Una
de
las
principales
claves
de
la
evolución
está
en
la
capacidad
de
las
especies
de
adaptarse
a
distintos
entornos
y
circunstancias.
Nuestra
especie,
el
Homo
sapiens,
ha
sido
muy
exitosa
en
esto
de
adaptarnos
a
entornos
diversos,
desde
desiertos
áridos
como
el
Sahara
hasta
el
paraje
helado
del
Ártico.
Sin
embargo
quizás
no
fuimos
la
primera
especie
humana
en
adaptarse
al
clima
extremo.
H.
erectus.
Un
nuevo
estudio
ha
descubierto
que
el
Homo
erectus,
una
de
las
especies
homínidas
antecesoras
a
la
nuestra
fue
capaz
de
adaptarse
al
clima
árido
de
África
oriental
hace
1,2
millones
de
años,
mucho
antes
incluso
de
que
los
H.
sapiens
surgieran
como
especie.
La
capacidad
de
aprovechamiento
de
los
recursos
de
su
entorno
fue,
según
lo
observado
en
este
estudio,
factor
determinante
en
la
adaptabilidad
de
esta
especie
prehistórica.
El
descubrimiento
implica
un
cambio
sustancial
en
lo
que
creíamos
saber
sobre
esta
capacidad
de
adaptación
que
hasta
ahora
solo
habíamos
observado
en
nuestra
propia
especie.
“El
Homo
erectus
demostró
una
gran
capacidad
de
resiliencia
y
estrategia
en
un
ambiente
hostil
y
cambiante”,
explicaba
en
una
nota
de
prensa
Julio
Mercader,
autor
principal
del
trabajo.
“Este
estudio
no
solo
amplía
su
rango
ecológico,
sino
que
también
lo
posiciona
como
una
especie
con
una
adaptabilidad
más
sofisticada
del
que
se
pensaba
hasta
ahora”.
22.000
herramientas.Las
pistas
estaban
en
las
herramientas
dejadas
atrás
por
estos
homínidos.
El
equipo
responsable
del
nuevo
estudio
aprovechó
los
datos
recogidos
en
Engaji
Nanyori,
en
la
Garganta
de
Olduvai
(u
Oldupai),
en
Tanzania.
En
este
yacimiento
se
hallaron
22.000
herramientas,
de
cuarcita
en
su
mayoría,
pertenecientes
a
los
habitantes
de
la
región.
Algunas
de
estas
herramientas
fueron
manufacturadas
con
materiales
extraídos
de
hasta
13
km
del
lugar,
lo
que
denota
ya
en
sí
mismo
cierta
capacidad
organizativa
de
estos
H.
erectus.
Cuestión
de
estrategia.
La
clave
de
la
adaptabilidad,
explica
el
equipo,
estaba
en
la
capacidad
de
esta
especie
para
diseñar
estrategias.
Los
H.
erectus
cazaban
prioritariamente
animales
como
bóvidos
y
antílopes
de
tamaño
medio,
para
así
optimizar
el
uso
de
sus
recursos
animales,
tal
y
como
muestran
las
herramientas
diseñadas
específicamente
para
tareas
como
la
desarticulación
y
la
extracción
de
médula
ósea.
El
equipo
también
destacaba
el
hecho
de
que
estos
humanos
prehistóricos
basaron
también
s
estrategia
de
supervivencia
en
áreas
con
acceso
recurrente
a
agua,
como
confluencias
fluviales,
como
forma
de
garantizar
el
acceso
a
este
recurso
aún
en
periodos
de
aridez.
“La
combinación
de
tácticas
de
caza,
procesamiento
de
cadáveres
de
animales
y
selección
estratégica
de
asentamientos
cercanos
a
zonas
fluviales
demuestra
una
capacidad
de
adaptación
notable”,
indicaba
Palmira
Saladié,
quien
lideró
el
análisis
zooarqueológico
y
tafonómico
del
yacimiento.
Los
detalles
del
estudio
fueron
publicados
en
un
artículo
en
la
revista
Communications
Earth
&
Environment.
Cambiando
nuestra
percepción
de
la
evolución
humana.
El
hallazgo
nos
ofrece
información
importante
sobre
la
expansión
de
las
primeras
especies
humanas.
Una
expansión
que
quizás
fue
más
rápida
de
lo
que
tendemos
a
pensar.
Esta
especie
pudo
haber
habitado
diversos
parajes,
facilitando
su
expansión
en
distintas
zonas
del
continente
africano,
e
incluso
haber
permitido
su
salida
hacia
la
península
Arábiga.
Y
más
allá.
Imagen
|
Mercader,
Akuku
et
al.
(2025)