El volcán más extraño que conocemos está en Tanzania: lleva en erupción desde 2017 y su lava es negra

0
88

En
el
mundo
no
hay
dos
volcanes
iguales.
Pero
en
general
suelen
tener
algunos
rasgos
comunes
que
nos
permiten
identificarlos
o,
cuanto
menos,
clasificarlos.
Eso
no
evita
que
podamos
toparnos
con
volcanes
que
parecen
salirse
de
toda
norma.

Es

el
caso
del
Ol
Doinyo
Lengai
,
un
volcán
ubicado
en
el
norte
de
Tanzania.
El
motivo
por
el
que
este
volcán
resulta
tan
extraño
es
su
lava,
que
tiene

poco
que
ver
con
el
líquido
viscoso
e
incandescente

que
asociamos
a
las
erupciones
volcánicas.

¿Cómo
es
entonces
la
lava
que
expulsa
el
volcán?
Pues
su
color
es
negro
y
es
tan
poco
viscosa
que
pareciera
más
bien
agua
mezclada
con
tierra,
barro
negro
como
el
que
puede
ser
expulsado
por
una
fuente
hidrotermal.

Lo
que
hace
a
esta
lava
tan
distinta
de
la
que
estamos
acostumbrado
es
su

composición
rica
en
carbonatos

y
rica
en
elementos
alcalinos
como
calcio
y
sodio.
A
diferencia
de
los
volcanes
convencionales,
cuya
lava
es
rica
en
sílices,
estos
compuestos
son
mucho
más
escasos
en
la
lava
del
Ol
Doinyo
Lengai.

Esto
tiene
dos
implicaciones.
Por
una
parte,
que
el
líquido
se
funde
a
una
temperatura
mucho
más
baja
que
la
lava
convencional,

entre
540º
y
593º
Celsius

frente
a
los
más
de
900
que
requiere
la
fusión
del
magma
en
los
volcanes
convencionales.
El
magma
del
Ol
Doinyo
Lengai
no
se
calienta
lo
suficiente
como
para
llegar
a
la
incandescencia,
por
lo
que
no
emite
luz.

Pero
aún
hay
más,
ya
que
si
la
lava
convencional
pasa
de
un
rojo
incandescente
al
negro
cuando
se
solidifica,
la
lava
del
Ol
Doinyo
Lengai

también
cambia
de
color
.
No
debido
al
proceso
de
solidificación,
sino
a
procesos
químicos
posteriores.

El
calcio
y
el
dióxido
de
carbono
se
combinan

para
formar
calcita
y
minerales
similares.
Después
el
agua
y
la
humedad
descompoen
estos
minerales,
de
forma
que,
pasado
un
tiempo
las
faldas
del
volcán
se
tiñen
de
blanco.

La
segunda
implicación
es
que
la
viscosidad
de
este
magma
es
tan
baja
que
resulta
acuosa.


El
Ol
Doinyo
Lengai

El
volcán
Ol
Doinyo
Lengai,
llamado
La
Montaña
de
Dios
por
los
masais,
está
situado
en
el
norte
de
Tanzania,
cerca
de
la
frontera
con
Kenia
y
a
medio
camino
entre
el
lago
Victoria
y
la
costa
del
Índico.
Su
cumbre
se
encuentra
a
2.962
metros
sobre
el
nivel
del
mar.

Morfológicamente,
estamos
ante
un
estratovolcán
con
cono
piroclástico

según
la
clasificación

del
Programa
Global
de
Volcanismo
del
Museo
Nacional
de
Historia
Natural
de
de
los
EE
UU.
Se
trata
de
un
volcán
muy
activo
con

seis
erupciones
en
lo
que
va
de
siglo
.
Lo
que
es
más:
el
volcán
se
encuentra
en
erupción
constante
desde
abril
de
2017.

Está
situado
en
el
Valle
del
Rift,
un
valle
formado
por
la

un
proceso
de
división

de
una
placa
tectónica
en
dos:
la
placa
africana
originaria
y
la
placa
somalí
que
poco
a
poco
se
separa
de
la
anterior.
Como
es
de
esperar,
esta
región
cuenta
con
gran
actividad
geológica.

El
volcán
ha
sido
objeto
de
diversos
estudios
científicos
a
lo
largo
de
los
últimos
años.
Recientemente,

un
estudio

publicado
en
la
revista

Geophysical
Research
Letters

analizó
cambios
en
la
geografía
del
entorno.

A
través
de
observaciones
por
satélite,
el
equipo
responsable
del
estudio
constató
que
el
volcán
había

menguado
durante
la
última
década
,
a
razón
de
unos
3,6
centímetros
al
año.
Las
medidas,
tomadas
a
través
de
los
satélites
Sentinel-1
y
Cosmo-SkyMed
permitieron
constatartambién
el
desplazamiento
de
la
tierra
cerca
del
cráter
norte
del
volcán.


Un
estudio
anterior
,
publicado
en
2009
en
la
revista

Nature
,
se
centró
en
buscar
el
origen
de
esta
singular
lava
carbónica.
Encontraron
la
respuesta
en
el
manto
de
la
Tierra.
Según
indicaba
el
equipo
responsable
del
estudio,
el
análisis
químico
del
dióxido
de
carbono
emanado
por
el
volcán
indicaba
este
origen.
Los
materiales
expulsados
serían
por
tanto
el
resultado
del
derretimiento
parcial
de
los
materiales
de
la
capa
superior
del
manto.

Pese
a
lo
singular
del
Ol
Doinyo
Lengai,

el
equipo
señalaba

que
la
concentración
de
estos
materiales
carbónicos
era

similar
al
que
se
da
en
otros
lugares

de
la
Tierra:
las

dorsales
oceánicas
.
Esto
no
resulta
del
todo
extraño
ya
que
estas
dorsales
se
forman
también
en
los
puntos
en
los
que
las
placas
tectónicas
se
separan,
como
en
el
eje
norte-sur
del
océano
Atlántico.

En
Xataka
|

La
enorme
explosión
hidrotermal
de
Yellowstone
nos
recuerda
que
es
una
‘caja
de
bombas’
que
visitan
cuatro
millones
de
personas
al
año

Imagen
|

Clem23