzmán (23) y Agustín Barrios (20) fallecieron el pasado viernes, 19 de junio, a la noche, en la intersección de Av. San Martín y Calle 10.
Iban en una moto Honda Titán 150 cc, cruzaron el semáforo en rojo y fueron embestidos por un Ford Ka que giraba hacia el Norte con el “verde” a su favor.
A escasos metros, el Cabo Juan Pablo Cano, del CAP, en la moto Tornado 250 cc de la Policía de la Provincia de Córdoba, perseguía a los dos jóvenes.
El efectivo chocó contra el mismo auto y sufrió traumatismo de cráneo y fractura de su pierna izquierda.
Lautaro y Agustín quedaron tendidos en la vereda de la avenida. Fallecieron de manera instantánea después de salir despedidos de la moto y golpear contra un monolito de cemento.
Las preguntas.
¿Por qué los perseguían? Ese es el interrogante al que muchos comenzaron a responder en las redes sociales con sus propias especulaciones, sin tener ningún dato certero del hecho.
Los mismos familiares de Agustín, el chico que iba como acompañante, debieron salir a aclarar que no estaban robando, casi como una súplica a gran parte de la comunidad que no tuvo ningún pudor en justificar la tragedia si venían de delinquir.
“Sabemos que cruzan un semáforo en rojo en la Av. San Martín y Calle 14 y desde allí empieza una persecución de un Policía que estaba en esa esquina”, dijo la tía, Gimena Lescano.
La mujer intentó explicar por qué no pararon y llegaron a la Calle 10 a alta velocidad.
“Hay que concientizar que las normas de tránsito se deben respetar, pero todo el mundo sabe cómo se asustan los adolescentes cuando hay un control; tienen miedo que les quiten la moto; no es que estaban haciendo algo malo”, agregó.
Lo que pasó en esos 500 metros, entre un semáforo y otro, es lo que quieren saber las familias de las víctimas y por eso ya se están asesorando legalmente.
El caso puede llevar a múltiples interpretaciones.
¿Fue una persecución por “portación de rostro”? ¿Era una infracción de tránsito lo que motivó la reacción del Policía? ¿Actuó al ver que la moto cruzó el primer semáforo en rojo o interpretó que era una “circulación peligrosa” y debía frenarlos?
Todos los actores pusieron en riesgo sus vidas en esos 500 metros, a alta velocidad, en horario pico y en un sector muy transitado.
26-06-2020