«Nunca más». Ese es el grito al unísono que se escucha en cada uno de los rincones de nuestro país en el Día de la Memoria, Verdad y Justicia. Este 24 de marzo se cumplen 46 años del último golpe de Estado en Argentina y River, gracias al contacto realizado con sus familiares, dio a conocer las historias y cómo era la relación con el club de siete socios más que fueron detenidos desaparecidos en la dictadura militar.
Así, desde Núñez recopilaron los casos de Marcelo Aníbal Castello, Yves Marie Alain Domergue, Gustavo Adolfo Gayá, Ricardo Alberto Gayá, Américo Mohmet Sady, Ricardo Luis Cagnoni y Mauricio Fabián Weinstein. Además, la institución publicó un emotivo video en todas sus redes sociales con la frase «siempre presentes».
Acá, las siete nuevas historias que difundió River
Marcelo Aníbal Castello / Socio número 19.998
Marcelo nació el 16 de diciembre de 1950 en CABA y su esposa lo recuerda como fanático de River. Se hizo socio el 31 de marzo de 1966 con el número 19.998, a los 15 años. Empleado telefónico, fue secuestrado el 4 de febrero de 1977 en un operativo ilegal de detención en los alrededores de Av. Corrientes y Florida, en Capital Federal.
Yves Marie Alain Domergue / Socio número 97.436
Nació en París el 8 de agosto de 1954, era socio de River desde el 30 de marzo de 1968, a los 14 años. Su hermano contó que vivió su pasión por el Millonario en la época en que había tribuna femenina, comandada por la “Gorda Matosas”. Yves, o Ivo como figuraba en su documentación argentina, tenía casi cuatro años cuando la familia Domergue llegó de Francia a Argentina en julio de 1959. Se instalaron en el barrio de Núñez, en la calle Victorino de la Plaza 1525, a tres cuadras del Monumental.
Yves, el mayor, se hizo inmediatamente hincha de la banda roja, lo mismo que tres de sus ocho hermanos (otros cuatro eran de Boca y uno, de Estudiantes de La Plata). Ives y su hermano iban a las piletas del Club, pero centralmente a ver fútbol en la tribuna. Era fanático y lo acompañaba siempre su hermano, pese a ser simpatizante de Boca. Ya en la clandestinidad a partir del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976, le fue imposible ir a ver a su River querido. Lo seguía con fervor de hincha por la radio y leyendo los diarios, pero no alcanzó a ver al Club ganar su zona en el Torneo Nacional de ese año.
Era estudiante universitario y tenía sólo 22 años cuando fue secuestrado y asesinado en la vía pública, cerca de Carreras, provincia de Santa Fe, entre el 22 y el 26 de septiembre de 1976.
Las siete historias que difundió River.
Gustavo Adolfo Gayá y Ricardo Alberto Gayá / Socios número 49.678 y 49.679
Hermanos mellizos, nacidos el 2 de octubre de 1950 en San Fernando, se hicieron socios el mismo día (30 de marzo de 1962) cuando tenían 12 años, junto con el hermano mayor de ambos. Gustavo era empleado en una agencia de turismo y Ricardo era oficial ayudante en la Policía Federal. El primero fue secuestrado el 14 de septiembre de 1976 en el barrio de Chacarita, Ciudad de Buenos Aires, un mes y medio después que su hermano. A ambos los asesinaron a los 26 años, el 13 de octubre del mismo año, en aguas del canal de su ciudad de origen.
El hijo de Gustavo cuenta que no es hincha de River, pero tiene mucho cariño por los colores, que ambos mellizos realizaron una prueba para jugar fútbol en el Club y que Gustavo quedó convocado, pero que no pudo continuar porque, según le cuentan, su abuelo necesitaba que trabajara. Eran del barrio de Las Cañitas, pasaban sus tardes en la pileta y asistían a la colonia. Carlos, el hermano mayor de ellos, también era socio. Todos iban a la cancha y su madre también es hincha de River.
Américo Mohmet Sady / Socio número 17.357
Américo nació el 29 de septiembre de 1932. Se hizo socio activo pleno el 29 de marzo de 1963, era comerciante y fue secuestrado a los 43 años el 10 de mayo de 1976 en el barrio de Villa Urquiza, CABA, el mismo día que su esposa Delia. Su hijo cuenta que Américo seguía a River a todos lados y que ya casado y con hijos, asistían al Monumental sin excepción, a la platea San Martín baja, luego de almorzar en el Club y observar el partido de Reserva. Era tradición también saludar a la madre de Américo que vivía cerca del estadio de camino al Monumental y buscar su “bendición” para que River ganara.
Cuando el equipo jugaba de visitante, asado mediante y como tradición familiar lo escuchaban por la radio. Para su hijo, Américo amaba a River profundamente: cuenta que el 17 de agosto de 1975, en los festejos frente a Racing, su padre le dijo, pese a que nunca faltaba al estadio: “Yo no voy a ir, vos andá y buscá a alguien afuera que no haya podido entrar nunca al Monumental y sentalo en mi platea, que disfrute también: ¡para un hincha de River no hay nada mejor que otro hincha de River!”.
A su hijo le costó mucho tiempo aceptar que la “desaparición” de Américo sería permanente. Viviendo ya en el exterior del país formó su propia familia y un día regresó de visita a Argentina y al estadio ya con su esposa y sus dos hijos pequeños. Subiendo las escaleras de la platea San Martín no pudo continuar, se le comenzaron a endurecer las piernas, y debió sentarse en los escalones mirando hacia el hall central y comenzó a llorar desconsoladamente, con su hijo al lado, es decir el nieto de Américo.
Allí comprendió finalmente que Américo ya no volvería pero que estaba llevando a su hijo al estadio como lo había hecho su padre con él, y eso era finalmente su duelo. Pudo pararse y decirle a sus hijos: “Acá, papá y el abuelo siempre fueron felices”. Hoy la tradición continúa: el hijo de Américo vive en el exterior, pero su nieto, ese que lloró con él en las escaleras de la platea San Martín, tiene su propia platea allí mismo en cada partido, para que Américo esté siempre presente.
Ricardo Luis Cagnoni / Socio número 131.668
Ricardo nació el 25 de enero de 1954 en Capital Federal y se asoció el 5 de marzo de 1965. Fue técnico mecánico en la fábrica de la empresa Ford, estudiante universitario y víctima de desaparición forzada el 3 de abril de 1977, en la terminal de Constitución. Cuando desapareció, su hija era aún bebé y regresó con su madre a criarse en Tandil. En los encuentros familiares, tanto sus primos como su abuelo lucían siempre la camiseta de River y su amor por el Club. Toda la familia era fanática, pero saber ahora que su padre se hizo socio a los once años le ayuda a seguir reconstruyendo su vida y el vínculo amoroso con él.
Mauricio Fabián Weinstein / Socio número 135.549
Nació el 7 de abril de 1960 y tenía 14 años cuando se hizo socio del Club un 9 de agosto. Estudiante secundario de la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini, fue secuestrado el 18 de abril de 1974 y detenido-desaparecido en el Campo de Concentración “El Vesubio”.