Cómo hacer un caldo de pollo casero y reconfortante (con trucos para que te quede sabroso y sin nada de grasa)

0
77

Para hacer nuestro caldo de pollo casero y reconfortante necesitaremos unas carcasas o esqueletos de pollo. Podéis encontrarlos sin dificultad en cualquier pollería o supermercado. Para que el caldo tenga más sabor y color os recomiendo tostar los huesos antes de proceder a hervirlos.

Mi madre siempre los freía un poco en una sartén, pero yo os recomiendo tostarlos en la bandeja del horno, porque así no incorporamos nada de grasa. Otro truco, es añadir unas alitas de pollo, que apenas tienen carne y son muy baratas pero que aportan muchísimo sabor y colágeno, que dará cuerpo a nuestro caldo. Una vez tostado todo ello en el horno, lo pasamos a una gran cacerola o marmita y lo ponemos a cocer con 3 litros de agua.

Cuando lleve cociendo 45 minutos, aplastamos los huesos con una cuchara y agregamos las verduras indicadas, dejando cocinar todo durante otros 45 minutos. Las verduras refrescarán el caldo y aportarán un extra de sabor.

Pasos 1 Caldo De Pollo

Pasos 1 Caldo De Pollo

Como mejorar nuestro caldo de pollo casero

Una vez cocinado, colamos el caldo para retirar los huesos y volvemos a poner el caldo a cocer para concentrar el sabor y reducir un poco. Será suficiente con otros 15 minutos a fuego vivo para que los sabores se concentren y se evapore un poco de líquido.

En la superficie de la cacerola, habrá quedado una ligera capa de grasa que podemos retirar de una manera muy sencilla: poned el caldo cuando se haya enfriado en frascos y metedlos en la nevera durante un par de horas. Así, la grasa quedará arriba y la podremos retirar con facilidad porque se solidificará como si fuera mantequilla.

Cuando hayamos retirado la parte sólida de la parte superior, nuestro caldo estará listo para consumir o para congelar. Os recomiendo tener siempre un par de frascos de este caldo en el congelador porque viene muy bien para hacer un consomé o una sopa cuando vienen días fríos y porque es una base excelente para guisos y arroces como ya os hemos contado.

Si os fijáis en la imagen siguiente, podéis ver que al sacarlo del frasco y ponerlo en un cazo, el caldo parece una gelatina debido al colágeno que tiene, lo que hace que sea un caldo con cuerpo, de sabor intenso y sin nada de grasa. Obviamente, en cuanto se calienta, queda como un caldo normal y corriente, líquido, dorado y apetecible.

Caldo De Pollo Final

Caldo De Pollo Final