Beber
en
copa
de
cristal
fino
es
uno
de
los
mayores
placeres
a
la
hora
de
tomarse
un
buen
vino.
Cuanto
más
delgado
es
el
cristal,
menor
es
la
distancia
que
nos
separa
de
los
matices
y
texturas
del
buen
vino.
Hay
verdaderas
maravillas
en
este
terreno.
No
obstante,
las
copas
tan
finas
tienen
el
grandísimo
inconveniente:
se
rompen
prácticamente
con
solo
mirarlas
y
basta
con
un
suave
toquecito
para
que
se
quiebren
en
mil
pedazos.
Una
forma
de
mantener
esta
pequeña
inversión
siempre
a
salvo
de
cualquier
rozadura
imprevista
es
almacenarlas
de
la
forma
más
estable
posible:
esto
es,
colgadas,
de
manera
que
se
minimice
su
movimiento.
Sin
embargo,
si
se
sitúan
en
un
lugar
de
mucho
trajín,
por
ejemplo,
al
lado
de
la
vajilla
diaria,
seguirán
expuestas
al
riesgo
de
romperse
constantemente.
Lo
primero
es
encontrar
un
armario
relativamente
tranquilo
y
con
poco
uso,
por
ejemplo,
aquel
donde
se
guardan
los
manteles
de
fiesta
o
los
utensilios
que
no
se
usan
a
diario.
Una
vez
localizado
este
rincón
pacífico,
una
gran
solución
pasa
por
y
poner
en
ese
estante
una
pieza
de
Ikea
estupenda
para
este
tipo
de
vajilla
cristalería.
Se
trata
del
accesorio
Palycke,
que
cuesta
menos
de
cuatro
euros,
y
que
se
puede
poner
tanto
dentro
de
los
armarios
como
debajo
de
estos,
de
manera
que
las
copas
cuelguen
sobre
la
encimera.
En
concreto,
esta
pieza
cuesta
3,99
euros
y
es
un
colgador
de
copas
y
un
portarrollos
al
mismo
tiempo,
de
manera
que
cumple
las
dos
funciones
.
Este
producto
está
disponible
en
blanco
y
es
muy
fácil
de
fijar
a
los
estantes
para
colgar
tanto
copas
de
vino
como
rollos
de
papel
de
cocina.
Esta
serie
de
la
compañía
de
decoración
sueca
permite
aprovechar
al
máximo
el
espacio
en
la
cocina
y
no
tener
que
trasladar
las
copas
a
otros
espacios
fuera
de
la
cocina,
como
por
ejemplo,
los
muebles
del
salón.Foto
|
Ikea
En
DAP
|
Este
gadget
de
Ikea
es
ideal
para
añadir
recetas
al
vapor
a
nuestro
menú
y
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