La
presencia
prehispánica
es
omnipresente
en
México.
Cada
vez
descubrimos
más
acerca
del
pasado
de
urbes
como
Ciudad
de
México,
pero
si
tenemos
que
hablar
de
ver
ciudades
y
construcciones
de
los
mayas,
Yucatán
es
la
potencia.
Es
donde
están
los
sitios
arqueológicos
más
relevantes.
Y,
entre
todos,
destaca
un
nombre
propio:
Chichén
Itzá.
Con
mucho,
es
la
gran
potencia
maya
del
turismo
en
la
Península
de
Yucatán.
Pero
a
esa
joya
de
la
corona
acaba
de
salirle
una
dura
competencia:
Ichkabal,
también
conocida
como
el
‘Egipto
mesoamericano’.
Ichkabal.
En
el
estado
de
Quintana
Roo,
a
unos
kilómetros
de
la
Laguna
de
Bacalar,
los
mayas
levantaron
una
ciudad
más
antigua
que
otras
tan
célebres
como
la
mencionada
Chichén
Itzá.
Se
estima
que
se
empezó
a
poblar
en
algún
momento
del
400
a.C.
y
estuvo
habitada
hasta
el
1500
d.C.
Fue
la
ciudad
administrativa
más
importante
de
los
mayas,
algo
que
se
cree
debido
al
imponente
tamaño
de
algunas
de
sus
construcciones.
El
problema
es
que,
durante
siglos,
la
zona
quedó
totalmente
olvidada
y
a
merced
de
la
naturaleza,
cuya
opulencia
verde
engulló
prácticamente
todo
rastro
de
las
construcciones
de
los
mayas
excepto
el
templo
mayor
y
alguna
construcción
más.
Y,
como
suele
ocurrir,
su
descubrimiento
fue
casi
por
accidente.
Chiripa.
En
1995,
un
equipo
de
investigadores
del
Instituto
Nacional
de
Antropología
e
Historia
estaba
en
la
zona
buscando
un
territorio
arqueológico
mucho
más
pequeño
conocido
como
‘Las
Higueras’
cuando
se
toparon
con
algo
distinto
y
mucho
más
grande.
Así,
se
toparon
con
una
pirámide
imponente,
pero
también
con
montículos
de
tierra
y
vegetación
que
cubrían
diferentes
edificios.
Enseguida
se
dieron
cuenta
de
la
importancia
del
sitio,
por
lo
que
se
construyó
un
camino
que
se
puede
ver
perfectamente
en
apps
como
Google
Earth
–este
enlace-.
Además,
en
la
aplicación
podemos
entender
cómo
el
sitio
había
pasado
totalmente
desapercibido
debido
a
esa
vegetación.

El
Egipto
mesoamericano.
Pero
bueno,
no
había
dudas
de
que
estaban
ante
algo
grande.
En
Ichkabal,
los
mayas
levantaron
varias
edificaciones
pequeñas
y
medianas,
pero
también
otros
colosales.
Por
ejemplo,
una
plaza
abierta
de
unos
300
metros,
un
par
de
pirámides
pequeñas
y
la
joya
de
la
corona:
un
edificio
de
46
metros
de
altura
y
una
planta
de
200
metros.
También
hay
una
laguna
de
60
x
80
metros
que
podría
haber
abastecido
a
la
población.
Y
esa
cercanía
a
una
fuente
de
agua
y
al
propio
océano
es
lo
que
podría
haber
dado
a
Ichkabal
la
importancia
administrativa
que,
se
estima,
tenía.
Debido
al
tamaño
de
esas
construcciones,
se
ha
llamado
a
la
zona
‘el
Egipto
mesoamericano’.

Rivalizando
con
Kukulcán.
Para
que
nos
hagamos
una
idea
del
tamaño
de
esa
construcción,
el
Templo
de
Kukulcán
que
es
el
atractivo
maya
principal
de
México
como
parte
de
Chichén
Itzá
y
protagonista
indiscutible
del
equinoccio
de
primavera
y
otoño,
tiene
una
altura
de
unos
30
metros
y
una
base
de
55,5
metros.
La
base
del
edificio
principal
de
Ichkabal
es
cuatro
veces
más
grande
y
la
altura
alcanza
15
metros
más.
Ahora
bien,
el
estado
de
conservación
no
es
el
mismo,
algo
lógico
teniendo
en
cuenta
que
las
labores
de
restauración
en
ambos
lugares
no
corrieron
la
misma
suerte.
Pero
esto
es
algo
que
cambió
hace
relativamente
poco
gracias
al
objetivo
de
convertir
Ichkabal
en
una
de
las
paradas
clave
del
Tren
Maya.
Tren
Maya.
Con
esta
red
de
ferrocarril,
el
anterior
presidente
mexicano
-Manuel
López
Obrador-
quiso
crear
un
sistema
de
transporte
que
pusiera
en
valor
los
sitios
arqueológicos
del
país,
conectándolos
mejor
con
los
municipios
y
las
zonas
más
turísticas
de
cara
a
facilitar
la
llegara
de
un
punto
a
otro.
Con
esa
idea
de
revitalizar
el
patrimonio
cultural,
la
apertura
de
Ichkabal
una
vez
finalizados
los
trabajos
de
catalogación
de
objetos,
otros
elementos
y
de
restauración,
quedó
ligado
al
proyecto
del
Tren
Maya.
Tanto
es
así
que,
desde
el
INAH
y
como
leemos
en
La
Nación,
consideran
que
Ichkabal
tiene
potencial
para
desbancar
a
otros
sitios
arqueológicos,
a
nivel
turístico,
como
Chacchoben
o
Kohunlich.

Abierta
al
público.
Y,
tras
todo
el
trabajo
de
los
arqueólogos,
Ichkabal
es
el
sitio
arqueológico
prehispánico
número
194.
Como
informa
el
propio
INAH,
ya
se
puede
visitar
de
lunes
a
domingo
y
se
encuentra
a
cierta
distancia
de
las
estaciones
del
Tren
Maya
de
Bacalar
y
Chetumal,
ya
que
el
camino
que
comentábamos
hace
unas
líneas
tiene
unos
23
kilómetros.
Y
cruceros.
Decíamos
que
Ichkabal
se
encuentra
en
Quintana
Roo,
un
estado
en
el
que
sí,
hay
ruinas
mayas
-como
Xcaret-,
pero
donde
el
turismo
es
de
otro
tipo.
Es
donde
se
encuentran
las
célebres
playas
de
Cancún
y
la
Rivera
Maya,
con
todos
esos
kilómetros
de
playa
ocupados
por
grandes
resorts
y
complejos
hoteleros.
Los
puertos
de
Xcalac
y
Mahahual
son
cruciales
para
la
llegada
de
cruceros
y
es
algo
que,
junto
al
tren
maya,
el
estado
espera
que
permita
una
alta
afluencia
de
visitantes
a
la
nueva
ciudad
maya.
Sin
duda,
teniendo
en
cuenta
las
dimensiones
del
sitio
arqueológico
y
el
imán
turístico
que
es
la
costa
del
estado,
Ichkabal
tiene
muchas
papeletas
para
colocarse
entre
los
primeros
puestos
de
las
ruinas
mayas
más
visitadas
del
país.
Habrá
que
estar
atento
al
listado
del
año
que
viene
para
ver
si
el
aspirante
puede
disputar
la
corona
a
Chichén
Itzá
y
el
Templo
de
Kukulcán.




































