En el peor momento de la pandemia en la Argentina, con un promedio cercano a los 30 mil casos por día, el Gobierno nacional logró acelerar el plan de vacunación y alcanzó un acuerdo con Rusia para la producción de Sputnik V en el país, lo cual supone un espaldarazo significativo para el oficialismo con miras a las elecciones legislativas.
Tras alcanzar un acuerdo con la oposición para postergar un mes los comicios de medio término, y con la economía castigada por la pandemia, en la Casa Rosada se aferran a la inmunización de la mayor cantidad posible de argentinos para oxigenar la gestión y colgarse una medalla que pueda surtir efecto en las urnas. Pero la videoconferencia del viernes con Vladimir Putin y la posibilidad de fabricar dosis de la vacuna a gran escala alimenta otras razones: una alianza estratégica con Rusia y la posibilidad de reforzar el liderazgo regional de Alberto Fernández.
Luego de sufrir demoras, denuncias por irregularidades y con las controversias todavía latentes de las frustradas gestiones con Pfizer, la campaña de vacunación alcanzó en las últimas horas un récord de dosis aplicadas en un solo día: 356.454 en todo el país, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Según el Monitor Público de Vacunación, el registro online que muestra el avance diario del operativo de inmunización en todo el territorio argentino, hasta este sábado fueron distribuidas 17.495.490 vacunas, de las cuales 13.730.521 ya fueron aplicadas. Del total de aplicaciones, 10.733.428 personas recibieron la primera dosis y 2.997.093, las dos. Es decir que el 27,92% de los vacunados -y el equivalente al 6,54% de la población- cuenta con su esquema de inmunización completo. Lo que surgió en marzo como una estrategia ante la escasez ahora encuentra motivaciones electorales: el Gobierno profundizará la apuesta de vacunar con una primera dosis a la mayor cantidad posible de argentinos.
Putin terminó en las últimas horas de afianzarse como un aliado clave para el Gobierno. La foto que Alberto Fernández no pudo lograr durante su gira europea el mes pasado llegó este viernes. “El pueblo y el gobierno argentino le estamos inmensamente agradecidos”, le dijo el jefe de Estado a su par de la Federación Rusa en el anuncio del acuerdo. “Decimos en Argentina que los amigos se conocen en los momentos difíciles, y cuando pasamos un momento difícil, el gobierno de Rusia estuvo al lado de los argentinos ayudándonos a conseguir las vacunas que el mundo nos negaba”, amplió.
Alberto Fernández busca reforzar su liderazgo nacional
Marcelo Figueiras, presidente del laboratorio Richmond, que envasará las Sputnik V en la Argentina, anticipó que se podrían producir 500 mil dosis por semana y le puso fecha a la entrega del primer lote de vacunas: fines de junio. La compañía pondrá en marcha la construcción de una nueva planta dedicada a la producción de sueros. Estará lista el año que viene y, según su titular, las expectativas no se reducen a satisfacer la demanda local. “Apuntamos a exportar al mercado sudamericano, europeo y al sudeste asiático”, precisó.
Allí subyace una oportunidad que Alberto Fernández buscará capitalizar: su posicionamiento como líder regional en un escenario donde la aparición de nuevas variantes sugieren que el virus ha llegado para quedarse. Varios países vecinos que vienen más atrasados que la Argentina en su plan de vacunación tienen aprobada la Sputnik V: Paraguay, Ecuador, Bolivia y Venezuela. La lista que comprende a América Latina se alarga con México, Nicaragua y Honduras, entre otros. “La idea es esa: exportar en la región, además de la vacunación de los argentinos”, señaló a TN.com.ar una fuente de la Casa Rosada.
De visita en la Argentina, el canciller de Paraguay Euclides Acevedo se reunió con Figueiras para manifestarle el interés del gobierno de Mario Abdo Benítez en adquirir la Sputnik V nacional, según publicó la edición digital del diario Última Hora. Entretanto, Alberto Fernández afirmó el viernes que el último lote procedente de Moscú “traerá también vacunas para Paraguay, del mismo modo que en su momento trajimos para Bolivia, y así como intentamos acercar a México y Rusia para lograr un acuerdo y que la vacuna de Gamaleya llegue también al pueblo mexicano”.