Hace unos días, el escritor Juan Gómez Jurado recibió un comentario de un seguidor en Instagram donde le preguntaba, en qué página se podía descargar su libro, gratis. La respuesta del autor de Reina Roja fue la lógica, en vez de enfadarse o soltar alguna perla con palabras rebuscadas le dijo: mándame tu dirección y yo te lo hago llegar gratis.
Quien escribe, a muchas lunas de distancia del mencionado escritor, también ha vivido esa experiencia y seguro que muchos compañeros del gremio, diseñadores, informáticos, etcétera. ¿Por qué hay personas que consideran que algunos trabajos son producto de la magia y no de un esfuerzo?
El ejemplo de siempre, pide a tu fontanero que te arregle una avería y le pagas con una sonrisa
Sé que el ejemplo no es muy original, pero sí cierto. ¿A alguien en su sano juicio se le ocurriría decirle a un electricista o pintor tras terminar su jornada que es un máquina?
Y así, con una palmada en la espalda, invitarle a que salga por la puerta. Eso sí, sin dejar de sonreír. De los piropos no comemos, y a los que andamos medio bien de autoestima, no los necesitamos, nos agrada más que nos paguen, que el cliente quede satisfecho por el trabajo y tiempo invertido.
Si tú puedes hacerlo igual de bien que yo, hazlo
En este país existe un cierto pudor a hablar de dinero, algo de lo que se aprovechan muchos. De ahí que se tarde una eternidad en pagar por un servicio. Y si existe una mínima relación de confianza entre las dos partes, mejor echar a correr.
El ejemplo de Gómez Jurado tiene que ver con el zasca actual. Con educación y sin alterarse, dejó en evidencia a una persona que quería disfrutar de algo que no podía permitirse (y el libro está a unos precios irrisorios)
Si no me puedo comprar una prenda de ropa, no se me ocurre decirle a la dueña de la tienda, que me lo deje gratis
Si a más ejemplos más grado de asombro y de risa, esto debería hacernos reflexionar sobre el porqué algunos trabajos no son considerados importantes o incluso, se les rebaja su esfuerzo.
Escribir es algo que todos hacemos, pero escribir bien y ya no me refiero a cometer faltas de ortografía, que también las hay, es una mezcla de diferentes conceptos que dan como resultado un texto, un artículo o un reportaje.
«Ya te pagaré», el drama del freelance
¿El incómodo momento de ponerse serios?. En absoluto. Cuando entras a un bar y pides una cerveza, el dueño no te mira con temor ni pudor a la hora de pedirte que le pagues, ¿verdad?.
Tu tiempo es oro, además pasas por un momento en el que los encargos brillan por su ausencia. Has cumplido, has contestado a interminables mensajes, correos y demás. Es decir, has puesto tu tiempo, a disposición de un tercero.
Le has realizado un trabajo excelente, has puesto lo mejor de ti en él. ¿Ahora te da vergüenza pedir que te paguen?. Quizás el problema esté en no establecer unos protocolos que la otra parte debería conocer y que tú tendrías que dejar claros.
Para evitar esto es importante que todas nuestras comunicaciones sean a través del correo electrónico.
Es tan sencillo como, si nos solicitan un cambio de pronto en una llamada urgente mientras estamos comiendo, decirle a nuestro cliente:“¿puedes pasarme unas líneas por email para tenerlo todo ordenado cuando me ponga a hacer los cambios?”.
Trabajar gratis perjudica a tu persona y a todo un sector, no lo olvides
Si queremos que un colectivo sea respetado, no regalemos nuestro trabajo. Sé que es fácil decirlo, pero si las personas huyen de determinadas empresas que no les va precisamente mal, es porque no logran entender que no se valore su esfuerzo.
Horas frente a una pantalla. Pensar en contenido que sea apropiado para el lector o el cliente. Todo esto supone un coste. Y lo dicho,si todo el mundo sabe escribir bien, es sencillo: que ellos se encarguen de su contenido en la página web, en su blog o donde necesiten texto.
Un redactor o un diseñador gráfico nunca hará el trabajo de un profesional si no posee sus conocimientos. ¿Por qué si sucede lo contrario? Porque lo permitimos. Y por eso se paga a personas que teclean sin gana, sin conocimiento y haciendo un gran daño al gremio.
Imagen|Pixabay