Hace 10 años del móvil modular de Google que jamás existió pero hoy tiene más sentido que nunca

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Más
allá
de

los
desafíos
de
los
plegables

(poco
se
habla
de
ser
zurdo
)
y

originales
accesorios

para
aprovechar
las
virtudes
fotográficas
para
convertir
así
los
móviles
en
una
suerte
de
cámara,
la
realidad
es
que

el
diseño
de
los
smartphones
es
aburrido
.
Hoy
en
día
la
gran
novedad
se
centra
en
el
software,
principalmente
en
la
inteligencia
artificial.

Sin
embargo,
precisamente
es
el
software
y
la
legislación
quienes
invitan
a
dar

una
vuelta
de
tuerca
al
diseño
de
los
móviles
hacia
la
modularidad
:
por
un
lado,

los
siete
años
de
actualizaciones
en
Android

se
están
convirtiendo
en
un
estándar.
Por
otro,
la

ley
de
las
baterías
extraíbles
de
la
UE
.
En
definitiva:
el
caldo
de
cultivo
perfecto
para
que
los
teléfonos
duren
más
y
que,
en
caso
de
que
una
pieza
como
la
batería
se
degrade
o
estropee,
pueda
sustituirse
sin
mayor
problema.

La
idea
de
los
teléfonos
modulares
no
es
nueva:

Google
tenía
en
mente
un
teléfono
modular

que
podría
haberse
adelantado
y
satisfacer
todas
esas
necesidades.
Su
nombre
era

Project
Ara

y
en
su
planning
estaba

lanzar
el
primer
modelo
en
2015

a
un
precio
de
50
dólares.
No
sucedió:

murió
antes
de
ver
la
luz

tras
varios
retrasos,

el
primero
a
2016

y
luego

hasta
2017
.

Google
se
adelantó
a
las
necesidades
de
hoy

Ara

Ara

El

concepto
del
Project
Ara

era
que
tu
tenías
una
base
a
la
que
ibas
conectando
diferentes
bloques
o
componentes
propios
de
un
móvil:
CPU,
batería,
pantalla,
almacenamiento…¿que
quieres
actualizar
la
cámara?
Es
tan
sencillo
como
insertar
un
nuevo
módulo.
Lo
mismo
para
el
altavoz.

Ya
no
es
tanto
cambiar
una
batería
degradada,
que
también,
sino
algo
mucho
mejor:

construir
tu
teléfono
perfecto
según
tus
necesidades
y
presupuesto

era
coser
y
cantar,
invirtiendo
más
en
algunas,
recortando
en
otras…
e
incluso
cambiando
sobre
la
marcha,
ya
que
podías
intercambiar
esos
bloques
y
tener
una
configuración
de
diario
y
otra
para
ocasiones
especiales,
por
ejemplo
si
te
vas
de
vacaciones
y
necesitas
una
cámara
mejor
y
más
almacenamiento.

No
solo
es
la
solución
a
teléfonos
que
se
van
quedando
obsoletos
por
ciertos
componentes,
sino
también
el
sueño
de
los
amantes
de
los
móviles
y
la
tecnología,
en
tanto
en
cuanto
admite
una
completa
personalización.
En
un
escenario
en
el
que

el
Proyecto
Ara
se
hubiera
transformado
en
realidad

sería
posible
adquirir
diferentes
configuraciones
prefabricadas
y
partir
de
ahí
para
hacer
tu
móvil
ideal.

Aunque
suena
genial,

la
práctica
no
era
tan
sencilla
.
Si
ya
hay
problemas
y
hace
falta
tiempo
para
que
los
fabricantes
Android
adopten
y
adapten
las
diferentes
versiones
del
SO
de
Google
a
sus
dispositivos
y
capas,
imagínate
la
logística
para
una
producción
en
masa.
Difícil,
pero
no
imposible.
Eso
sí,
haría
falta
una
gran
inversión.
Desgraciadamente,
todos
los
esfuerzos
quedaron
en
nada.

Los ‘otros’
Proyecto
Ara

Que
Google
abandonara
el
Project
Ara
no
significa
que
la
idea
del
teléfono
modular
muriera.
De
hecho,

Motorola
lanzó
algo
bastante
parecido
:
los

Moto
Mods
,
unos
accesorios
que
conectar
e
intercambiar
en
la
serie

Moto
Z.

Otra
cosa
es
que
el
teléfono
base
no
tuviera
margen
de
mejora,
sin
ir
más
lejos
en
cuanto
a
potencia
o
cámara.


Motorola
fue
quien
se
llevó
el
gato
al
agua
y
además
lo
hizo
con
bastante
acierto:
los
Mods
se
fijaban
de
forma
magnética
y
se
comunicaban
con
la
base
a
través
de
pines
Pogo.
No
había
demasiados
módulos,
pero

suficientes
como
para
comprobar
su
potencial:
batería,
cámara,
altavoz,
proyector…
que
permitían
que
el
teléfono
base
subiera
de
nivel.
Eso
sí,

ni
el
precio
ni
la
disponibilidad
ni
siquiera
la
calidad
del
teléfono
base

ayudaron
a
animar
el
mercado
hacia
este
concepto.


Catalogar
lo
de
los
Moto
Mods
como
un
éxito

es
mucho
decir,
pero

que
le
fue
mejor
que
los

LG
G5

y
sus
Friends,
con
un
precio
más
alto,
peor
cámara
y
un
diseño
menos
llamativo.
Además,
los
módulos
no
se
podían
intercambiar
sobre
la
marcha, ‘en
caliente’.
A
su
favor,
eran
bastante
ambiciosos
(incluso
de
nicho):
una
cámara,
un
altavoz,
un
casco
de
realidad
virtual
y
una
cámara
360.
La
guinda
del
pastel
es
que
la
mayoría
llegaron
meses
después.
Aunque
Xiaomi
desarrolló

una
patente

de
algo
parecido,
lo
que
más
se
acerca
a
día
de
hoy
son
los

Fairphones
.

Es
2025,
se
ha
cumplido
una
década
de
este
Google
Ara
que
jamás
existió
y
ahora

el
teléfono
modular
es
más
materializable
que
nunca
:
la
tecnología
ha
avanzado
una
barbaridad,
el
precio
de
los
componentes
se
ha
desplomado,
la
legislación
invita
a
ello
y
el
mercado
está
ávida
de
algo
nuevo.

Los
teléfonos
plegables
son
el
mejor
ejemplo
de
la
excelencia
técnica
alcanzada,
pero
son
caros
y
siguen
presentando
compromisos.
Nuevamente
vuelve
a
la
palestra
la
importancia
de
la
sostenibilidad
y
el
software
prometido
para
más
de
cinco
años:
Google
es
conocido
por
su
falta
de
consistencia
a
la
hora
de
pensar,
llevar
a
buen
puerto
y
mantenerlo
(R.I.P.
el
magnífico

Google
Stadia
),
pero

ojalá
retome
el
Proyecto
Ara
porque
es
el
mejor
momento
.

En
Xataka
Android
|

No
creía
en
los
móviles
modulares
hasta
que
probé
el
FairPhone
5.
Ojalá
todos
fueran
así

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Google