La pandemia de COVID19 que continúa vigente en la actualidad desde marzo de este año y que parece no tener un fin cercano, ha involucra e involucra muchas medidas de aislamiento social que contribuyen a prevenir la expansión de la enfermedad. Sin embargo, estas medidas podrían incrementar los dolores musculares y articulares así como empeorar enfermedades musculoesqueléticas según un reciente estudio.
El confinamiento aumenta los síntomas en quienes tienen dolor de huesos, músculos o articulaciones
La investigación evaluó a más de 600 personas de Reino Unido unas cinco semanas después de que comenzara el confinamiento como medida para controlar la pandemia de COVID19.
El objetivo fue evaluar cómo el aislamiento afectaba a personas con enfermedades musculoesqueléticas y sus síntomas, así como la atención de salud que recibían y el acceso a medicamentos.
Los resultados revelan que la mayoría (53%) de los encuestados percibieron que sus síntomas se agravaron desde que comenzó el confinamiento. Y aunque el 88% señaló tener pocas dificultados para acceder a los medicamentos, casi la mitad (44%) necesitó ayuda para hacerlo.
Asimismo, quienes indicaron mayor grado de aislamiento social y soledad fueron los que tuvieron menos probabilidades de acceder a la atención médica necesaria.
Si bien la atención médica se ha transformado rápidamente con la pandemia de manera que todos puedan acceder a los servicios necesarios, esta investigación muestra que los dolores musculares, articulares y otros a causa de enfermedades musculoesqueléticas han empeorado con las medidas de aislamiento y la restricción de la actividad a causa del COVID19.
Lo que podemos hacer para controlar los dolores articulares y musculares
El desafío es poder conjugar el distanciamiento social para controlar el COVID19 con la actividad física necesaria y la atención médica que se requiere ante enfermedades musculoesqueléticas.
Así, si bien representa un gran desafío para quienes proveen atención médica, necesita considerarse la forma de brindar servicios de buena calidad en estas circunstancias.
Asimismo, en casa es importante no dejar de movernos pudiendo realizar ejercicios para reducir el dolor, o bien, tomar medidas para prevenir las molestias tales como cuidar la postura que adoptamos, levantarnos de la silla o el sillón con frecuencia, y ejercitarnos aun con objetos caseros o sin material, dentro y fuera de casa.
Por otro lado, recomendamos acceder a atención profesional cuando se considere necesario y no discontinuar el tratamiento medicamentoso que se nos ha indicado si tenemos enfermedades como artritis u otra.
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