París,
la «Ciudad
de
la
Luz»,
es
uno
de
los
mayores
imanes
turísticos
del
mundo.
Su
arquitectura,
desde
la
icónica
Torre
Eiffel
hasta
la
majestuosa
Catedral
de
Notre
Dame,
atrae
a
millones
de
visitantes
cada
año.
Los
museos
de
renombre
como
el
Louvre
y
el
Museo
de
Orsay
albergan
tesoros
artísticos
que
abarcan
siglos,
mientras
que
los
paseos
por
el
Sena,
los
barrios
bohemios
como
Montmartre
y
los
exquisitos
cafés
hacen
que
la
experiencia
sea
inolvidable.
Pero
más
allá
de
los
encantos
innegables
de
la
capital
francesa,
sus
alrededores
también
esconden
joyas
menos
conocidas
que
merecen
una
visita.
A
menos
de
dos
horas
en
coche
de
París,
hay
varias
ciudades
que
cautivan
por
su
historia
y
belleza.
Fontainebleau,
con
su
imponente
castillo
rodeado
de
jardines
y
bosques,
es
un
destino
perfecto
para
quienes
buscan
un
día
en
contacto
con
la
naturaleza
y
la
historia.
Chartres,
por
su
parte,
deslumbra
con
su
catedral
gótica,
Patrimonio
de
la
Humanidad,
famosa
por
sus
vitrales.
Giverny,
el
pueblo
donde
Claude
Monet
encontró
inspiración
para
sus
nenúfares,
es
otro
rincón
imprescindible
para
los
amantes
del
arte.
Sin
embargo,
entre
estas
maravillas,
hay
una
pequeña
ciudad
medieval
que
permanece
relativamente
desapercibida,
pero
que
ofrece
una
experiencia
única:
Provins.
Situada
a
unos
90
kilómetros
al
sureste
de
París,
Provins
es
un
verdadero
viaje
en
el
tiempo.
Declarada
Patrimonio
de
la
Humanidad
por
la
UNESCO
en
2001,
esta
ciudad
medieval
destaca
por
haber
conservado
casi
intacto
su
trazado
y
su
patrimonio
histórico.
Se
puede
llegar
desde
París
fácilmente
en
tren
desde
la
estación
Gare
de
l’Est
en
un
trayecto
de
aproximadamente
una
hora
y
media,
o
en
coche
en
poco
más
de
una
hora.
La
principal
característica
de
Provins
es
su
muralla
medieval,
que
se
extiende
a
lo
largo
de
cinco
kilómetros
y
encierra
el
casco
antiguo
de
la
ciudad.
Construida
entre
los
siglos
XII
y
XIII,
esta
estructura
defensiva
es
una
de
las
mejores
conservadas
de
Francia
y
un
recordatorio
del
apogeo
comercial
y
cultural
de
Provins
durante
la
Edad
Media.
En
ese
tiempo,
la
ciudad
era
un
centro
importante
para
las
ferias
de
champaña,
donde
comerciantes
de
toda
Europa
se
reunían
para
intercambiar
bienes
y
productos.
Al
llegar
a
Provins,
lo
primero
que
se
percibe
es
la
sensación
de
haber
retrocedido
800
años
en
el
tiempo.
Las
calles
empedradas,
las
casas
de
entramado
de
madera
y
los
edificios
históricos
invitan
a
perderse
en
un
ambiente
único.
Uno
de
los
lugares
más
destacados
es
la
Torre
César,
una
estructura
imponente
que
servía
como
torre
de
vigilancia
y
símbolo
del
poder
de
los
condes
de
Champaña.
Desde
su
cima,
se
obtiene
una
vista
espectacular
de
la
ciudad
y
sus
alrededores.
Otro
punto
imprescindible
es
la
colegiata
de
Saint-Quiriace,
un
ejemplo
de
arquitectura
religiosa
que,
aunque
nunca
se
completó,
impresiona
por
su
belleza
y
sus
dimensiones.
Cerca
de
allí,
el
visitante
puede
explorar
los
túneles
subterráneos
que
recorren
la
ciudad,
originalmente
utilizados
para
almacenar
mercancías
durante
las
ferias
medievales
y
que
ahora
forman
parte
de
fascinantes
visitas
guiadas.
En
Provins
también
se
celebran
espectáculos
que
recrean
la
vida
medieval,
como
torneos
de
caballeros
y
exhibiciones
de
cetrería,
ideales
para
familias
o
para
quienes
desean
sumergirse
aún
más
en
la
atmósfera
de
la
época.
Además,
el
mercado
medieval
que
se
organiza
en
ciertas
épocas
del
año
es
una
oportunidad
perfecta
para
adquirir
productos
artesanales,
desde
joyería
hasta
alimentos
tradicionales.
La
ciudad
es
igualmente
conocida
por
sus
cultivos
de
rosas,
que
tienen
una
fuerte
conexión
con
su
historia.
Provins
fue
famosa
por
sus
jardines
de
rosas
en
la
Edad
Media,
y
hoy
en
día
se
pueden
encontrar
numerosos
productos
elaborados
con
esta
flor,
desde
mermeladas
hasta
cosméticos.
El
mejor
momento
para
visitar
Provins
es
en
primavera
o
verano,
cuando
el
clima
es
agradable
y
las
actividades
al
aire
libre
se
disfrutan
al
máximo.
Durante
los
meses
de
mayo
y
junio,
la
ciudad
acoge
su
famoso
Festival
Medieval,
un
evento
que
atrae
a
visitantes
de
todo
el
mundo
con
desfiles,
espectáculos
y
una
decoración
que
transforma
Provins
en
una
auténtica
aldea
medieval.
Imágenes
|
Provins_Medieval
En
DAP
|
Lo
que
aprendí
muy
tarde
de
Disneyland
París:
no
es
París