Si es por series de anime de temporada única, en Netflix tenemos a puñados para elegir entre originales de la plataforma como ‘Cyberpunk: Edgerunners‘ o adaptaciones directas de mangas.
Aunque se ha quedado un poco sepultada en medio de grandes IPs, ‘Dorohedoro‘ es una de las series más interesantes que nos podemos echar a la cara en la plataforma, con una historia repletita de acción y un mundo vibrante donde la violencia no falta en el día a día de sus habitantes.
Hechiceros, caimanes y gyozas
‘Dorohedoro‘ arrancó como un manga escrito y dibujado por Q Hayashida que se publicó entre noviembre del año 2000 y septiembre de 2018. En este tiempo la historia dio de sí hasta en 23 volúmenes recopilatorios, y el anime de Netflix es la introducción perfecta a la historia.
La historia sigue a Caimán, un hombre con una cabeza de reptil que no recuerda nada de su vida antes de despertarse con ese aspecto. Su amiga Nikaido le ayuda en la búsqueda de su antigua identidad… lo que consiste en asaltar a hechiceros, morderles la cabeza y averiguar si son responsables de su transformación.
El escenario en el que se ambienta el anime nos plantea dos escenarios muy diferente: el mundo de los hechiceros, un lugar brillante y llena de magia, y la ciudad de Hole, que esta sumergida en la polución que causan los hechiceros.
El paso de un mundo a otro enfatiza muy bien la diferencia de clases entre los usuarios de magia y los humanos normales, que suelen ser bastante más pobres y el objetivo de los hechiceros para practicar sus habilidades.
Es un universo muy violento, con un protagonista que no tiene reparos al despiezar a quien sea, cuchilladas, explosiones, caras arrancadas… todo lo que quieras. Pero aunque en principio parece que estamos ante un festival de gore desatado, según avanza la trama la serie también va ganando más sabor.
‘Dorohedoro’ es posiblemente de los animes más raros que tenemos en la plataforma. Es divertido, muy cafre, y tiene un humor y una estética que quizás no sea para todo el mundo, pero te va envolviendo poco a poco en su universo y las dinámicas de personajes y te va enganchando cada vez más.
Sí, es perturbador, y hay escenas muy explícitas, con muchas dosis de acción, combates, pactos con demonios y magia oscura que no deja títere sin cabeza. Y aún así sigue estando lleno momentos sorprendentemente entrañables donde brillan las relaciones entre los personajes.
Todos los personajes tienen un algo con el que es fácil pillarles el puntillo y quererte quedar solo para ver qué siguen haciendo (y qué más les puede pasar).
Y por mucho que pueda sonar cursi, precisamente la exploración de las diferentes amistades que vemos en el anime es uno de los puntos más atrayentes porque no te esperas que puedan ser tan intensas ni tan profundas, ya sea entre Caimán y Nikaido o entre Shin y Noi, quienes de entrada parecen dos sicarios con la mecha floja y poco más que aportar hasta que vamos llegando a las capas más profundas de sus personajes.
Al principio puede ser difícil entrar al juego de ‘Dorohedoro’, porque el planteamiento del worldbuilding puede ser un poco confuso con su escenario distópico al que te lanzan de cabeza. Y sí, aunque al principio parece simplemente una serie de catastróficos descuartizamientos que se puede hacer un tanto lenta, poco a poco a poco te va presentando a todo su un mundo muy rico y complejo y una investigación que te mantiene enganchado.
Aunque es más modesta que ‘Shingeki no Kyojin‘ y ‘Jujutsu Kaisen‘, MAPPA ha hecho un trabajo espectacular con ‘Dorohedoro‘, especialmente al combinar su animación tradicional con CGI de una manera muy natural y sutil que casa a la perfección. Entre los fondos pintados, diseños de personajes muy detallados y una animación muy fluida y expresiva, tenemos un estilo de anime muy peculiar y que saca lo mejor de esta serie tan extraña y con tantísima personalidad.
En Netflix tenemos disponibles los 12 episodios del anime y un capítulo especial que recoge los especiales directos a video cortitos que se lanzaron en su momento. Por ahora no hay noticias de que vaya a haber una temporada 2, pero teniendo en cuenta que todavía queda mucho material por delante hay que tener esperanza.
