Hay
zonas
en
las
que,
por
mucho
que
se
excave,
siguen
apareciendo
restos
del
pasado.
Egipto
es
una
de
ellas,
ya
que
cada
cierto
tiempo
se
descubren
nuevos
detalles
que
permiten
explicar
cómo
lograron
levantar
las
pirámides
o
yacimientos
como
los
numerosos
que
están
apareciendo
en
Saqqara.
A
miles
de
kilómetros
de
Egipto
no
se
quedan
atrás,
puesto
que
en
México
el
Instituto
Nacional
de
Antropología
e
Historia
informa
cada
poco
tiempo
de
nuevos
hallazgos
muy
relevantes.
Lo
último
es
una
caja
prehispánica
repleta
de
utilería
elaborada
en
obsidiana.
Y
lo
más
curioso
es
que
pudieron
ser
herramientas
utilizadas
en
rituales
que
incluían
sacrificios.
Buen
año
para
la
arqueología.
2023
y
2024
están
siendo
años
muy
fructíferos
para
los
arqueólogos
mexicanos.
También
repletos
de
trabajo,
ya
que
a
la
exploración
de
los
restos
bajo
Ciudad
de
México,
se
suman
varios
tramos
del
Tren
Maya.
Este
es
un
proyecto
que
conectará
varias
ciudades
del
este
del
país
y
los
arqueólogos
del
INAH
están
encontrando
millones
de
bienes
materiales
(y
hasta
pirámides),
en
sus
labores
de
exploración
previas
a
la
construcción
o
adecuación
de
las
vías.
Tlatelolco.
El
Tren
Maya,
sin
embargo,
no
es
el
único
gran
proyecto
en
el
que
está
involucrado
el
Instituto.
Ciudad
de
México
es
ahora
una
enorme
ciudad,
pero
gran
parte
de
su
riqueza
está
bajo
tierra.
El
motivo
es
que
se
levantó
sobre
ciudades
como
Tenochtitlan
o
Tlatelolco.
Fue
en
1338
cuando
se
fundó
esta
última
y
hace
unas
semanas,
los
investigadores
pudieron
conectar
los
hallazgos
de
los
últimos
tiempos
para
tener
una
fotografía
de
cómo
era
la
ciudad
en
la
antigüedad.
Hasta
su
colapso
en
algún
momento
entre
1555
y
1607,
Tlatelolco
fue
un
puerto
comercial
muy
importante,
lo
que
significó
que
no
sólo
era
rico
en
bienes
materiales,
sino
también
en
cultura
debido
al
intercambio
entre
distintas
sociedades.
El
INAH
lleva
80
años
investigando
la
Zona
Arqueológica
de
Tlatelolco
y
en
una
reciente
excavación,
el
Instituto
ha
anunciado
que
han
encontrado
una
caja
repleta
de
herramientas.
La
caja
de
los
rituales.
A
una
profundidad
de
2,8
metros,
esta «caja»
construida
en
piedra
y
que
data
de
algún
momento
de
entre
1375
y
1418,
tenía
en
su
interior
59
navajillas
de
unos
10
y
15
centímetros,
así
como
siete
cuchillos
con
una
longitud
similar.
Todos
ellos
elaborados
en
obsidiana
y,
además,
se
encontraron
unos
bloques
de
copal.
El
copal
es
una
especie
de
resina
y
tiene
una
gran
importancia
en
la
cultura
prehispánica
y
maya
como
elemento
ceremonial.
Este
elemento
se
quemaba
como
ofrenda
a
los
dioses,
y
todo
ese
elemento
religioso
tiene
mucho
sentido
para
Laue
Padilla,
una
de
las
investigadoras
que
defiende
que
estos
elementos «debieron
ser
utilizados
en
actos
de
autosacrificio
por
parte
de
los
sacerdotes
tlatelolcas».
Buen
augurio.
Lo
bueno
es
que
Tlatelolco
parece
una
mina
y
aún
tiene
mucho
que
ofrecer.
De
hecho,
los
arqueólogos
esperan
encontrar
más
elementos
a
en
estas
cajas
de
rituales
a
medida
que
continúe
la
exploración.
Además,
están
registrando
todo
mediante
fotogrametría
y
muestras
de
tierra
para
realizar
un
análisis
que
pueda
arrojar
luz
sobre
el
material
orgánico
en
el
interior
de
las
mismas.
De
hecho,
en
el
propio
anuncio
de
este
hallazgo,
el
INAH
comentaba
que
dos
estudiantes
de
arqueología
descubrieron
en
la
zona
comales
-utensilios
de
cocina-
cerámicos
y
un
yacimiento
en
el
que
se
han
recuperado
470
restos
humanos,
incluidas
mujeres
embarazadas,
que
pueden
datar
de
la
epidemia
de
cólera
de
1833.
Imágenes
|
Mauricio
Marat
INAH,
TlatelolcoTV
En
Xataka
|
Móviles
falsos:
la
solución
de
los
vecinos
de
Ciudad
de
México
a
los
atracos
en
el
autobús