Cada cierto tiempo surge en Hollywood algún proyecto con vocación de convertirse en el inicio de un larga y lucrativa franquicia que acaba fracasando. Uno de los más destacados de los últimos años es el de ‘La Momia’ y ese Dark Universe que se quedó finalmente en nada, pero hoy vamos a centrarnos en otro caso que parecía tenerlo todo de cara y pinchó a lo grande. Me refiero a ‘La Torre Oscura’.
Durante años se intentó llevar a la gran pantalla la saga de novelas escrita por Stephen King. Nombres tan importantes como J. J. Abrams o Ron Howard sopesaron dirigirlas, pero el proyecto quedó finalmente en manos de Nikolaj Arcel, cineasta que había llamado la atención de Hollywood gracias a ‘Un asunto real’, la cual llegó a ser nominada al Óscar de mejor película extranjera.
Un problema detrás de otro
Con Idris Elba y Matthew McConaughey al frente del reparto, los implicados no tardaron en empezar a pensar en una secuela, pero los problemas llegaron mucho antes de que los críticos destrozasen ‘La Torre Oscura’. Fue cuando Arcel presentó el primer montaje cuando quedó claro que la cosa no funcionaba, hasta el punto de que los productores sopesaron seriamente fichar a otro cineasta para remontarla por completo.
La idea se descartó porque iba a costar mucho dinero, pero los pases de prueba que se hicieron fueron desastrosos, por lo que se invirtieron otros 6 millones de dólares en reshoots. Se añadieron algunas nuevas escenas y se eliminaron otras con la idea de hacerla más clara y de explicar mejor el vínculo entre los dos personajes principales.
Las tensiones se mantuvieron durante la fase de montaje, hasta el punto de que muchas personas tuvieron voz en diferentes aspectos del mismo. Eso llevó a tener una película que a duras penas llega a los 90 minutos de duración y con agujeros por todas partes, tanto en lo narrativo como en lo visual.
El propio King comentó meses después de su estreno que ‘La Torre Oscura’ había cometido dos grandes errores. El primero «fue hacer una película basada en una serie de libros que es realmente larga, sobre 3.000 páginas. La otra parte fue la decisión de hacer una adaptación cinematográfica PG-13 de libros que son extremadamente violentos y tratan con el comportamiento violento de una forma muy gráfica».
Con todo, él no quedó del todo descontento con el resultado, pero para entonces ya parecía imposible que la película tuviera secuela. Su incuestionable fracaso en taquilla -costó 66 millones de dólares e ingresó 113- descartó más entregas en la gran pantalla, pero ya con anterioridad se habló de una serie de televisión que también iba a contar con Elba y que inicialmente parecía seguir adelante.
El propio Elba afirmó poco después que no veía nada claro el futuro de la serie, la cual se dejó finalmente de lado. Sin embargo, todo se intentó resucitar al de poco tiempo con otra serie de televisión que serviría de reboot y que contaría Sam Strike y Jasper Pääkkönen en los papeles principales en lugar de Elba y McConaughey. Amazon se interesó brevemente por ella, pero acabó descartándolo. La franquicia había muerto tras languidecer durante unos años.