Tras 108 días en una prisión de Tokio, el expresidente de la alianza Nissan-Renault, Carlos Ghosn, ha conseguido la libertad bajo una fianza de casi 8 millones de euros en medio de un circo mediático. A la espera del juicio, que podría tardar un año en celebrarse, Ghosn deberá acatar una serie de restricciones como parte del acuerdo con la Fiscalía.
El empresario está siendo investigado por delitos de fraude fiscal y se enfrenta a una pena de hasta 15 años de cárcel. Durante su libertad bajo fianza será vigilado de cerca.
Un disfraz que no ha servido de mucho
Ataviado con un mono de trabajo reflectante, gorra calada hasta las cejas, mascarilla y gafas, el nuevo abogado del directivo pensó que sería buena idea que Ghosn saliera disfrazado de prisión para evitar la polémica. Pero no le salió bien la jugada; una vez que los medios identificaron al empresario, los helicópteros y multitud de vehículos motorizados emprendieron la persecución.
Incluso el vehículo en el que fue trasladado a su nueva residencia se adaptó con una escalera para que pareciera una auténtica furgoneta de mantenimiento, lo que facilitó ‘la caza’ por parte de los medios.
The Nikkei cameraman got a good shot here
Carlos Ghosn released on bail after 108 days in Tokyo jail https://t.co/FXPRQN9lFG pic.twitter.com/Qyp6y7ACJu
— Andy Sharp (@sharp_writing) 6 de marzo de 2019
Ahora Ghosn ha de cumplir a rajatabla las condiciones de su puesta en libertad; si incumple cualquiera de los estrictos requisitos, su libertad bajo fianza quedará anulada.
Entre ellos se encuentra la prohibición de usar internet, correo electrónico así como la obligación de instalar cámaras de vigilancia en la entrada de su residencia en Tokio, de forma que se puedan monitorear a las personas que entran y salen.
GHOSN GONE? NHK reporting Carlos Ghosn out on bail for first time since Nov. 19 arrest, out of jail on day 108.
I saw man in mask leaving in this silver van. Can you spot him? #tictocnews @business pic.twitter.com/nVhL2siMak
— Kurumi Mori (@rumireports) 6 de marzo de 2019
Ghosn también tiene prohibido abandonar Japón ante el riesgo de fuga o de destrucción de pruebas, y necesita el permiso de la corte si quiere dejar su casa durante más de dos noches.
Mientras tanto, el director ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, quien reemplazó al expulsado Carlos Ghosn y lo acusó públicamente de mala conducta financiera, ha dicho recientemente que no tiene intención de renunciar a su puesto a corto plazo.
Saikawa expresó a los ejecutivos durante una reunión interna su intención de quedarse por lo menos tres años más para ayudar al fabricante de automóviles a recuperarse de las consecuencias del escándalo.
Por su parte, el nuevo director general de Renault, Thierry Bollore, no cree que Ghosn pueda volver a la compañía.
Ghosn está acusado por la Fiscalía nipona de tres cargos, dos basados haber ocultado, supuestamente, parte de unos 74 millones de euros procedentes de sus ingresos, y otro por utilizar a Nissan para cubrir unas pérdidas financieras de ámbito personal incurridas durante la crisis financiera del año 2008, valoradas en 14,5 millones de euros.
El empresario ha negado todos los cargos y defiende su inocencia.