El Burrito Ortega súper bancó a Barco: «Potrero» y «rebeldía»

Ariel Ortega tiene de ídolo absoluto lo que tiene de community manager. El jujeño no tiene muchas publicaciones en sus redes sociales. Pero este jueves metió un posteo fuerte vinculado a su amado River. Una banca gigante a Esequiel Barco…

Luego de la noche del affaire Barco ante Atlético Tucumán, Ortega tomó partido… ¿Que Barco erró el primer penal? ¿Que le sacó a Borja la pelota? ¿Que desautorizó a Demichelis? El Burrito respondió con una foto y un par de palabras.

«Aguante potrero, rebeldía y gambetas», escribió Ariel Arnaldo refiriéndose a Barco, quien luego de la acción de los dos penales (uno atajado y, tras la revisión del VAR, el otro desviado), no salió a jugar el segundo tiempo.

Lo que plantea Ortega tiene un alto peso simbólico porque el ídolo histórico se muestra identificado con el potrero y la gambeta de Barco. Pero el mensaje del Burrito es también una defensa a la «rebeldía» de quien no escuchó la voz del entrenador.

Detrás de los golazos, las hazañas, los caños y demás genialidades de Ortega, hubo un episodio en el que también tuvo un contrapunto con el DT en pleno partido. El 4 de diciembre de 1996, durante un clásico ante Racing, Bonano fue expulsado y Ramón quiso sacar a Ortega para poner a Burgos. Sin embargo, Ortega se negó a salir y Francescoli intervino para frenar el cambio. Al final, Roberto Monserrat terminó siendo el reemplazado. Y Ortega, marcó un golazo en el 4-3.

Claro que ese hecho es inusual y empezaron a surgir rumores de todo tipo con respecto a lo que sucedió en ese entretiempo. Es que estaba demasiado caliente el entrenador cuando durante el partido Barco no le hizo caso a la orden para que el segundo penal lo pateara Borja.

Demichelis dijo en conferencia que «hay cosas que quedan para puertas adentro» y Barco no se refirió a la situación. Lo más curioso sucedió cuando el técnico dejaba el estadio Fierro de Tucumán, bolsito al hombro. Mientras firmaba autógrafos y prefería no grabar videos con saludos, le preguntaron por una marca que tenía en el pómulo derecho y, con una sonrisa, respondió: «Es un hongo, es un hongo».

De esta forma, Demichelis quiso cortar de raíz cualquier comentario acerca de un cruce con Barco que excediera a lo verbal, aun a riesgo de darle más entidad al asunto. En el partido había marcado un límite al sacarlo en el entretiempo (incluso cuando vio que Barco iba a patear, desobedeciendo, mandó a hacer calentamiento previo a Maantuono) y luego en conferencia había dado su explicación, sin vueltas: reconoció que él quería que el segundo penal lo pateara Borja y de alguna manera que por eso tomó la decisión que tomó. Al irse del estadio, metió el «es un hongo, es un hongo».

Para River este empate en Tucumán es lo de menos. Porque es líder en su grupo, suma tres victorias y dos empates. Lo más preocupante es lo que deje este cortocircuito con Barco, jugador fundamental del equipo, y qué tiene Borja, quien salió lesionado en el ST. Más de cara al superclásico del domingo 25 de febrero en el Monumental.