La última vez que Trump fue presidente México y China se acercaron. Hay un plan para evitarlo: convertir a México en China

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Claudia
Sheinbaum,
presidenta
de
México,

presentó
un
plan
integral
de
desarrollo
económico

en
un
contexto
marcado

por
la
incertidumbre
ante
la
llegada
de
Trump

a
la
presidencia
de
Estados
Unidos
para
su
segundo
mandato.
El
proyecto,
en
realidad,
tiene
muchas
lecturas,
ya
que
no
solo
busca
posicionar
a
la
nación
como
una
de
las
diez
economías
más
grandes
del
mundo,
sino
también
enfrentar
los
retos
comerciales
y
políticos
que
podrían
surgir
en
el
marco
de
las
tensiones
con
su
principal
socio
comercial
y
el
“amigo”
asiático
al
que
se
quiere
desterrar.


El
primer
mandato
de
Trump.

Durante
su
primer
mandato,

Donald
Trump
impuso
aranceles
significativos
a
China
,
una
situación
que
alteró
profundamente
el
comercio
global.
Esto,
inadvertidamente,
fortaleció
la
relación
comercial
entre
China
y
México,
ya
que
China
buscó
nuevos
socios
comerciales
y
rutas
alternativas
para
que
sus
bienes
llegaran
a
Estados
Unidos.

¿Qué
ocurre?
Que
ahora,
Trump
planea
una
segunda
ronda
de
aranceles,
esta
vez
dirigida
no
solo
a
China,
sino
también
y
a
menos
que
las
cosas
den
un
vuelco,

a
México
y
otros
países
de
Sudamérica
.
Por
eso
el
plan
mexicano
lanzado
recientemente
tiene
una
lectura
más
que
amistosa
dirigida
al
magnate.


Trump
en
la
dinámica
comercial
China-México.

Desde
el
2016,

el
comercio
bilateral
entre
China
y
México
creció
considerablemente
,
convirtiendo
a
China
en

el
segundo
mayor
socio
comercial
de
México
,
después
de
Estados
Unidos.
China
ha
aprovechado
las
redes
logísticas
robustas
y
los
centros
de
manufactura
en
el
norte
de
México,

utilizando
al
país
como
plataforma
para
sortear
los
aranceles
estadounidenses
.
De
hecho,
muchas
empresas
chinas
han
establecido
operaciones
en
México,
beneficiándose
de
la
cercanía
con
el
mercado
estadounidense.

De
ahí
que
Trump
haya
sugerido
la
posibilidad
de

imponer
un
arancel
del
25%
a
todos
los
bienes
provenientes
de
México
y
Canadá
,
lo
cual
podría
tener

consecuencias
económicas
devastadoras
.
Sin
embargo,
no
está
claro
si
esto
es
una
estrategia
de
negociación
o
una
amenaza
genuina,
o
incluso
algo
intermedio.


La
respuesta
de
México.

Si
se
trata
de
una
amenaza
lo
confirmará
el
devenir
de
los
días,
pero
ya
parece
tener
resultados.
En

el
ambicioso
proyecto
explicado
por
Sheinbaum
,
el
plan
económico
está
dirigido,
entre
otras
cosas,

a
reducir
las
importaciones
provenientes
de
China
,
en
lo
que
se
interpreta
como
un
gesto
hacia
el
presidente
electo
de
Estados
Unidos.

Lo
cierto
es
que
aunque

Trump
ha
acusado
a
México
de
ser
una
puerta
trasera
para
que
los
bienes
chinos
evadan
los
aranceles
estadounidenses
,
México
ha
rechazado
estas
acusaciones,
pero
también

ha
endurecido
las
medidas
contra
bienes
de
contrabando
provenientes
de
Asia
e
implementado
aranceles

sobre
gigantes
del
comercio
electrónico
como
Shein
y
Temu.


Y
la
defensa
del
T-MEC.

Como
era
de
esperar
en
su
discurso,
Sheinbaum
también

destacó
la
importancia
del
Tratado
entre
México,
Estados
Unidos
y
Canadá

(T-MEC),
que
será
revisado
en
2026.
La
presidenta
señaló
que
este
acuerdo
es
esencial
para
que
América
del
Norte
compita
de
manera
efectiva
contra
China,
reiterando
su
compromiso
de
fortalecer
la
relación
comercial
en
la
región.


Plus:
Made
in
México.

Esta
es

una
de
las
claves
del
proyecto
presentado

por
México
con
el
que
busca
posicionarse
entre
las
10
principales
economías
del
mundo.
En
el
fondo,
la
nación
buscaría
así
convertirse
en
la
propia
nación
asiática
y

ese «made
in
china»
que
impera
por
el
planeta

y
que

este
2025
promete
exportarse
más
que
nunca
.
De
fondo,
se
busca
revitalizar
la
producción
nacional
textil
y
reducir
la
dependencia
de
importaciones,
particularmente,
otra
vez,
de
China.

