Los últimos sondeos que llegaron a la sede de campaña de Unión por la Patria (UxP) encendieron las alertas en el oficialismo a dos semanas del balotaje: los números muestran un marcado crecimiento en la intención de voto a Javier Milei, especialmente en el interior del país.
Sergio Massa viene haciendo un análisis muy fino, casi forense, de las encuestas. Si bien hay estudios que lo dan arriba, otras arrojan resultados bastante parejos con el libertario, con un posible empate dentro del margen de error. Lo que es concreto es que la distancia que el oficialismo sacó en las generales de octubre se acortó; y que el libertario ya está muy cerca.
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Decidido a consolidar la ventaja que consiguió en octubre, el ministro de Economía y candidato de UxP decidió reorganizar la campaña para captar el voto centrista en Santa Fe, Córdoba y Mendoza, tres provincias históricamente adversas para el kirchnerismo.
El jueves por la tarde, durante un encuentro con diputados del peronismo en la previa de la Asamblea Legislativa, Massa dio algunos indicios de esta nueva estrategia al pedirle a los legisladores del oficialismo y militantes que redoblen sus esfuerzos y “no se duerman en los laureles”.
A pesar de que la campaña del ministro viene siendo más ordenada, vertical y profesional que la de Milei, hay distritos importantes en los que el libertario, incluso cometiendo -él y sus asesores- varios “errores no forzados”, obtuvo muchos más votos que Massa. Se trata de provincias con un voto de centro “duro”, de fuerte tendencia anti K.
En Mendoza enfrenta a un electorado difícil, más cercano a Milei. Sin embargo, Massa cree -según sus trackings diarios- que puede encontrar un bolsón de votos.
El tigrense viajará a Córdoba y Santa Fe la semana próxima, dos lugares en los que el oficialismo necesita penetrar sí o sí. Sobre todo en Córdoba, donde ambos candidatos están a la caza de los 1.700.000 votos que sacó Juan Schiaretti. En la capital provincial va a estar el lunes. Ahí tiene buena relación con Daniel Passerini, el intendente local. Massa intentará mostrar un “peronismo pasteurizado”, que incluso disimula el kirchnerismo.
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Schiaretti, mientras tanto, se mantiene neutral: esta semana desmintió haber apoyado a Milei luego de que el libertario compartiera en X (la red social antes conocida como Twitter) un posteo falso que reflejaba un presunto respaldo de Schiaretti de cara al balotaje.
Sin embargo, en el oficialismo sí lograron obtener el apoyo de algunos sectores que responden a Schiaretti, una estrategia que busca presionar al mandatario cordobés para que “naturalmente” se logre un apoyo implícito de ese espacio con miras al mano a mano con Milei.
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Una muestra de esto es el apoyo que la cordobesa Natalia de la Sota, diputada del Interbloque Federal, le brindó a Massa de cara al balotaje. También lo hizo su compañero de banca Alejandro “Topo” Rodríguez y varios intendentes de la provincia.
Y los apoyos al ministro de Economía no solo llegan del peronismo, sino también de espacios que apoyaban a Schiaretti. La presidenta del Partido Socialista, la santafesina Mónica Fein, advirtió que “ante una posición autoritaria como la que expresa Javier Milei, el 19 (de noviembre) hay que elegir a Sergio Massa”. Los votantes representan otro desafío, más complicado.
El acercamiento de Mauricio Macri a Javier Milei permitiría, según algunos estudios, el traslado de un 60% de los votos que sacó Patricia Bullrich en las generales. Algunos de esos votos ya se habían ido con el libertario; y la decisión de acercarse públicamente le aportó otro 20-30% más.
Sin embargo, Massa cree que puede recuperar terreno, porque el pacto con el PRO le puede haber restado al libertario el voto joven, urbano y pobre que había emigrado del peronismo a Milei en las PASO. Según explican en UxP, ya se recuperó un 20% de ese voto en octubre, y Massa aspira a recuperar otro 20% más.
