El Festival Internacional de Danza Emergente se define, según sus organizadores, como «un proyecto argentino impulsado por artistas y gestorxs independientes. Su objetivo principal es generar una plataforma periódica que extienda y renueve los vínculos entre los trabajadores de la danza residentes en la Ciudad de Buenos Aires y aquellos provenientes de otras regiones». «A través de sus tres ediciones, realizadas entre 2015 y 2017, FIDE ha consolidado un modelo de gestión asociativo e interinstitucional desplegado junto a diversos proyectos, espacios e instituciones públicas y privadas», explican.
La edición 2020, pensada originalmente en modo presencial, representa el relanzamiento del proyecto y es resultado de un largo trabajo de gestión. Como tantas otras acciones culturales resultó directamente afectada por la situación actual de pandemia, aislamiento y suspensión de eventos artísticos. Sin embargo, los organizadores decidieron llevar adelante esta edición y hacerla sobrevivir de forma virtual entre la extrañeza y la incertidumbre de nuestros días. En este formato se presentarán artistas de Ciudad de Buenos Aires, La Plata, Mendoza, Bahía Blanca y también internacionales: Brasil, Colombia, Uruguay, España y Suiza.
En el marco de este gran desafío, el festival recurre a nuevos soportes que se vuelven necesarios para compartir su programación, y reelabora también, el formato de sus contenidos. Hacemos esta apuesta para poner en valor el trabajo realizado hasta aquí, distribuir los recursos entre una comunidad artística en emergencia y darnos la oportunidad de construir (desde lo que queda, desde lo que hay) un nuevo discurso colectivo, que incluso, pueda interpelar de alguna manera esta realidad que nos toca vivir.
Según explican los organizadores, si bien FIDE no se origina en una reflexión sobre lo virtual pretende subsistir de este modo ante la contingencia. El festival se convierte entonces, en un relato virtual del festival que no pudo ser. La virtualidad no fue elegida, pero ¿qué posibilita? ¿Qué se provoca? ¿Desaparecen las obras? ¿Qué tienen para decir hoy lxs artistas? ¿Cómo podemos practicar nuevas formas de cercanía en este contexto de distanciamiento físico? ¿Cómo hacemos para estar con otrxs? Las preguntas exceden el ámbito de la danza: ¿qué les pasa a los cuerpos?