En
Polonia
la
mantequilla
es
mucho
más
que
un
lácteo
sabroso
(y
calórico)
que
untar
en
las
tostadas
del
desayuno.
A
su
modo,
es
también
un
asunto
de
Estado.
Y
desde
hace
un
tiempo
un
enorme
problema
económico
y
social.
Tanto,
que
su
Gobierno
ha
tenido
que
tomar
una
medida
desesperada:
sacar
a
subasta
mil
toneladas
de
las
reservas
de
emergencia
de
la
nación,
un
fondo
de
bienes
estratégicos
en
el
que
se
incluyen
otros
activos
valiosos
para
la
seguridad
del
país,
como
petróleo,
vacunas,
cereales
o
carne.
Todo
para
frenar
una
escalada
de
precios
que
va
más
allá
de
Varsovia
o
Polonia
y
afecta
incluso
a
empresas
españolas.
Una
subasta
peculiar.
Hace
unas
semanas
la
Agencia
Gubernamental
de
Reservas
Estratégicas
(RARS),
una
oficina
del
Gobierno
polaco
encargada
de
gestionar
el
estocaje
de
comida,
fármacos
o
combustible
que
el
país
conserva
para
casos
de
emergencia,
lanzó
un
aviso
peculiar.
Más
por
el
detalle
que
por
el
trasfondo.
Sus
responsables
anunciaron
la
subasta
de
parte
de
sus
reservas
para
estabilizar
los
precios
del
mercado,
algo
razonable
y
que
entra
en
lo
esperable.
Lo
sorprendente
(o
no)
es
de
qué
decidió
licitar
la
RARS:
ni
más
ni
menos
que
mil
toneladas
de
mantequilla.

Mantequilla
a
lo
grande…
Para
ser
más
precisos,
la
agencia
decidió
vender
mil
toneladas
de
mantequilla
congelada
en
bloques
de
25
kilos,
barras
sin
sal,
elaborada
con
nata
de
leche
de
vaca
y
envasadas
y
etiquetadas
para
que
quienes
pujasen
por
ellas
pudieran
conservar
la
mercancía
durante
24
meses.
La
subasta
tampoco
estaba
dirigida
a
todo
el
mundo.
Se
lanzó
específicamente
para
mayoristas,
empresarios
que
se
dedican
al
sector
lácteo.
El
anuncio
se
lanzó
el
17
de
diciembre,
las
condiciones
del
proceso
se
publicaron
en
la
web
de
la
RARS
y
solo
unos
días
después
la
cadena
TVN24
desvelaba
que
hubo
dos
empresas
que
cumplieron
los
requisitos
y
presentaron
ofertas
que
las
autoridades
consideraron
adecuadas
para
hacerse
con
el
enorme
lote
de
mantequilla:
Mlekovita
y
Milkpol
Polska,
ambas
con
oficinas
en
Polonia.
…
y
a
precios
reducidos.
Si
hay
algo
que
destaca
en
la
subasta
de
la
RARS,
más
allá
de
la
enorme
cantidad
de
producto
que
se
sacó
al
mercado,
fue
su
precio.
El
Gobierno
polaco
licitó
la
mantequilla
por
un
precio
mínimo
de
28,38
PLN/Kg
sin
IVA,
equivalente
a
6,64
euros.
No
está
mal
si
se
tiene
en
cuenta
que,
como
recuerda
la
CNN,
hace
dos
semanas
el
precio
en
los
supermercados
polacos
era
muy
superior:
en
función
de
la
marca,
costaba
entre
39,9
y
49,9
zlotys
el
kilo;
es
decir,
entre
9,3
y
11,7
euros.
El
valor
aportado
por
la
RARS
era
en
cualquier
caso
el
mínimo
de
partida,
por
lo
que
ya
durante
la
licitación
se
deslizaba
que
el
valor
final
de
venta
podría
ser
superior.

¿Por
qué
subastar
la
reserva?
Para
controlar
los
precios
del
mercado.
Lo
reconocía
abiertamente
Varsovia
hace
dos
semanas,
al
anunciar
la
licitación,
cuando
recordaba
que
la
mercancía
ha
entrado
en
una
espiral
de
precios
al
alza
que
trasciende
las
tiendas
polacas. «Recientemente
el
precio
de
la
mantequilla
ha
aumentado
de
forma
considerable
en
los
mercados
mundiales,
debido
sobre
todo
a
la
escasez
de
leche»,
señalaba
el
Ejecutivo. «Esta
situación
también
afecta
a
Polonia.
