
Nora Massi en la AM 870
El ciclo “Las dos carátulas”, que emite la AM de Radio Nacional los domingos a las 22.30, bajo la dirección de Nora Massi, cumple 70 años ininterrumpidos en el aire, ya que nació en la entonces Radio del Estado el 9 de Julio de 1950, creada para ser la plataforma de lanzamiento de jóvenes valores.
Por ese programa, que adapta para la radio textos y obras teatrales de autores argentinos y universales, pasaron varias generaciones de actores, directores, dramaturgos, adaptadores y técnicos que mantienen el fuego de un auditorio fiel a través del tiempo y el territorio nacional.
“Estoy segura de que tanto la radio, el cine, la televisión, el teatro o cualquier disciplina que se les acerque, entretiene, educa y cultiva -comentó Massi en diálogo a distancia con Télam-. ‘Las dos carátulas’ reúne todas esas condiciones y el hecho radica en la infinita gama de oyentes que tiene. Desde escuelas primarias, secundarias, universidades de comunicaciones y oyentes con quienes establecemos líneas de comunicación para que nos pidan obras, interactuamos permanentemente sobre qué obras prefieren”.
Télam: ¿Cómo se nutre la programación?
Nora Massi: Nuestro catálogo es muy amplio; de los clásicos griegos pasa por la comedia costumbrista, el grotesco, el vodevil, la tragedia, el drama o una combinación de géneros. Eso es el atractivo del ciclo, su repertorio. A ello se le une la calidad y el aporte que hacen figuras y primerísimos actores, sumados a los técnicos y locutores que son palabras mayores, por lo menos en Radio Nacional.
T: ¿Cómo hizo el ciclo para atravesar épocas, gobiernos, cambios de autoridades en Radio Nacional, etcétera?
NM: El teatro es la historia del hombre; en él vemos pasar la vida de la humanidad desde sus orígenes con sus usos y costumbres. El teatro, además, aúna todas las disciplinas artísticas. La pintura, la música, la esceno-arquitectura, la literatura y otras. Nadie se ha sentido tocado nunca. Ni en épocas oscuras. Será porque nadie se levanta de una función teatral sin haber aprendido algo y nosotros trabajamos con textos de dramaturgos nacionales y extranjeros. Por eso pienso que desde los atrios famosos donde se teatralizaban temas religiosos hasta nuestros días, reitero, el teatro es la historia de la humanidad.
T: ¿Siente que hay una suerte de tradición en las familias que lo escuchan, de abuelos a padres y a hijos?
NM: Sí, yo también estudiaba con “Las dos carátulas”, me ilustraba, me instruía y me cultivaba.
T: ¿Se conoce la cobertura nacional de escuchas? ¿Hay lugares o provincias donde el programa es más seguido?
NM: Eso no lo puedo precisar; pero sí, es muy escuchado en todo nuestro país; a veces, sale en vivo y a veces en diferido. Lo graba la emisora local y lo pone a la hora que cree conveniente en su programación. El hecho está que después de cada emisión recibimos opiniones de oyentes, profesores y toda la gama de gente que nos escucha. Ni hablar de los argentinos que viven en el exterior, que gracias a las nuevas tecnologías se ponen el despertador para escucharlo.
Voy a comentar algo concreto de nuestra querida Beatriz Taibo: todos sabemos que después de un hecho muy grave en su familia estuvo mucho tiempo retirada. La perseguí más de un año para que trabajara en “La dos carátulas” y al final la convencí. Cuando salió la emisión de la “La valija”, de Julio Mauricio, hubo argentinos desde lugares remotos que nos escribieron y lloraban de la emoción que les produjo el que Beatriz se reincorporara a su profesión después de su largo silencio.
T: El ciclo es una vidriera prestigiosa. ¿Cómo acceden los aspirantes a participar en él?
NM: Con respecto a los jóvenes, este programa fue creado por el doctor José Ramón Mayo en 1950 para ser una plataforma de lanzamiento a la carrera profesional. ¿Qué quiere decir esto? Era una «pasantía» como para un médico un hospital o un estudio de abogacía para un abogado recién recibido donde se fogueaba para entrar de lleno a su carrera profesional. Los aspirantes acceden por rigurosa audición, el banco de voces se hace de esa manera: audicionando. Es necesario cuando se hace el reparto, primero y fundamentalmente, cubrir los personajes de acuerdo a las voces que se necesitan para cada uno de ellos.
Yo también pasé por esa etapa y fue la más feliz de mi vida. Ahora todo cambió. Tiene su diagrama de programación; lo que antes llevaba horas de transmisión ahora entra en 90 minutos exactos y la digitalización de todos los efectos y ambientes sonoros dio un giro de 180 grados.
T: «Las dos carátulas” es un hecho único en la Argentina y en el mundo…
NM: Mis colegas, prestigiosas figuras, prestan su talento a ese programa único en habla hispana, que solo compite con la BBC de Londres en permanencia en el aire y son acompañados por una «orquesta» de primeros actores que afina muy bien. Los ensayos que antes duraban 10 días para cada obra ahora tienen una jornada de siete horas semanales. Y está protegido por un equipo técnico-artístico muy solvente. Y a ello vuelvo: a los jóvenes se suman los que heredarán el programa, tratando siempre de mejorarlo y de mejorar lo que está hecho en pro de lo que viene.
T: Por “Las dos carátulas” pasaron directores prestigiosos y algunos legendarios. ¿Usted se siente «la cara» del ciclo en las últimas décadas?
NM: Es verdad. Han pasado directores, autores, técnicos y locutores de gran prestigio. En cuanto a que yo sea la cara no es así. Este programa “solo” no se hace. Sí debe tener una cabeza de producción, por supuesto. Si a esto va referida la pregunta, sí, soy la cara responsable para bien o para mal.