Así como el Festival de Cannes se proclamó descubridor de la nueva ola rumana hace más de una década, o de los cines asiáticos del cambio de milenio, parece ser que el nuevo sweet spot señala al Norte. Islandia ya apuntaba maneras en los últimos años y su gran apuesta por el género en esta edición con ‘Lamb‘ en Un certain regard, protagonizada por la islandesa Noomi Rapace, y de la que os hablaremos en otro texto, de nuevo nos ha volado la cabeza.
Junto a ella, la nueva sensación indiscutible y clara señal de que algo se está moviendo en el Norte, las escandinavas ‘Compartment No. 6’ del finés Juho Kuosmanen, ‘The Worst Person in the World’ del noruego Joachim Trier y ‘The Innocents’ dirigida por el guionista de Trier, Eskil Vogt, a competición en Un certain regard y de la que también os hablaremos aparte. Por ahora, nos centramos en las dos que tienen posibilidad de palmarés oficial.
‘The Worst Person in the World’
También conocida en francés como ‘Julie en 12 capítulos’, Joachim Trier firma un retrato generacional en el que una treintañera busca su lugar dentro de una sociedad perfecta y llena de altas expectativas. Internacionalmente comparada con ‘Frances Ha‘, aunque realmente alejada de ella en su desarrollo, la noruega sí comparte tono en su búsqueda de la identidad, así como ciertos rasgos de su puesta en escena.
[embedded content]
Bebiendo de esa corriente que revisita en nuestro siglo los nuevos cines del pasado, ‘The Worst Person in the World’ comparte algo del mumblecore de Noah Baumbach en el vagar de un personaje culturalmente inquieto para el que todo no es suficiente.
Como su compañero de generación y tantos otros en la pasada, Trier se recrea en el retrato urbano convirtiendo la ciudad en un personaje más que modula e influye las relaciones y la vida, y como aquél captura la esencia misma de Nueva York, el noruego transmite aquí un aire absolutamente nórdico que la hace irresistible.
Protagonizada por Renate Reinsve (‘Oslo, August 31st’, del propio Trier), la película se apoya completamente en la actriz, en una interpretación muy corporal y gestual, siguiendo ligeramente la estela de la chica torpona y atolondrada a la que interpretaba Greta Gerwig.
Como aquella, el peso narrativo de ‘The Worst Person in the World’ recae en los diálogos, creando un conjunto de situaciones realistas y muy divertidas, entre las que destaca sin duda una de las secuencias románticas más bonitas de esta edición, en la que Trier maneja de forma fantástica la tensión de la atracción.
Una obra de alma sencilla, aunque con imperfecciones, a pesar de contar con todos los elementos para ser un trabajo redondo. Aunque algunas de sus ideas podrían ser cuestionadas, incluyendo un último giro de guión probablemente innecesario, ‘The Worst Person in the World’ es muy disfrutable.
‘Compartment No. 6’
El flechazo de Cannes 2021. En una edición repleta de obras memorables, Juho Kuosmanen firma la película más bonita de Sección Oficial. Un viaje duro a la Rusia profunda en un ambiente gélido y hostil en la superficie, pero lleno de hermosos detalles por los que dejarse llevar y caer rendido a los pies de unos personajes en el fondo adorables.
Una estudiante finesa vive en Moscú con la chica de la que está enamorada y con la que comparte una relación pasajera entre conversaciones académicas y veladas literarias. Está a punto de partir en un viaje en tren hacia el Norte, sólo para alcanzar su gran ilusión: visitar unas antiguas pinturas rupestres en un área remota del Ártico.
La ilusión de la aventura romántica en busca de la belleza del arte pronto da paso a la decepción de una realidad cruda y fría. Con el corazón roto, el vacío dejado por su compañera de viaje será reemplazado por la rudeza de un minero ruso con el que se verá obligada a compartir travesía. La violencia de un primer encuentro bastante desafortunado, poco a poco se transforma en calidez humana con la que afrontar las carencias de dos personajes solitarios.
Siguiendo la sutileza que ya conocimos en ‘El día más feliz de Öli Maki’, Kuosmanen toma un instante de vida, sin demasiados antecedentes ni contexto, y nos invita a descubrir los misterios del otro y a sentir en la piel de los protagonistas. Con una puesta en escena austera y a la vez bellísima en su fealdad y su rudeza. Sin aspavientos ni flashes.
A ritmo del ‘Voyage, voyage’ de finales de los 80, esta extraordinaria travesía en tren recuerda de alguna forma al inicio de la trilogía de Linklater, por su realismo y su naturalidad apoyada en el carisma de la química entre sus protagonistas, pero con una crudeza y una aspereza de la Rusia profunda, que aporta un carácter único y totalmente especial. La historia de amor más bella desde ‘Cold War’.