El empleo del futuro *Por Gisela Clausen

0
274

Robótica, impresoras 3D, inteligencia artificial, realidad aumentada, internet de las cosas, son algunos de los términos que se escuchan en medio de lo que se le denomina “la cuarta revolución industrial”. 

Todos, de una u otra manera, ya venimos experimentado las bondades y desventajas que los avances tecnológicos traen consigo en materia social; así como también, en materia laboral.

En lo que al mundo laboral respecta, si hacemos un pantallazo podremos ver cómo hemos evolucionado. Durante los últimos veinte años la fuerza de trabajo ha pasado de desarrollar tareas manuales (denominadas también de mano de obra intensiva) a realizar tareas de índole cognitivas.

En materia de empleabilidad son muchos los interrogantes que se presentan cuando vemos que la incorporación de maquinarias, computadoras e internet generan cierto grado de automatización en los puestos de trabajo. Es entonces cuando debemos preguntarnos qué pasará de ahora en adelante ¿qué puestos demandarán las organizaciones? ¿Cuáles son las aptitudes o capacidades que se requerirán?

Existen claros indicios respecto de las tendencias en materia de empleos en los próximos años, provistos por investigaciones realizadas por diferentes organizaciones. Tal es así que Manpower Group mediante la “Encuesta Anual de Talento” llevada a cabo América Latina, ha constatado que en nuestro país se presentan dificultades a la hora de cubrir puestos donde se demandan oficios manuales calificados (electricistas, plomeros, albañiles, carpinteros, entre otros).

Ahora bien; es aquí donde se encuentra la gran encrucijada, ya que si bien la tendencia mundial se orienta al empleo de nuevas tecnologías que permitan aumentar aún más la productividad en las organizaciones; en nuestro país, dado la carencia de acceso a créditos blandos para las pymes y las dificultades presentadas por el contexto económico, de inestabilidad y devaluación crónica; llegar a invertir en tecnologías de punta muchas veces pasa ser un lujo para los empresarios.

En el corto plazo la demanda de mano de obra con capacidades técnicas es inminente; sin embargo en un futuro no muy lejano, se requerirán personas que no sólo cuenten con éstos conocimientos, sino que además los acompañen con capacidades blandas altamente desarrolladas, como lo son la creatividad (para el desarrollo de las denominadas TICs, por ejemplo), empatía, comunicación, oratoria, capacidad de resolución de conflictos,  necesarias principalmente para el desarrollo de actividades donde el foco sea la atención al cliente.

El mundo, tal como lo percibimos, no va a existir más. Hay cambios que no podremos evitar, pero lo que sí podremos evitar es sentirnos desplazados.

La clave está en la formación; reaprender lo conocido y continuar formándose será una tarea que involucrará necesariamente a empleados y empleadores que le permitirá avanzar en una nueva gestión del talento humano.

*  Licenciada en Adm. De Empresas – Sigma Soluciones Empresariales