Luis Alberto Spinetta pensó en grabar un disco en vivo después de escuchar una cinta con la presentación de su álbum Don Lucero (1989), en el Teatro Ópera, el 14 de octubre de 1989. Un trabajo que encaró con tranquilidad y que le llevó cinco meses. Pensó en ponerle “Segba” (el nombre de la compañía estatal de electricidad) por los constantes cortes de luz.
Aquel Don Lucero estaba marcado por lo sensorial, sobre los sentidos del pensar. “Traté, en este último tiempo, de restringir la parte de la cabeza. Quiero que prevalezca toda una serie de sentimientos que no he perdido, aunque me haya puesto mucho texto encima, muchos libros. La parte sensible es la que siempre me está guiando”, contó Spinetta en una entrevista con Clarín.
Maravillado por el sonido ajustado de su banda, compuesta por destacados músicos como Guillermo Arrom, (guitarra), Mono Fontana (teclados), Chofi Faruolo (teclados) Javier Malosetti (bajo) y Jota Morelli en batería, entre otros, quiso documentar ese gran momento sobre el escenario.
El proyecto tomó forma cuando surgió la posibilidad de tocar en el Auditorio del Pabellón 2 de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
“Exactas fue una idea genial. Tocar en un auditorio espectacular, gratuito, sin publicidad, solo un pasacalle y no competías con nadie. Fue un éxito comercial absoluto, cosa que con Luis costaba mucho. Yo quería recuperar temas viejos, esa era el motivo, tomar el ambiente del público, la performance y recuperar el catálogo”, describió Gustavo Gauvry, productor musical y dueño de Del Cielito Records, en el libro de Sergio Marchi, Spinetta, ruido de magia.
La discusión pasó por la lista de temas. Luis se oponía a volver a grabar el pasado .”Gauvry le decía al Flaco que tocara un tema determinado y le respondía ‘qué hippie que sos’. Por ejemplo, si le pedía ‘Muchacha ojos de papel’, el quería ‘Plegaria para un niño dormido’. Finalmente, terminaron escribiendo la lista entre los dos”, contó Marchi a La Viola.
La organización estuvo a cargo de los Centros de Estudiantes y la Secretaría de Extensión Universitaria. Fueron dos shows gratuitos con lleno total. La noche del 30 de agosto fue la elegida para grabar el material que terminó saliendo a la luz.
En un ámbito donde la mayoría no eran estudiantes, el público pudo disfrutar de clásicos del Flaco que hacía mucho tiempo no hacía en público. “La cereza del zar” (Pescado Rabioso) o “Que ves el cielo” (de Invisible) no faltaron en el set. Además, incluyó las queridas “Plegaria para un niño dormido” y “Parvas” (de Almendra) y “La herida de París” (de Spinetta Jade). Y para mostrar que también tenía composiciones nuevas, tocó “Psicocisne” y “Frazada de cactus”.
Los fans también disfrutaron de “Pequeño ángel”, el disco La la la (1986) -que grabó junto a Fito Páez- y una hermosa versión de “Amor de primavera” (Tanguito). La edición en CD sumó el tema “El marcapiel” de Téster de violencia (1988).
Spinetta estuvo acompañado por los talentosos Guillermo Arrom en guitarra, Javier Malosetti en bajo, Juan Carlos “Mono” Fontana en teclados y el recién ingresado Marcelo Novati en batería. Este último entró al grupo unos días antes. Jota Morelli había dejado su puesto para ir a tocar con Pablito Ruiz. “Me llamaron para hacer un reemplazo. Era muy buen dinero Yo necesitaba vivir. Luis no lo tomó muy bien, pero tampoco había laburo. Todos andábamos mal de guita. Y a mi no me quedaba otra; yo vivía acá con mi abuela, no tenía muchos alumnos y la cosa estaba difícil”, describió el baterista en Spinetta, ruido de magia.
Novati, con solo 21 años, tuvo la responsabilidad aprender los temas y debutar junto Spinetta en aquellos shows. “Lo recuerdo como algo único que me sucedió de golpe, sin esperarlo, y que me cambió la vida”, recordó el músico a La Viola. “Entré al grupo tres semanas antes. Luis se portó como un padre. Yo era muy joven y tenía que acoplarme a una banda increíble”, agregó.
Marcelo Novati tocando con Luis Alberto Spinetta.Por: Archivo de Marcelo Novati
Sobre los ensayos, el baterista sostuvo que tuvo sacar un montón de temas en muy poco tiempo. “Mis preferidos eran los de la época de Jade, en especial “Nunca me oíste en tiempo”, resaltó. “Teníamos una larga lista de temas y los que iban al disco estaban subrayados. Yo pensaba ’no puedo creer que esto va a quedar para la posteridad. Un sueño”, concluyó Marcelo Novati, que actualmente trabaja con Juanes, sobre aquellos días cargados de emoción.
Exacta se transformó en el primer disco solista de Spinetta – sin contar el regreso de Almendra en Obras, 1979- que marcó un repaso por 30 años de carrera. El artista se preparaba para entrar en una nueva década marcada también por grandes canciones.
“La música va a ir tendiendo a la marcación obsesiva de los impactos y los tempos para entrar en una época de ruido y de formas rítmicas indefinidas. No se si voy a llegar al dos mil. Supongo que sí, si sigo así, pero por ahí me agarra el colectivo 60 y me manda al otro mundo. Ya tengo cuarenta años y … no sé, a esa edad físicamente empezás a ir para atrás. Espero que se desarrolle el lifting y todo eso para poder mantenerme como hasta ahora ”, contó el artista al diario Clarín, unos meses antes del recital.
“Fue el cierre de una época. Una regeneración para Spinetta. Lo habían estafado con la compra de una consola para su estudio y estuvo un tiempo mal económicamente y anímicamente. Con la ayuda de Gustavo Gauvry pudo cumplir su contrato discográfico, con la grabación de los discos Téster de violencia, Don Lucero y Exactas”, concluyó Sergio Marchi.
Fuente: TN La Viola