«Cross», la nueva serie corta de UN3 (canal de la Universidad Nacional de Tres de Febrero).
El guionista y director argentino Martín Vatenberg, creador y director de «Cross», la nueva serie corta de UN3 (canal de la Universidad Nacional de Tres de Febrero) que sigue a un grupo de hombres que exploran su lado femenino de forma clandestina a través del crossdressing y que ya está disponible de forma exclusiva en Flow, afirmó que esta historia intenta echar luz «sobre las cosas que hacemos y elegimos ocultar y que a la vez nos definen».
«En ese punto creo que todos nos podemos sentir más o menos identificados, esta es una mirada que busca habilitar la discusión sobre la visibilidad, algo que la mayoría de las crossdresser evita, pero que vale la pena tener», aseguró en diálogo con Télam el realizador, conocido por su trabajo dentro del equipo autoral de las tiras «100 días para enamorarse» y «Pequeña Victoria».
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Cross
En la serie, José Luis, un padre de familia, es el líder de la Banda del Golden Cross -una organización existente en la realidad-, que reúne a un grupo de crossdressers, es decir, varones que en la intimidad cultivan los atributos socialmente ligados a lo femenino en la estética y el comportamiento más allá de los rasgos socialmente masculinos que llevan en sus vidas cotidianas.
Tras un sorpresivo accidente, el protagonista se verá en una encrucijada sobre la convivencia de ambos aspectos, por lo que deberá tomar una decisión crucial en relación a sí mismo.
Desde esa premisa, «Cross» indaga en ocho episodios de entre 7 y 11 minutos sobre temas como la amistad y la contradicción entre la visibilidad y el ocultamiento en una sociedad marcada a fuego por los debates nacidos a raíz de los movimientos feministas y de la diversidad en busca de disputar un territorio simbólico dominado desde siempre por el patriarcado.
El elenco está integrado por Rafael Federman («Los sonámbulos»), Guillermo Arengo («Tratame bien»), Valeria Lois («Las siamesas»), Marcelo Subiotto («Me casé con un boludo»), Gaby Ferrero («Los adoptantes»), José María Marcos («La cordillera»), Marcos Montes («Los marziano») y Lucas Bianchini («Sos mi hombre»), que también colaboró en el libreto de la serie.
La serie lleva al espectador a conocer el universo del «crossdressing».
Télam: ¿Cómo llegaste a conocer e interesarte por la práctica del crossdressing?
Martín Vatenberg: Hace muchos años hacía una obra de teatro donde interpretaba un personaje femenino, completamente montado. Una noche, post función, se me acercó un hombre de traje, muy serio, que me pidió mi Facebook como personaje. En ese momento lo interpreté como un levante, pero unos días después, cuando recibí su solicitud de amistad, entendí que este hombre era crossdresser y de algún modo quería saber si yo también era parte de la comunidad. Le propuse tomar un café y ahí me contó acerca de La Banda del Golden Cross, me conecté con sus organizadoras y tuvimos algunos encuentros y charlas. Lo que más me llamó la atención fue que la gran mayoría de las chicas tiene muy dividido su «lado A» y su «lado B», y si bien lo que las nuclea es la práctica, en muchos casos lo que se comparte también es la clandestinidad, el hecho de que sea algo oculto, prohibido.
T: Además de contar con este protagonista en pleno conflicto, el grupo que integra «La Banda…» tiene diferentes edades, diferentes trasfondos, es muy heterogéneo. ¿Cómo exploraste ese aspecto de la trama?
MV: Cuando me acerqué a la «Banda…», una de las cosas que más me llamó la atención fue precisamente eso, la diversidad que había en el grupo, de héteros, bi, gays y crossbianas (crossdressers que buscan crossdressers). Además, hay personas que en su «lado A» provienen de estratos sociales muy alejados, hay taxistas, policías, abogados, ingenieros o empresarios. Pero en su «lado B», esas diferencias desaparecen y son todas pares, y eso me flipó. Tuve la oportunidad de hablar con muchas chicas cross que me contaron sus historias con total generosidad, y que fueron sumamente inspiradoras para construir los personajes de la historia. Mi idea siempre fue ser fiel a ese crisol que existe.
T: A raíz de las experiencias que ya tuviste en el formato televisivo y con esta nueva serie, ¿qué significa para vos el audiovisual como herramienta para explorar la diversidad?
MV: Creo que es muy potente su alcance, la posibilidad de llegar a muchas audiencias, y en ese sentido la afloración de plataformas y canales colabora. Afortunadamente, veo que hay un interés creciente por contenidos relacionados con la diversidad, y en particular desde UN3 siempre acompañaron e proyecto desde una mirada innovadora, con la que buscamos no solo llevar la serie a un público joven, sino a adultos que también se pueden sentir totalmente identificados.
T: ¿Cómo definirías el momento que están atravesando la industria en función del debate público que surgió hace un tiempo sobre esas temáticas?
MV: Sin dudas los movimientos sociales tienen mucho que ver con la forma en que hoy nos paramos a la hora de contar una historia. Creo que todo lo que nos obligue a desarmar, desetiquetar o desestructurar lo que tenemos arraigado es bienvenido. Todavía falta muchísimo, pero por suerte creo que hay una tendencia creciente de darle lugar a voces menos escuchadas, a las disidencias que tradicionalmente fueron relegadas y hoy empiezan a alzar sus propias voces.