Para
estabilizarla,
la
RARS
anunció
una
licitación
para
la
venta
de
grandes
cantidades».
Una
decisión,
tres
claves.
Quizás
parezca
una
exageración,
pero
se
entiende
mejor
si
se
manejan
tres
claves.
La
primera
es
que
subastas
como
la
de
la
RARS
no
son
extrañas.
En
2019
China
tuvo
que
recurrir
a
sus
reservas
de
emergencia
de
carne
de
cerdo
y
Canadá
hizo
algo
similar
en
2021
con
el
jarabe
de
arce.
La
segunda
clave
es
la
relevancia
que
tiene
la
mantequilla
en
las
cocinas
polacas.
Statista
calcula
que
en
2023
el
consumo
medio
per
cápita
rozaba
los
seis
kilos
al
año,
considerablemente
por
encima
de
los
4,2
que
se
registraba
en
el
país
hace
dos
décadas.
Polonia
estaría
de
hecho
en
el «TOP
10»
mundial
en
ingesta
por
habitante.
Pendientes
del
precio.
La
tercer
clave
es
la
que
explica
que
Varsovia
haya
decidido
desprenderse
de
mil
toneladas
de
mantequilla
de
su
reserva
de
emergencia:
la
escalada
de
precios
que
protagoniza
la
mantequilla
desde
hace
un
tiempo,
lo
que
la
ha
llevado
a
máximos
históricos
durante
los
últimos
meses.
A
modo
de
referencia
y
si
se
echa
la
vista
a
los
valores
del
último
lustro,
en
verano
su
cotización
acumulaba
ya
un
alza
de
más
del
70%.
Sobre
su
encarecimiento
se
ha
pronunciado
la
FAO
y
la
curva
ascendente
de
precios
se
aprecia
con
claridad
también
en
los
informes
de
la
Comisión
Europea
o
la
firma
italiana
CLAL,
que
publica
información
actualizada
sobre
los
precios
de
la
mantequilla
al
por
mayor
en
el
mercado
de
Europa
occidental
y
a
escala
internacional.
Su
último
valor
se
corresponde
al
20
de
diciembre
y
situaba
la
tonelada
entre
7.170
y
8.300
euros.
Una
suma
de
factores.
Para
entender
esa
deriva
alcista
hay
que
tener
en
cuenta
varios
factores,
como
la
caída
de
producción,
los
costes
de
la
ganadería,
el
efecto
de
la
guerra
de
Ucrania,
la
meteorología
extrema,
el
desvío
de
recursos
hacia
producciones
más
rentables
o
la
pérdida
de
stock
en
un
mercado
en
el
que
la
mantequilla
ha
ocupado
parte
del
espacio
del
aceite
de
palma.
Hace
poco,
a
las
puertas
de
las
Navidades,
Euro
News
hacía
balance
sobre
la
situación
del
sector
y
calculaba
que
en
los
27
estados
de
la
UE
el
precio
de
la
mantequilla
se
había
disparado
un
19%
entre
octubre
de
2023
y
el
mismo
mes
de
2024.
En
algunos
países
el
aumento
fue
incluso
mayor.
En
Eslovaquia
el
incremento
alcanzó
el
49%
y
en
Alemania
y
la
República
Checa
rondó
el
40%.
En
la
práctica,
eso
se
traduce
en
que
una
barra
de
250
g
cuesta
en
las
tiendas
germanas
entre
2,4
y
4
euros,
en
función
de
la
marca.
El
caso
de
Polonia.
En
el
caso
de
Polonia,
Euro
News
habla
de
un
aumento
de
precios
del
11,4%
solo
entre
principios
de
noviembre
y
diciembre,
porcentaje
que
se
eleva
por
encima
del
49%
si
se
echa
la
vista
al
año
pasado.
Ese
alza
ha
llevado
ya
a
algunas
familias
a
pasarse
de
la
mantequilla
a
la
margarina.
También
ha
convertido
las
barras
de
este
producto
en
una
inesperada
arma
política
en
el
país,
con
cruces
de
reproches
entre
unos
partidos
que
tienen
cita
electoral
en
mayo
y
afrontan
una
inflación
interanual
que
superaba
de
forma
sensible
a
la
del
conjunto
de
la
Unión
Europea.
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Comisión
Europea