Lavar y secar con mucha delicadeza los higos, que deberán estar bien maduros pero no pasados. Pelar con cuidado de que tengan una capa gruesa. Podemos también dejarla, aunque es menos dulce. Pesar unos 500 g de higos pelados.
Colocar en un cazo o cazuela no muy grande, añadir el zumo de limón y machacarlos un poco con un cucharón de madera o lengüeta. Encender el fuego y calentar a temperatura media mientras seguimos machacando. Agregar el vinagre de Módena, si se desea.
Los higos ya deberían haber soltado sus jugos; si no fuera así, agregar un chorrito de agua. Cocer a fuego bajo durante unos 20 minutos hasta que la fruta esté deshecha y haya espesado. Retirar, añadir las semillas de chía y remover bien. Dejar enfriar; la chía espesará los higos dándole textura de mermelada.
Con qué acompañar la mermelada de higos sin azúcar
Una vez fría, guardar la mermelada de higos sin azúcar en tarros limpios de cierre hermético, pequeños, y guardar en la nevera, o congelar. Naturalmente dulce, el puro sabor de la fruta de esta preparación es perfecta para tomar en preparaciones dulces o saladas. Combina de maravilla con cualquier queso, jamón, frutos secos o carnes, por ejemplo pollo asado. También podemos combinarla con aceite de oliva y un poco de vinagre o agua para hacer un aliño de ensaladas y verduras.
