Llega a Bafici «Nevada», un thriller filmado en Rusia y con acento argentino

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La pareja de realizadores Foto Florencia Downes
La pareja de realizadores. /Foto: Florencia Downes.

«Nevada», de Matías Musa y Anna Tyurina, es un thriller claustrofóbico y universal filmado en un impulso creativo por esta pareja de cineastas en un viaje a Rusia, en el cual se embarcaron amigos de varios continentes y que se puede ver en la sección Vanguardia y Género del Bafici.

«Armamos un pequeño equipo de amigos profesionales que vinieron desde Alemania, Italia, Argentina y de diferentes lugares de Rusia para trabajar ad honorem en la película porque les encantó el proyecto y les fascinaba la idea de ir a Rusia; gracias a todos ellos pudimos realizarla», le dijo la directora a Télam sobre la cinta que se proyecta el mañana y el domingo en el Cine Cosmos y el sábado en el Lorca.

Musa y Tyurina se adentraron en el claustrofóbico mundo de un pueblo, en el cual una joven madre debe lidiar con su suegra, su hijo y su marido esquizofrénico, internado en un neuropsiquiátrico luego de incendiar su casa. Esa convivencia es un peso sobre ella, no sólo por compartir el techo, sino más bien por la carga simbólica con la que el mundo la mira.

«Para mí la historia es bastante universal. Creo que más allá de algunos detalles típicos y culturales es una historia que podría ocurrir en Argentina o en un pueblo lejano en Norteamérica, por ejemplo. La violencia psicológica se da en todos los lugares del mundo. El sufrimiento de Shura es absolutamente comprensible. Para mí, no es sólo una historia local», comentó la cineasta.

«Lo que le da una fuerza extra -acompañó Musa- es haber sido filmada en ese pueblo, con esa gente, donde nació el padre de Anna y donde ella pasó parte de su infancia. La película tiene esa carga emocional, esa impronta. En definitiva, por todo eso y por todo lo que eso representaba para Anna, pienso que si bien hubiera sido posible filmarla en Argentina o en otro lugar sería otra película».

El original del guion lo había escrito Tyurina mientras estudiaba cine en Moscú y tuvo varias idas y vueltas, reescrituras y hasta intentos de abandono total. Valentin Chernykh (guionista de la película «Moscú no cree en las lágrimas», ganador del Oscar en 1981) y Yuri Arabov (colaborador de Alexander Sokurov) fueron algunos de los que le dedicaron comentarios.

«Pasó el tiempo y cuando leí el guion después de muchos años pude ver con más claridad los cambios que necesitaba. Al final le terminamos de dar forma con Matías. Se trataba de una historia nueva pero mantenía el espíritu de esas charlas que había mantenido con mi tía Inna», recordó Tyurina.

La dupla realizadora hace gala de un simbolismo en el que nunca termina de caer para, así, darle lugar a la cruda realidad que vive la protagonista. Este ida y vuelta entre la violencia de género, las exigencias sexuales hacia una joven madre, el maltrato a los enfermos mentales y el bullying permiten un cruce de géneros entre el fantástico, el thriller y el drama social manejados con delicadeza y madurez. De esta forma, «Nevada» posee un registro único, amalgamado y sincronizado.

«La película se balancea entre varios géneros que permiten jugar con lo real y lo subjetivo imaginario. ‘Nevada’ es una drama pero tiene elementos de thriller. En este aspecto la música nos ayudó a enfatizar el suspenso pero sin dominar. Tampoco quisimos hacer una historia social ni simplemente una historia de género. No era nuestra intención porque le hubiese quitado peso a la particularidad de la protagonista. El punto de vista de Shura es el que debía prevalecer», dijo la realizadora.

«Lo simbólico -acotó su pareja creativa y sentimental- tiene que ver con algo un poco más metafísico; justamente con cortar con todas esas ataduras que conviven en nuestros pensamientos de manera ambigua, porque consciente y sobre todo inconscientemente tenemos un mandato social al cual estamos sometidos».

Si bien el guion lo tenía desde hace años, fue un viaje familiar al pueblo para tramitar una herencia lo que los convenció de que la película debía hacerse. Una tía de Anna fue una pieza fundamental para convencerlos de filmar «Nevada».

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

«En una de esas conversaciones, Inna le preguntó a Anna sobre un viejo guion que había leído hacía mucho tiempo y que le había gustado mucho. Nos empezó a dar ideas para filmar ese guion en Barmino. Nos quedamos pensando en esa posibilidad y ahí se encendió la llama. En ese mismo viaje, Anna me lee el guion y sentimos que era posible realizarlo con la gente del pueblo», recordó Musa.

Sin embargo y pese a que casi todo el pueblo colaboró prestando la casa y hasta actuando, fue a actores profesionales a los que llamaron para los papeles principales.

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-Télam: El cine, el arte, suele ser una representación de la cultura. ¿Cómo congeniaron la rusa y la argentina en esta historia?

-Matías Musa: Por tener lugar en Rusia y ser una historia con mucho color local, la cultura rusa sin duda predomina en el relato. Lo interesante fue -justamente- que al tener un equipo técnico y artístico integrado por gente de Argentina y otros países debimos acercarnos y comprender la cultura rusa. El hecho de convivir en lo cotidiano con la gente del pueblo resultó de gran ayuda en ese sentido. Creo que hay una conexión especial entre Argentina y Rusia desde lo cultural. En los años 60 y 70 todo lo que provenía del otro lado de la Cortina de Hierro generaba una fascinación muy particular en Argentina. Muestra de ello es la gran cantidad de películas rusas y de Europa del Este que llegaban a nuestro país.

-T: Sin embargo, se trata de una historia universal.

-Anna Tyunira: Más allá de la protagonista, el arco dramático de los personajes importantes de la película evoluciona a medida que avanza la historia: la línea de la suegra, del hijo, del marido. Como la película habla de diferentes temas al mismo tiempo corríamos el riesgo de no decir nada sustancial. Creo que pudimos evitarlo sin perder el eje, que pasa por la inmersión en el mundo de nuestra heroína y su viaje emocional. Creo que la película permite que cada espectador se identifique con el personaje de Shura teniendo en cuenta sus propias experiencias. A mí la historia de ella me conecta con mi propia experiencia de duelo. La idea es que cada uno se lleve algo de esta película.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.