Aquí
hay
que
recordar
que
en
las
últimas
décadas,
México
ha
perdido
sectores
clave
de
su
economía
al
trasladar
la
producción
al
extranjero,
lo
que
ha
llevado
a
una
mayor
dependencia
de
bienes
importados.
Actualmente,

un
10%
de
las
exportaciones
chinas
tienen
como
destino
México
,
una
cifra
que
refleja
esta
dependencia.
Sheinbaum
busca
revertir
la
tendencia
al
fomentar
que

el
50%
de
los
productos
consumidos
en
el
país
sean
fabricados
localmente
.


La
clave,
incentivos.

La
fórmula
es
muy
parecida
a
la
empleada
por
China
en
la
década
de
1990
y
principios
del
2000.
Entonces,
el
gobierno
chino

ofreció
incentivos
fiscales,
subsidios
y
financiamiento
a
empresas
textiles

para
fomentar
la
producción
y
la
adopción
de
tecnología
avanzada.
China
desarrolló
una
cadena
de
suministro
textil
completamente
integrada,
desde
la
producción
de
materias
primas
(algodón
y
fibras
sintéticas)
hasta
la
manufactura
de
prendas
y
productos
acabados.
Un
modelo
que
permitió
reducir
costes
y
tiempos
de
producción,

haciéndolo
altamente
competitivo
en
el
mercado
global
.

El
Plan
México
también

busca
fortalecer
las
cadenas
de
valor
locales
,
asegurando
que
gran
parte
de
la
proveeduría
y
manufactura
textil
se
realice
dentro
del
país,
lo
que

incluye
la
producción
de
telas,
tinturas
y
confecciones
.
De
alguna
forma
y
salvando
las
distancias
lógicas,
emula
a
ese
modelo
chino,
pero
con
el
objetivo
adicional
de
reducir
la
dependencia
de
importaciones
asiáticas.
Además,
también

contempla
esos
estímulos
fiscales
,
acceso
a
financiamiento
para
pequeñas
y
medianas
empresas
textiles,
y
apoyo
para
la
adopción
de
tecnología
y
sostenibilidad
en
sus
procesos,
siguiendo
un
enfoque
similar.

Este
objetivo
se
logrará,

según
la
presidenta
,
mediante
los
incentivos
fiscales
que
comentábamos,
aranceles
estratégicos
para
proteger
la
producción
nacional,
financiamiento
para
pymes,
y
la
creación
de
100
parques
industriales
en
las
12
regiones
estratégicas
del
país,
conocidas
como «Polos
de
Bienestar».


Hecho
en
México
como
marca
mundial.

Además,
el
plan
mexicano
no
solo
busca
sustituir
importaciones,
sino
también
posicionar
a
la
nación
como
un
competidor
clave
en
el
comercio
global.
Esto
incluye

aumentar
la
participación
mexicana
en
el
mercado
internacional
al
15%
,
especialmente
en
sectores
estratégicos
como
el
comentado
textil,
calzado,
mobiliario
y
tecnología.

La
meta
es
que
los
productos
etiquetados
como «Hecho
en
México»
sean
sinónimo
de
calidad
y
competitividad,
tanto
en
el
mercado
interno
como
en
el
extranjero.
Un
esfuerzo
que
también

se
alinea
con
la
estrategia
de
nearshoring
,
aprovechando
la
proximidad
geográfica
de
México
a
Estados
Unidos
para
atraer
inversiones
extranjeras,
reducir
costes
de
transporte
y
fomentar
la
relocalización
de
cadenas
de
suministro.
Dicho
de
otra
forma,
con «Hecho
en
México»
se
busca
más
que
un
sello,
una

apuesta
por
la
autosuficiencia
económica
y
liderazgo
comercial
.

Por
supuesto,
el
tiempo,
y
muy
posiblemente
Trump
y
la
propia
China,
juzguen
en
su
justa
medida
hasta
dónde
puede
llegar
el
ambicioso
proyecto
que
se
ha
propuesto
México
para
convertirse
en
el «amigo»
asiático.

Imagen
|
Dall
E/Xataka

En
Xataka
|

China
tiene
cada
vez
más
dificultades
para
dar
salida
en
su
comercio.
Y
ha
encontrado
en
México
un
oasis

En
Xataka
|

México
será
el
nuevo
epicentro
en
la
fabricación
de
superchips
de
Nvidia:
Foxconn
construirá
la
mayor
factoría
del
mundo