Cada verano las mismas malas noticias: algún niño pequeño que fallece dentro del coche al sol.
Cierto es que el calor se convierte en una trampa mortal para un bebé dentro del coche, pero esas altas temperaturas también pueden provocarse en invierno en un habitáculo pequeño y sin respiración. No nos cansamos de repetir desde Bebés y Más, que cinco minutos encerrados pueden ser mortales para nuestros hijos, pero seguiremos haciéndolo mientras existan adultos que les dejan «solo unos minutos» para ir a hacer un recado rápido sin ser conscientes del peligro.
Por suerte esta vez el desenlace ha sido feliz: la Policía Nacional lograba rescatar a un bebé de ocho meses en Valencia que llevaba 20 minutos dentro el coche porque su mamá olvidó las llaves dentro y las puertas se cerraron automáticamente.
No quiero imaginarme la angustia de esta madre viendo como su hijo sudaba y se ponía colorado sin poder rescatarle. Afortunadamente su llamada de auxilio fue escuchada y pudieron romper la ventana y rescatarle.
Una historia con final feliz
¿Sabías que la temperatura de un vehículo cerrado y al sol se eleva aproximadamente 7 grados cada cinco minutos y en media hora puede hacerlo entre 10 a 15 grados?
El cuerpo de un niño alcanza enseguida los 40-41 grados, y cuando los órganos internos llegan a 42 grados, comienzan a fallar y puede producirse la muerte.
La fisiología los niños, además, les hace más susceptibles a los cambios de temperatura. De hecho, la temperatura corporal de un niño de entre 0 y 4 años aumenta de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto, provocando un golpe de calor y una hipertermia, un trastorno grave que suele ocurrir en menos de 20 minutos y que causa la muerte en menos de dos horas.
Así que nuestro pequeño protagonista ha sido muy afortunado. Cuando llegaron los policías el lugar estaba lleno de gente rodeando a la madre en estado de nerviosismo. Les contó que, al parecer, debido a un despiste se había dejado las llaves dentro del coche y este se había cerrado automáticamente.
Los policías fracturaron el cristal fijo triangular delantero izquierdo con un rompelunas, introdujeron un brazo y consiguieron abrir el cierre centralizado y sacar al bebé del coche.
Los agentes entregaron al bebé a su madre, que lo hidrató, y progresivamente fue recuperándose, por lo que no fue necesaria la presencia de los servicios sanitarios.
Este pequeñín ha tenido suerte en esta ocasión, porque su madre no le olvidó dentro del coche, un accidente más frecuente de lo que crees y que ha llevado a fabricantes de sillitas de auto para bebés, marcas de puericultura y desarrolladores de apps a crear dispositivos que avisan al adulto si se alejan del auto mientras su hijo está dentro. Lo cierto es que pueden dar mucha tranquilidad y asegurarnos que nunca más tengamos que hablar de niños encerrados en un coche, ni en invierno ni en verano.
Vía | EuropaPress
Fotos | iStock
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