Las
frutas
frescas
de
temporada
resultan
una
excelente
opción
para
sumar
a
nuestra
dieta
habitual
y
obtener
nutrientes
de
calidad;
sin
embargo,
el
consumo
diario
y
elevado
también
puede
tener
contraindicaciones.
Por
eso,
te
mostramos
todo
lo
que
ocurre
en
tu
cuerpo
si
comes
cerezas
todos
los
días.
El
impacto
de
consumir
cerezas
a
diario
Las
cerezas,
como
otras
frutas
frescas,
son
ante
todo
fuente
de
hidratos
de
carbono
y
fibra,
siendo
una
de
las
opciones
con
más
azúcares
naturales
en
su
interior.
Sin
embargo,
también
constituyen
una
fruta
concentrada
en
micronutrientes
de
calidad
y
en
antioxidantes,
entre
los
que
destacan
vitamina
C,
polifenoles
con
propiedades
antiinflamatorias
y
anticancerígenas,
y
carotenos.
Así,
su
consumo
diario
puede
resultar
de
gran
ayuda
para
calmar
la
tentación
sanamente,
degustando
un
bocado
dulce
pero
al
mismo
tiempo
saciante
debido
a
su
contenido
en
fibra
y
en
agua.
Las
cerezas,
por
ser
excelentes
fuentes
de
potasio
y
de
magnesio
pueden
ayudarnos
a
controlar
la
presión
arterial
y
por
sus
compuestos
fenólicos
así
como
por
su
riqueza
en
fibra,
pueden
contribuir
a
reducir
el
peso
corporal,
mejorar
el
control
glucémico
y
el
perfil
de
lípidos
en
sangre,
como
se
ha
comprobado
en
diabéticos.
Por
otro
lado,
las
cerezas
son
fuente
de
melatonina
y
su
ingesta
diaria
puede
ser
de
utilidad
para
mejorar
el
descanso
nocturno,
siendo
así
un
buen
alimento
para
incluir
con
moderación
durante
la
cena.
Como
si
fuera
poco,
por
sus
propiedades
antiinflamatorias
la
cereza
puede
ayudar
a
calmar
el
dolor
así
como
a
prevenir
por
ejemplo
enfermedades
como
la
gota,
ya
que
han
demostrado
reducir
la
acumulación
de
uratos
en
el
organismo.
No
obstante,
la
cereza
puede
ser
indigesta
si
la
consumimos
en
grandes
cantidades
debido
a
su
riqueza
de
fibra
y
en
azúcares,
provocando
entre
otras
cosas
un
efecto
laxante
a
nivel
intestinal.
De
igual
manera,
si
somos
intolerantes
a
la
fructosa
podemos
sufrir
molestias
gastrointestinales
diversas
ante
su
consumo,
por
lo
que
siempre
se
recomienda
incluirlas
en
el
marco
una
dieta
de
calidad,
con
moderación;
y
sí
poseemos
alguna
patología
consultar,
para
mayor
seguridad,
con
un
profesional
de
la
salud.
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En
Vitónica
|
Cerezas
y
picotas:
sus
diferencias
y
11
recetas
para
disfrutarlas
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|
Olivia
Watson