EL primer Porsche fue eléctrico y tenía 5 caballos: hace 120 años ya imaginaban un futuro de coches silenciosos y cero emisiones

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Los coches eléctricos son actualidad indiscutiblemente, sobre todo a medida que su autonomía es mejor y que son puramente eléctricos y más avanzados a nivel tecnológico, pero su historia no sólo tiene décadas, sino siglos. Y parte de esos primeros adoquines de historia del coche eléctrico fueron puestos por fabricantes como Porsche, que ya en 1898 tenía un coche eléctrico.

De hecho, este proto-coche eléctrico fue el primer automóvil de Porsche, antes de que la marca existiese como tal y en los primeros inicios de la industria del automóvil. Un germen que posteriormente vio cortado su crecimiento por el camino que tomó esta industria, pero que partía con las mismas premisas que buscamos ahora en el coche eléctrico: el silencio y las cero emisiones.

Descapotable, con 12 marchas y cinco caballos de potencia

El Departamento de Energía de Estados Unidos habla de 1832 como el año en el que se construyó el primer coche eléctrico. Concretamente el que desarrolló Robert Anderson como primer prototipo o experimento, si bien no sería hasta la década de los 70 cuando más fabricantes se pusieron a desarrollar coches eléctricos que fuesen prácticos.

Así era el DAR, el primer coche eléctrico fabricado artesanalmente en España en 1946

En esa primera hornada de coches eléctricos ideados tanto por particulares como por compañías estuvo el vehículo eléctrico Egger-Lohner, modelo C.2 Phaeton, también conocido como Porsche P1 ya que así es como lo llamaba su creador Ferdinand Porsche, según cuentan en ArsTechnica. Fue el primer coche eléctrico con batería de la compañía, de hecho fue el primer diseño mundial de Porsche y data de 1898.

El automóvil nació de una colaboración de un joven Ferdinand Porsche que a sus 18 años marchó de Bohemia (actualmente en la República Checa) hasta Viena para trabajar en la firma Bela Egger & Co. en compaginación con sus estudios en la Universidad Imperial Técnica de Reichenberg. Cuatro años después, en 1897 y ya jefe del departamento de pruebas de la empresa, logró construir un motor eléctrico y contactó con Jacob Lohner & Co., una empresa de fabricación de carruajes, con quien acabaría construyendo el P1 a sus 22 años.

Hablando del C.2 Phaeton, se trataba de un coche con cuatro asientos, con chasis abierto y con un peso total de unos 1.350 kilogramos. El motor del P1 estaba en la parte trasera, una unidad que fue denominada como «motor eléctrico octogonal» por la forma que tenía, pesaba unos 130 kilogramos y tenía una potencia de 2,2 kilovatios a 350 revoluciones por minuto, alcanzando los 3,7 kW (5 caballos) a su velocidad máxima: 35 kilómetros/hora, que no está nada mal teniendo en cuenta que los primeros Benz Motorwagen con motor de combustión (en torno a esos años) alcanzaban unos 16 km/h como máximo.

La batería daba una autonomía de unos 79 kilómetros y pesaba unos 500 kilogramos

La batería, de unos 500 kilogramos de peso, daba una autonomía aproximada de 79 kilómetros (unas cinco horas en total). Y lo curioso es el sistema de marchas que usaba, siendo de doce en total (seis para circular hacia delante, dos para atrás y cuatro para frenar). A nivel de diseño, como hemos dicho estaba totalmente descubierto (con un pequeño capó desplegable) y las ruedas estaban hechas en madera (pero con neumáticos).

Viendo un futuro de coches silenciosos y «limpios» a finales del siglo XIX

Algo curioso también es la apuesta de la firma Lohner por el coche eléctrico cuando aún era un embrión de lo que es ahora, en parte porque a finales del siglo XIX ya pensaban que sería algo comecializable dado su silencioso desplazamiento y la no emisión de gases (según comentaban en Ars). Justo los reclamos (y lo que se suele buscar) a la hora de vender y comprar un coche eléctrico (sería curioso ver qué hubiesen opinado aquellos ingenieros de que ahora les queramos poner avisos acústicos).

Cartel del P1 para una exhibición en Berlín en 1899

El P1 se paseó por las calles de Viena el 26 de junio de 1898, fue el primer coche Porsche de la historia como decíamos antes y uno de los primeros vehículos registrados en Austria. También llegó a ganar una carrera en Berlín dentro de una exhibición de coches eléctricos, en la que condujo el propio Porsche (con tres pasajeros, algo obligatorio según las reglas).

Ahora, más de 120 años después, queda uno en el Porsche-Museum de Stuttgart. Se fabricaron cuatro P1 durante esa época y años después lanzaron el Lohner-Porsche Semper Vivus, considerado el primer coche híbrido de la historia, pero no podían competir con los motores de combustión y la expansión de las gasolineras, y poco a poco fueron quedando en el olvido.

Imagen | Wikimedia Commons