A veces tienes antojo de galletas sin saber que tienes antojo de galletas. Más concretamente, de galletas caseras, crujientes por fuera y ligeramente tiernas por dentro, que no sean empalagosas pero con un sabor intenso. De pronto se te cruza una receta como esta de cookies con quicos y sabes que ya estás tardando en encender el horno.
Fue una tarde de nostalgia bloguera cuando estas galletas de María, la epicurranta, pedían a gritos ser probadas en casa para saciar ese antojo de repostería casera. María, que comenzó trabajando en la industria alimentaria, ha terminado siendo una panadera de categoría cuyas obras podemos encontrar en Brulèe, una de las panaderías artesanas de más prestigio de la Comunidad de Madrid, y que ya apuntaba maneras desde su cocina hace años.
Estas deliciosas cookies no tienen más misterio que la combinación de buen chocolate negro picado y combinado con quicos, creando un contraste dulce-salado adictivo, y potenciando ese punto crujiente que enriquece la textura en cada bocado. Siguiendo las anotaciones de su autora, hemos reducido incluso un poco más el azúcar -panela- porque preferíamos una galleta menos dulce, pero si lo tuyo es la repostería golosa, puedes aumentar la cantidad un poco más. Se pueden usar chips de chocolate si se prefiere más comodidad y un acabado más «limpio».
Precalentar el horno a 180ºC sin aire o a 175ºC con calor arriba y abajo. Si el chocolate no está picado, comenzar con este paso, usando un buen cuchillo afilado, dejando trocitos de distinto tamaño. En verano conviene que esté frío o se derretirá demasiado. Reservar en la nevera. Picar los quicos con un mortero o triturar con robot pero sin llegar a molerlos.
Batir con batidora de varillas la mantequilla blanda con el azúcar unos minutos, hasta que quede esponjoso. Agregar la vainilla y batir un poco más. Echar los huevos, uno a uno, y seguir batiendo hasta incorporar. Tamizar encima la harina con la levadura y la pizca de sal, y batir o mezclar hasta tener una masa homogénea.
Incorporar los quicos y el chocolate y trabajar hasta homogeneizar bien. Preparar un par de bandejas de horno con papel sulfurizado y repartir las galletas usando una cuchara tipo helado mediana o pequeña, o una cuchara normal, dándoles forma redonda con las manos. Dejar esapcio entre ellas y aplastar un poco -más si se prefieren más crujientes-.
Hornear una bandeja cada vez unos 10-12 minutos, hasta que se doren. Dejar enfriar un par de minutos fuera del horno antes de trasladar a una rejilla. Guardar en un recipiente hermético.
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Con qué acompañar las galletas de chocolate y quicos
Pocos acompañamientos nos parecen más simples y acertados para unas galletas con trozos de chocolate que un vaso de leche o equivalente vegetal que nos guste, mucho mejor si está bien fresquita cuando ya suben las temperaturas, o caliente para que nos reconforte en los días más frescos. La intensidad del chocolate negro pide una bebida más bien neutra y no dulzona, pero una horchata casera que no peque de exceso de azúcar le iría muy bien, así como un café con hielo.
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