Se va acercando (demasiado) poco a poco la final de Masterchef, pero los concursantes siguen cometiendo graves errores, en una edición con un nivel de cocina manifiestamente inferior al de pasadas temporadas.
En la primera prueba, los jueces de MasterChef han explicado que iban a poner a prueba el supuesto sexto sentido de los aspirantes: la intuición. Para ello han recibido la visita de exaspirantes como Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández, Anabel Alonso, Carmen Lomana, Jefferson, Juan Antonio y María Blanco.
Pero la prueba nada tenía que ver con la polémica, y nunca demostrada, percepción extrasensorial, sino con la mímica. ¿Qué tiene que ver eso con la intuición? Suponemos que hay que rellenar guion.
Los invitados han explicado a los concursantes la receta que debía realizar: platos típicos de diversos países como curry de langosta tailandés, terrina de foie micuit de Francia, ropa vieja cubana, francesinha portugesa, quesadillas de huitlacoche, tajín de pollo con cuscús al estilo tunecino, un ramen japonés y unos ravioli de queso y gambas con pesto.
Como ya es habitual, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz también han participado en la prueba y Edu Soto ha acompañado a Samantha Vallejo-Nágera para supervisar el cocinado.
Como de costumbre, ha habido platos muy desiguales, por culpa en parte de algunos mimos, incapaces de explicar nada a derechas. Samira, a la que acompañana Mario Vaquerizo ha presentado un foie micuit sin cocinar, incomible, y la francesinha de Aitana era aún más mazacote que el original. Por el contrariol, estaban bien logrados el ramen de Valentín y los tacos de Teresa, que han sido los ganadores de la prueba y han obtenido la clásica ventaja.
Quiero vivir en América
En la prueba de exteriores, las cocinas de MasterChef se han trasladado al escenario del Teatro Calderón de Madrid, donde se representa el musical West Side Story, el protagonista del momento publicitario de hoy.
Los equipos han tenido que preparar un menú para todo el elenco, los productores y el director del musical. Teresa y Valentín han sido los capitanes y ha tenido que elegir a los aspirantes que peor les caían para formar los equipos, pues esta vez tenían que que cocinar con sus «enemigos».
El menú ha estado compuesto por un poke de quinoa, kale y salmón; menestra de verduras con jugo de vainas; pollo de corral con boniato y shitake; y un postre, espuma de yogur, frutas de la pasión y pipas de calabaza garrapiñadas
A mitad del cocinado, en el típico giro injusto, los equipos han heredado los platos que estaban preparando sus rivales. El equipo de Valentin, que iba mucho mejor, se ha encontrado con la menestra desastrosa a medio hacer del equipo de Teresa, que se ha comportado de forma muy autoritaria durante todo el cocinado. Pese a esto, habiendo dejado el marrón al otro grupo, ha presentado mejores platos y es que ¿cómo vas a hacer una buena menestra si heredas un brócoli cortado con hacha y unas alcachofas mal peladas? Los jueces no han dudado en culpar a Valentín del error y en felicitar a Teresa por haber reconducido mejor la situación así que, pese que al grupo se ha pasado peleando todo el cocinado, ha ganado la prueba.
Aprendiendo con los Roca
En la prueba de eliminación, los concursante se han enfrentado a una prueba de cocina de vanguardia, presentada por Joan Roca y su hijo, Marc Roca, que han preparado dos platos junto a los aspirantes.
Para elaborar sus recetas los concursantes podían escoger alimentos dentro de una selección de lácteos, latas, verduras y frutas y, por último, proteína animal. Sin embargo, cuantos más lotes escogían, disponían de menos tiempo para realizar la elaboración. Solo Carmen y Aitana se han plantado tras desvelar los lácteos, las latas y las verduras, y han dispuesto de 45 minutos para cocinar. El resto, incluidos los Roca, ha podido cocinar con todos los productos disponibles, pero solo durante 30 minutos.
Además de estos ingredientes, los aspirantes tenían que utilizar diferentes gases que se suelen utilizar en las cocinas más avanzadas, como aire, dióxido carbónico, óxido de nitrógeno y nitrógeno.
Joan Roca ha enseñado en el programa la elaboración de sus famosos pulpitos al humo de pimentón, uno de los platos emblemáticos de El Celler de Can Roca, uno de esos momentos de pura gastronomía que por desgracia no abundan últimamente en MasterChef.
Lástima que luego hayamos visto los platos de los concursantes, que han sido en general un desastre. Han oído la palabra «vanguardia» y se han puesto a mezclar ostras con piña o alcachofas con queso y compota de manzana.
Aleix y Valentín han presentado sendos platos bastante logrados, que han recibido la bedición de los Roca; Carlos ha presentado un plato mediocre, pero bastante mejor que los de Aitana y Carmen, que eran nefastos, y se han jugado la expulsión, pero ha sido esta última la expulsada.
Imposible seguir en el concurso presentando un plato en el que se mezclaban caballa, mejillones y tomate de lata con un aire de almibar de piña de lata. Eso es todo, señoría.