La Central Nuclear de Embalse extendió su vida

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El abrazo de Omar con uno de los operarios del proyectoLuego de tres años de árduo trabajo, se concluyó con éxito el Proyecto de Extensión de Vida de la Central Nuclear de Embalse.

El evento consistió en una conferencia con la presencia y disertación del Subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, Julián Gadano y el presidente de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA) y director del Proyecto de Extensión de Vida de la Central Nuclear, Omar Semmoloni, quien aseguró que estaban dadas las condiciones para que la planta de Energía Nuclear pase a «crítico». La puesta a crítico es el término técnico con el que se hace referencia a la reacción nuclear en cadena controlada, fuente primaria de generación de energía de la planta.

«La expectativa es iniciar un nuevo ciclo de vida por otros 25 años, lo que nos va a permitir tener energía eléctrica y fundamentalmente mantener los puestos de trabajo en toda la zona de influencia» referenció Semmoloni.

El proyecto de extensión de vida se dividió en tres fases según las tareas a completar:
La primera de ellas consistió en definir el alcance de la tareas que debían realizarse y la estimación del presupuesto total de la obra.
En la fase 2, se fabrricaron los principales componentes de reemplazo; se capacitó al personal que realizaría las tareas críticas (retubado del reactor y recambio de generadores de vapor) y se definió la planificación y programación del proyecto.
Se realizó la gestión de materiales a utilizar para llevar adelante la obra y se definieron los requerimientos infraestructurales.
En esta etapa, también se construyeron más de 8000 metros cuadrados de instalaciones auxiliares para almacenamiento de componentes y entrenamiento de personal.

La tercera fase fue la más compleja, ya que en ella se realizaron todas las acciones para las cuales, durante las fases 1 y 2 se venía preparando el personal y los materiales. Esta consistió en el Retubado del Reactor (el cual fue renovado por completo). Esta tarea constituyó el denominado «camino crítico» del PEV, principalmente por su duración, y marcó el ritmo de las otras tareas de la obra, ya que su proceso fue prioritario en la planificación.
Otra tarea crítica dentro de esta fase fue el recambio de generadores de vapor, el cual involucró el movimiento de aprroximadamente 3000 toneladas de equipamiento, estructuras y dispositivos dentro del edificio del reactor, además de la planificación de aproximadamente 2000 actividades.

Los nuevos generadores y los tubos internos fueron fabricados por empresas nacionales, y llevan la certificación de normas internacionales de calidad. En la ejecución de la obra participaron 500 personas de cuatro países, aunque el 85% de la mano de obra utilizada fue nacional.

A partir de esta «puesta a crítico» del reactor es cuando e comienza a generar energía eléctrica. Cuando la central alcance el 50% de potencia ya se puede conectar a la red. Se espera para los próximos tres a seis meses una potencia del 100%, esto significa 683MWe, un 6% más de rendimiento que en el primer ciclo de vida.