«Belgrano era su vida», el legado de Víctor «Vitino» Lovera

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El pasado domingo el mundillo del baby fútbol se vio sacudido por el fallecimiento de Víctor «Vitino» Lovera (76), un gran trabajador del club Belgrano. Lovera estaba vinculado a la institución desde hace más de 20 años cuando se acercó a colaborar porque su nieto jugaba en el club.

Desde aquel entonces (1998) no se alejó más y se mantuvo siempre a disposición de lo que el club necesitara, tanto es así que en los últimos años -una vez ya jubilado- dedicaba prácticamente todo su tiempo a solucionar cuestiones vinculadas a la institución y al baby.

Un colaborador silencioso, que no alardeaba nada de lo que hacía y algo reacio a las entrevistas periodísticas, aunque siempre atento y a disposición porque era el encargado de pasarle a la Liga los resultados de la jornada.

En todos los clubes existen esos héroes anónimos que sin perseguir intereses personales dedican su tiempo para el beneficio de los demás. «Vitino» era uno de ellos, de los que sin pedir nada a cambio lo daba todo.

«Lo llevaba en el alma»

Mónica, una de sus hijas, contó en diálogo con El Periódico que «Vitino» estaba continuamente pendiente del club, de lo que necesitaban los chicos y siempre dispuesto a colaborar. «Realmente lo llevaba en el alma y en el corazón, desde que mis hijos empezaron a jugar allí no se separó más, incluso mucho tiempo antes él iba a Belgrano», indicó.

«Estuvo pendiente de Belgrano hasta el último día que fue a abrir el club para la entrega de las pastas que vendieron los chicos. Con mi familia recordábamos las locuras que hacía, se iba en bicicleta a la liga o en remis, con lluvia, con frío y cuantas veces lo quisimos llevar, pero así era él», recordó.

Lovera tenía una vida muy activa gracias a Belgrano. Todas las mañanas cumplia su rutina a rajatabla: se levantaba a las 9, iba a en bicicleta hasta el club para ver que todo esté bien y luego visitaba a su familia. A la vuelta volvía a pasar por el club y regresaba a su casa. «Era dedicación exclusiva por Belgrano, era el camino que hacía todos los días, realmente era su vida», contó Mónica. 

«Se sentía cansado»

Tanto su familia, como sus amigos, coincidieron en que el cese de actividades por la pandemia indudablemente lo afectó porque su vida era muy activa gracias al baby fútbol. «Creo que fue una consecuencia por el corte de sus actividades sociales, el contacto con los chicos, con la gente, las responsabilidades e incluso el hecho de estar encerrado como lo estuvimos todos. Fue un detonante porque él siempre estuvo muy bien de salud, hace un mes se hizo los controles, estaba bien y solo tomaba pastillas para la presión, pero se decayó mucho en este último tiempo y es porque su vida cambió», indicó su hija.

«Él siempre te decía que estaba todo bien, pero en el último tiempo se sentía cansado, había empezado a caminar pero no tenía mucho qué hacer porque el club era su vida y lo disfrutaba rodeado de su gente», agregó.

Un maestro

Marcos Olocco, presidente del club, y Julio Varas, tesorero, contaron que «Vitino» o «El Viejo» como le decían con cariño fue prácticamente un maestro para las comisiones que trabajaron en el club. Es que Lovera sabía todo y hasta el mínimo detalle de cómo armar una planilla o cómo organizar un evento para recaudar fondos.

«Se renovaron comisiones, pero él siempre estuvo y eso dice mucho porque desde el lugar que sea él seguía colaborando. Llegó a ser vicepresidente, últimamente en mi gestión y en la anterior de Arturo Avaro ocupaba el cargo de vocal y planillero», relató Olocco.

«Le gustaba estar en el club, se encargaba de todo prácticamente: iba, venía, buscaba, traía, le gustaba y se hacía cargo hasta de las fiestas del club, nosotros por ahí tratábamos de no cargarlo con tantas tareas por su edad, pero era lo que él quería. Creo que este parate lo debilitó bastante, perdió ritmo a su edad y la verdad es que cuando lo cruzaba no lo veía con la misma energía», agregó.

«Manejaba el riego de la cancha, fichaba a los chicos, pedía las fotos, renovaba los carnets y era el planillero encargado de todas las categorías. Uno iba para reemplazarlo un rato para que vaya a comer algo, pero volvía rápido, no quería irse de ahí», recordó con alegría Olocco.

«Se fue en silencio como se manejaba él en la vida, así lo recordamos, perfil bajo, nunca quiso aparentar nada. Cuando armaba las planillas corregía a los otros equipos para que no los multaran. Una persona sincera y honesta», concluyó.

Hace unos años atrás, el club le realizó un homenaje en vida. El salón de usos múltiples que está ubicado en su sede lleva el nombre de «Víctor Lovera».

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«Cuando llegué al club, hace unos 16 años atrás, él ya estaba y se encargaba de mucho. Nos hemos acostumbrado a delegarle varias cosas porque él sabía y porque además estaba dispuesto a todo«, contó Varas y agregó que «Vitino» era un personaje muy querido dentro del club y era de los pocos que tienen el tacto necesario para calmar a la gente las tribunas: «Cuando veía o escuchaba cosas de las tribunas era él quien intervenía. Se paraba e iba despacito, con su ritmo, hasta la tribuna para hablar con la gente que gritaba», agregó.

«Lo había bajoneado mucho el tema de la pandemia, por no poder estar en el club y no poder ir en bici a todos lado por el club como hacía él. Hablé con él la semana pasada y me dijo que estaba bajoneado por esta situación», comentó.

«Me guardo montones de anécdotas. Una persona muy querida que sin dudas deja una huella tanto en nuestro club como en la Liga. Una persona de bien y un buen amigo que se lo va a extrañar mucho. Sería muy lindo que nuestro campeonato o que el Campeonato Nacional lleve su nombre, sería un lindo homenaje», concluyó Varas.

Foto de portada: Promesas del Fútbol